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Miguel Abellán: «Llevo tatuajes y no vivo con la filosofía del toro»

Miguel Abellán: «Llevo tatuajes y no vivo con la filosofía del toro»
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Le vi en la Feria de San Isidro donde, a pesar de ser la plaza más difícil, ha vuelto a triunfar. Lleva ya 18 temporadas toreando y ahora es un hombre con cara de niño. Está entrenando en el campo porque se encuentra en plena temporada, Miguel Abellán ha sacado un ratito para charlar conmigo y como siempre, auténtico y sin pelos en la lengua. Una madurez forjada con cada marca del toro en su piel.

–¿Contento con la Feria de San Isidro?

–Sí, muy satisfecho. Madrid es mi plaza; es un privilegio el poder haber hecho el paseíllo tres tardes; he cortado una oreja y la vuelta al ruedo. Es la plaza más difícil del mundo, de ahí que los triunfos sean tan importantes. Después de 18 años de alternativa si todavía soy capaz de emocionar al público para mí es un privilegio. Ya el año pasado pude torear seis toros aquí, y también triunfé en la Feria. Y este año lo he vuelto a hacer. Cada año es más difícil.

–Pero cada año le echas más arrestos.

–Madrid es una plaza que agradece mucho la entrega y yo lo hago sin límites. Eso el público siempre lo demanda: la autenticidad y el estar dispuesto a morir en una plaza.

–Eres poco tradicional.

–Soy un torero bastante atípico, llevo tatuajes, no vivo con la filosofía de la tauromaquia. Me enamora el mundo del toro, pero lo que es el toro y torear, el resto me da bastante igual. Paso de la crítica taurina, de los que se la cogen con papel de fumar porque los toreros no pueden hacer esto o lo otro. Me lo salto todo un poco a la torera, nunca mejor dicho, pero siempre con respeto a mi profesión.

–¿Qué llevas tatuado?

–A San Miguel Arcángel, el Santo que me identifica, el que consiguió matar al demonio.

–¿A qué demonios quieres matar tú?

–El miedo a morir delante de un toro, a perder a alguien de los míos, a superar las injusticias que sufro en mi trabajo.

–¿Qué impresión te da ir a Barcelona y ver que la plaza de toros se está convirtiendo en un centro comercial?

–A mí, que he toreado allí, donde un toro casi me quita la vida, me da bastante tristeza. Hay afición suficiente como para mantener esa plaza viva y creo que han privado de libertad a unos cuantos para dársela a otros. Todos estos políticos nuevos que quieren abolir la Fiesta Nacional no son conscientes del daño que supondría terminar con una profesión cultural y que crea casi cuatro millones de puestos de trabajo de manera directa.

–Tienes la boca muy bien cuidada.

–Mi buena amiga Marisa de Smylife es la encargada de que luzca esta sonrisa después de la cornada que sufrí en Madrid, que me arrancó media boca.

¿No fumas?

–Sólo después de hacer el amor.

–¿Crees que el hombre aguanta los 45 minutos que, según Boris, necesitamos las mujeres para llegar al orgasmo?

–El sexo es cuestión de «feeling». Puedes tener sexo maravilloso en dos minutos, o estar en la cama con una mujer durante una hora, tan a gusto.

–¿Eres tradicional en los lugares dónde hacer el amor?

–No. Para el sexo el lugar es el momento en el que te apetece.

–¿Y vas a ser padre algún día?

–En un futuro sí me gustaría, ahora hago el amor sólo por placer.

–Tienes pareja estable hace tiempo ¿crees en la fidelidad?

–Creo en que dos personas se entienden, se respetan y cuando eso deja de existir, se acabó la pareja.

–¿Por qué decidiste presentarte a «¡Mira quién baila!»?

–Poti fue el culpable de que me decidiera a bailar. Me pareció una oportunidad fantástica para descubrir la tele por dentro.

–¿Alguna vez te has enterado de que un compañero no quería torear contigo?

–Sí, claro. Es algo que se ha hecho toda la vida. Desde que el toro existe las figuras han mandado por encima del resto, Yo no lo he hecho nunca ni lo haría.

–Me gasto un dineral en una entrada y ese día el torero decide hacer lo justito, ¿qué le digo?

–En primer lugar, está muy mal que se sepa cuánto se lleva un torero por jugarse la vida. El artista no se cotiza por la cantidad de pases sino por lo genial que consiga ser en su obra. Me considero un artista y a veces soy capaz de lo mejor y otras, me juego la vida para conseguir emocionar al respetable.

–De la Prensa del mundo del toro ¿quién se mantiene en la misma línea contigo?

–Me irrita la ligereza con la que hablan en el mundo del toro. Nos hemos convertido en insensibles: se habla de un tío que se juega la vida con tanta frescura que los que hacen una crítica taurina no se dan cuenta de lo que cuesta llegar aquí. Han perdido el cariño y la sensibilidad que deberían tener.

–¿Cuánto pesa la chaquetilla del torero?

–Un traje puede llegar a pesar 8 ó 10 kilos. Pero es más lo incómodo que es, que lo que pesa.

–¿Te quedas solo un rato antes de salir?

–Sí, a masticar el miedo.

–Y en tu día a día, ¿qué modisto te gusta?

–Tom Ford.

–¿Y el pelo?

–Me lo cuida mi amigo Tuco Peluqueros, que es un crack, y Lorena Morlote, que es un amor.

–¿Un lugar para retirarte?

–Cualquiera con mar. Formentera me encanta.

–¿El caballero las prefiere?

–Morenas. Pero fantaseo con Scarlett Johanson.