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Los Franco: Mi vida por un ducado
El fallecimiento de la matriarca no ha tardado en crear rencillas entre Francis y Carmen Martínez-Bordiú, que se disputan el título nobiliario que ostentaba su madre
El fallecimiento de la matriarca no ha tardado en crear rencillas entre Francis y Carmen Martínez-Bordiú, que se disputan el título nobiliario que ostentaba su madre.
La muerte de Carmen Franco deja una herencia, según ciertas informaciones, de entre 600 y 2.000 millones de euros. Dicen que el modo de repartirlo entre sus hijos ya está pactado, pero no ha sido tan sencillo determinar quién será el heredero del ducado de Franco. La ley indica que debe ser Carmen Martínez-Bordiú, la primogénita, quien ostente ese título tras la muerte de su progenitora, pero doña Carmen expresó en vida que le gustaría que fuera su hijo Francis, su mano derecha y con quien tenía una relación más estrecha, el que la sucediese en el duquesado. Una persona de la familia desvela que Carmen no está dispuesta a respetar esa decisión. Al contrario, no va a permitir que su hermano se haga con el ducado. El enfrentamiento está abierto. Pero el resto de los hermanos se muestran muy preocupados por la situación. Jaime, Arancha, Merry, Mariola y Cristóbal saben desde hace tiempo que su madre eligió a Francis por encima de Carmen y creen que es una cuestión moral y sentimental que habría que respetar por encima de las leyes. En este sentido, ninguno de ellos llegó a pensar que Carmen no cumpliría el deseo materno.
Por su parte, según asegura la misma persona, Francis está muy contrariado por la actitud de su hermana. Ha intentado hacerle comprender que la madre quería que el ducado fuera para él y que Carmen se quedara con el marquesado de Villaverde. Tarea baldía por lo que se ve, ya que ella insiste en heredarlo y está amparada por la ley. El miércoles pasado, no obstante, intentaba quitarle hierro al asunto al declarar en un programa de televisión que «no me consta que nuestra madre quisiera el ducado para Francis. No vamos a cambiar nada del testamento, todo está escrito y bien escrito. Mi relación con mis hermanos es buena». Su intervención en directo no gustó al resto de los Martínez-Bordiú Franco, pues habían hecho un pacto de silencio. De hecho, los hermanos están cansados de que Carmen sea tan condescendiente con algunos periodistas, que consiguen de ella declaraciones muchas veces comprometidas, que, según ellos, hacen flaco favor al núcleo familiar. Por ello, en una comida celebrada el pasado miércoles 10 decidieron por mayoría llamarle la atención y pedirle que deje de desvelar secretos a determinada prensa. Además, con lo que va a heredar de su madre podría vivir con holgura y ya no le hará falta tener como medio de ingreso las exclusivas en su revista de cabecera. Pero su intervención de esta semana en el programa de Ana Rosa Quintana demuestra que ha hecho caso omiso a las advertencias de sus hermanos.
El título que ahora se disputan fue otorgado por decreto por Juan Carlos I a la hija de Francisco Franco a los pocos días de la muerte del general debido a las especiales circunstancias y al aprecio que sentía por ella. Pero ni Don Juan Carlos ni ningún miembro de su familia, a excepción de María Zurita (hija de la infanta Margarita), acudió al tanatorio, al entierro o al funeral por Carmen Franco. Tan solo hubo una llamada de la Reina Emérita a Carmen Martínez-Bordiú para comunicarle su pésame. La madre del actual rey Felipe VI sentía un cariño muy especial por la fallecida.
Sin pagar impuestos
Hasta que se aprobó la Ley de Igualdad para la Sucesión de Títulos Nobiliarios era Francis, como primer hijo varón, el que tenía derecho al ducado, pero, al entrar en vigor dicha norma, le corresponde al mayor de los hijos, es decir, a Carmen. Curiosamente, y ya se ha destapado con ello otra polémica entre los miembros de la nobleza, el título está exento de impuestos en la primera transmisión y, como conlleva Grandeza de España, quien lo herede se ahorra un total de tres mil euros.
Uno de los hermanos Martínez- Bordiú, que nos pide que no demos su nombre, cuenta que Carmen, «diga lo que diga, tenía claro que el ducado era para Francis, pero que en el último año cambió radicalmente de opinión y decidió lo contrario». Cuando la hija del general se enteró de las intenciones de su primogénita le pidió que respetara su decisión, pero Carmen parece ignorarla totalmente. El que mejor conoce el contenido del testamento materno y la verdadera herencia es Francis. Mientras algunas fuentes la cifran en los ya mencionados 600 millones de euros, otras la elevan hasta los 2.000 millones. Abarca inmuebles, acciones, sociedades y cuentas bancarias. La «joya de la corona» es el edificio de la calle Hermanos Becquer, situado en el barrio madrileño de Salamanca, que ocupa casi 5.000 metros cuadrados en una de las zonas más caras de la capital. También varios aparcamientos subterráneos que les reportan buenos beneficios mensuales, el Pazo de Meirás, el palacio coruñés de Cornide, la casa natal del abuelo Francisco Franco en Ferrol y parte de una finca rústica en Valdefuentes. Como indicamos, el testamento está atado y bien atado. Todos los hermanos saben la parte que les corresponde y los deseos de Carmen Franco se conocerán públicamente en unos días, cuando se abra el documento. Evidentemente, los herederos tienen que hacer frente a los impuestos correspondientes. Si se cumple el protocolo, tendrá que transcurrir un corto periodo de tiempo para saber cuál de los dos hermanos solicita el título. Los Martínez-Bordiú Franco confían en que Carmen recapacite y respete un deseo que su madre expuso en 2013 en una reunión que celebró con sus siete hijos.
Mientras tanto, la primogénita ha heredado la pasión de su madre por los juegos de cartas, y el domingo 21 de este mes se la pudo ver en el exclusivo barrio de Puerta de Hierro participando con unas amigas en una partida de «gin rummy», al igual que hizo su progenitora durante muchos años. Parece que su novio, el australiano Timothy McKeague (34 años más joven que ella), está aprendiendo a jugar. Naturalmente, su maestra es ella, que le define como un «terapeuta de la felicidad». Experto en finanzas, decidió dejarlo todo para dedicarse a la vida contemplativa y las terapias alternativas. Hasta que ella se cruzó en su camino, no era extraño encontrarle en monasterios de Nepal meditando en franca armonía con la naturaleza y los monjes.
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