Mar Flores, un amor de millones de euros

La modelo, divorciada ya oficialmente de Javier Merino, ha iniciado una relación con el magnate mexicano Elías Sacal, de 51 años.

Mar Flores vuelve a sonreír tras su divorcio –ya oficial– de Javier Merino. La modelo y el empresario Elías Sacal se conocieron este verano en Ibiza y comenzaron a salir en septiembre. De 51 años y origen judío, Sacal es mexicano y heredero de una saga de constructores. Además, es presidente del Grupo Gicsa, líder en complejos residenciales y desarrollo inmobiliario de su país y propietario de la inmobiliaria Bay View Grand, dedicada a la construcción de lujosos hoteles y apartamentos frente a las playas de Cancún y Puerto Vallarta. Divorciado dos veces, es padre de tres hijos y, aunque es un hombre reservado al que no le gusta hablar de su vida privada, entre sus conquistas figuran varias famosas mexicanas, como la presentadora Marcela Cuevas, la periodista Adela Micha –con quien muchos creyeron que se casaría–, la modelo Rebecca de Alba y la cantante Ana Bárbara.

Entre sus aficiones destaca el mundo del toro y del arte. De hecho, es presidente de la Federación de Asociaciones de Amigos de los Museos de México. Como buen coleccionista, frecuenta las inauguraciones de las exposiciones más importantes de su país y es amigo del pintor Fernando Botero. Sin embargo, no todo es de color de rosa. El grupo que preside el mexicano adeudaba casi 50 millones de euros en 2013 en materia de impuestos. Además, en 2010 Sacal demandó a JP Morgan Chase Bank por hacerle perder presuntamente un negocio de más de 400 millones de euros.

La pareja ha sido fotografiada esta semana en París, donde Flores acudió a presenciar desde el «front row» el desfile de Aquazzura, organizado por Naty Abascal. Flores y Sacal fueron sorprendidos, tras almorzar juntos en el Four Seasons George V, dando un paseo por las calles de la capital francesa. Esta semana se han conocido también las claves del divorcio de Flores y Merino. Una separación de mutuo acuerdo en la que compartirán la custodia de sus hijos –Álvaro, de 12 años, Beltrán, de 10, y los mellizos, Bruno y Darío, de 5–. Además, no habrá pensión compensatoria y los gastos familiares se dividirán al 50 por ciento.