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Manuel Benítez no logra evitar que sus hijos toreen juntos

El morbo está servido. Manuel Díaz y Julio Benítez compartirán cartel el 11 de marzo en Morón de la Frontera

Manuel Díaz debutó en 1993 bajo la tutela de Curro Romero. Julio Benítez tomó la alternativa en 2007, con su padre como padrino
Manuel Díaz debutó en 1993 bajo la tutela de Curro Romero. Julio Benítez tomó la alternativa en 2007, con su padre como padrinolarazon

El morbo está servido. Manuel Díaz y Julio Benítez compartirán cartel el 11 de marzo en Morón de la Frontera

El mundo taurino está revolucionado por el morbo que causará ver a Manuel Díaz «El Cordobés» y a su hermano, Julio Benítez, juntos en una corrida de toros el 11 de marzo en Morón de la Frontera. Durante mucho tiempo, el padre de ambos, Manuel Benítez, se negó a que Julio figurara en el mismo cartel que el primero. De todos es sabido que, aunquela Justicia otorgó en 2016 la paternidad de éste último al veterano torero de 80 años, la relación entre ambos es inexistente. Es más, no muestra el menor interés en conocer a sus nietos ni en sentarse cara a cara con Manuel para limar asperezas e iniciar una relación de amistad y cariño. Y se rumorea que hasta intentó«frenar» este encuentro, aún laboral, entre hermanos.

El morbo es doble, porque, a pesar de todo, se le está intentando convencer para que asista a la corrida y, si acepta, sería la primera vez que ve torear a sus dos hijos en el mismo coso. Desde el entorno paterno, no obstante, dudan que ese encuentro vaya a producirse: «La terquedad y el fuerte carácter de don Manuel le impide acoger en su vida a ese hijo nacido fuera de su matrimonio con Martina». Sin embargo, otros piensan que, ahora que Manuel y Martina han roto su matrimonio, la cosa es más factible. La ex mujer del diestro fue el mayor impedimento para que su entonces marido reconociera en su momento a esos, que se sepa, tres hijos ilegítimos (Manuel Benítez Velasco, María de los Ángeles Benítez Raigón y Manuel Díaz) que fueron apareciendo durante sus cincuenta años de relación sentimental y que hoy son, legalmente, hijos del torero. Martina, dicen, «es una mujer de armas tomar. Y resulta evidente que no quería figurar como “cornuda” por las infidelidades de su marido. Por eso le pidió a Manuel que no se sometiera a las pruebas de paternidad...».

Julio parece contento ante la idea de coincidir con su hermano y así lo refleja en su cuenta de twitter: «Os anuncio que el próximo día 11 de marzo compartiré cartel con Manuel Díaz, tendrá lugar en Morón de la Frontera. Será una tarde muy especial, en la que esperamos nos acompañen muchos aficionados». También confiesa que «siento una gran admiración hacia Manuel, es un gran torero. Y estaré encantado de darle un abrazo en la corrida de Morón». Además, hace poco aseguró: «Nunca he vetado a Manuel y espero torear a su lado algún día», aunque dejó claro que «no le conozco y le vería más como un amigo que como un hermano».

Los vetos los ponía el progenitor y, ni la intermediación de Vicky Martín Berrocal, primera mujer de Díaz, ni la de su yerno, el ganadero José Luis Martín Berrocal, pudieron convencer a Manuel Benítez para que se prestara a un acercamiento familiar. Y eso que padre e hija eran íntimos del octogenario.

La diseñadora me confesó hace menos de un año que «nunca tuve la menor duda sobre el parentesco de ambos y me duele que mi ex marido no haya podido acercarse a su padre, que se haya perdido tantas cosas como las que conlleva la relación padre-hijo. Intentaré hacer lo que sea para que ese encuentro se produzca. En mis manos queda».

Durante una entrevista reciente con Manuel Díaz le pregunté si veía imposible ese encuentro con su padre biológico y me contestó rotundo: «Sueño con que nos demos algún día la mano. Me siento muy orgulloso de él y me gustaría saber que él también lo está de mi trabajo y de mi lucha. Una lucha que es pura para defender la verdad de una madre con mi muleta, mi espada y mi corazón. No quiero entrar en polémicas con él, sino que ese encuentro se produzca. Nunca me aburriré de esperar. La esperanza es lo último que se pierde. Si algún día conoce a sus nietos, encantado; si quiere conocerme a mí, también, y si quiere pasarse por casa, ahora, con lo bien que cocino, le puedo hacer hasta una paellita. Yo le deseo que sea muy feliz –prosigue–, creo que tiene motivos en la vida para serlo. Es un hombre que lo ha conseguido todo, un mito, un dios en el toreo, un hombre muy importante en este país...».

El hermano y representante de Manuel, José María, recalca «el valor humano de una tarde en la que los dos “Cordobeses” actuarán juntos por primera vez en un ruedo. La parte emotiva de la corrida de Morón está marcada por el hecho de ver a unos hermanos conociéndose y haciendo, además, lo que más les gusta, torear. «No se pretende buscar el morbo de ver juntos a los “Cordobeses júnior”, sino que el objetivo va más por el cauce humano y de fraternidad entre dos personas que comparten la misma sangre y aún no han tenido la oportunidad de abrazarse. El sueño de mi hermano Manolo siempre ha sido compartir una tarde de toros con su padre, y no el hecho de batallar en el ruedo, sino porque pensaba que hacer el paseíllo juntos, posiblemente, podría derivar en un abrazo, no ya como padre e hijo, sino como compañeros. Ahora va a poder dárselo a su hermano Julio», añade.

Una jardinera sin hijos

La ruptura de Manuel Benítez con Martina dio mucho que hablar y llegó a especularse algo que, a la postre, se ha convertido en realidad: que el torero ya no amaba a su esposa y había encontrado a otra mujer. La realidad es que Manuel, a sus 80 años, vive un romance con Mari Ángeles (58), jardinera de profesión, sin hijos, con la que ya convive en su finca de Villalobillos, cercana a la localidad cordobesa de Almodóvar del Río. A diario, la pareja sale por la mañana para recorrer las tierras del torero, en las que los olivos y los naranjos requieren de su supervisión.