Galicia

Millones de humildad

En el Hipódromo
En el Hipódromolarazon

Acabo de bajarme del avión que me ha devuelto a Madrid desde La Coruña. Últimamente por motivos de trabajo mi vida esta muy ligada a Galicia

Acabo de bajarme del avión que me ha devuelto a Madrid desde La Coruña. Últimamente por motivos de trabajo mi vida esta muy ligada a Galicia. La Coruña es una maravillosa ciudad que me trae recuerdos de juventud, ya que mi primer amor era jugador del Dépor. Pero no se puede hablar de La Coruña ni pasear por ella sin que te venga a la cabeza Amancio Ortega, ese hombre que sin duda alguna es el personaje más importante del siglo XXI en España a pesar de su humildad, de querer pasar desapercibido y de ser un ejemplo de generosidad y sencillez. Nada admiro más que a una persona capaz de levantar un imperio desde la nada, como Zara, ser el tercer hombre con mayor fortuna del planeta y, sin embargo, no cambiar su forma de vivir. Sigue en su ciudad, con sus amigos, sin hacer ninguna extravagancia y ayudando con su fortuna a diversas obras sociales.

Les voy a enumerar algunas por si Vds. no lo saben. No sólo ayuda en Galicia, donde acaba de financiar una residencia de ancianos en Arteixo, sede de Zara en Galicia, de 14 millones de euros, sino que también ha donado 40 millones a la Sanidad andaluza, que fueron entregados por su mujer Flora y su hija Marta a la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. Su fundación también ayuda a los jóvenes impulsando el cambio con el uso de nuevos instrumentos educativos que favorecen el acceso al conocimiento del estudiante y potenciando sus habilidades. Donó 20 millones a Cáritas y así podría estar enumerándoles hasta terminar esta crónica. Mi admiración por él y su familia es absoluta y puedo contarles algunas anécdotas muy clarificadoras de su actitud. Recuerdo un día en Chanel, había una madre y su hija deliberando sobre la compra. La hija quería un bolso y un vestido de esa firma, su madre le decía: «Decídete por uno de las dos porque no te voy a comprar todo, o bolso o vestido...» Al final, triunfó el vestido. Yo no sabía quiénes eran, pero me pareció una buena forma de educar. Y cuando me enteré de que eran la mujer y la hija del propietario de Zara, entendí lo que es el dinero en manos de personas con sensibilidad, sin hacer ostentación de nada y dando ejemplo. Otra anécdota que me emocionó fue cuando Marta me comentó que un día apareció en casa a la hora de comer con mi libro «Los diez mandamientos de la mujer once» diciéndoles: «Tenéis que leerlo porque habla muy bien de Zara», y tenía subrayados los renglones en los que yo decía que nadie había hecho tanto por socializar la moda y llevarla a todo el mundo como esa firma. De la misma forma que si quieres saber lo que se va a llevar pásate por Zara al principio de temporada. Tienes el abanico más completo.

De la sencillez de don Amancio Ortega habla y no termina todo aquel que le conoce. Nunca olvidó sus orígenes humildes ni aquel día en que a su madre le negaron más crédito en la tienda de comestibles de su pueblo y siendo un niño de 12 años se juró a sí mismo que nunca más le volvería a ocurrir eso a su madre. Dejó la escuela y empezó a trabajar. No hay empresa en nuestro país de la que nos podamos sentir más orgullosos. Ubicada en las mejores calles de todas las ciudades del mundo. Este español universal nos hace sentir importantes como españoles cuando vemos las tiendas Zara en París, Londres o Nueva York llenas comprando sus prendas. ¿Y saben lo que les digo? Que yo cuando viajo siempre termino en alguna de ellas porque tienen los mejores escaparates. España debería hacerle un un gran reconocimiento. Como mínimo, concederle el premio Principe de Asturias a su labor social y empresarial. Aunque el vaya de puntillas sin hacer ruido... Se lo merece. Para mí sería una alegría y una enorme felicidad conocerlo algún día y poder demostrarle mi admiración.

Quizá hoy debería haber comentado las elecciones, o el viaje de la señora Obama que nuestra reina muy delgada y menuda a su lado parece una muñequita. Pero lo que me apetecía es escribir de este gran hombre. durante mi corta estancia en Coruña sólo he oído hablar con enorme cariño y agradecimiento de el.