Cine

Cine

Ni hablar del peluquín

Los calvos están de moda; lo ratifican icónicos personajes cuyas cabezas rapadas lucen tanto como su atractivo sexual masculino

Bruce Willis y Jason Statham
Bruce Willis y Jason Stathamlarazon

Los calvos están de moda; lo ratifican icónicos personajes cuyas cabezas rapadas lucen tanto como su atractivo sexual masculino

Ser calvo está de moda. Los medio calvos se afeitan con la intención de borrar de su cabeza los rastros de esa pelusa que les hace parecer viejos antes de tiempo. Los calvos parecen más viriles y rezuman testosterona a poco que se cuiden. Ahí están los galanes de las películas de acción copando desde los años 90 las pantallas, las canchas de tenis y los campos de fútbol con su «look» bola de billar lustrosa y barba rasposa. Los hipsters han sido los primeros en afeitarse la cabeza, al modo de los gay osos, cuando más peludos y rudos más hermosos, peladillas con sus complementos de barbas salvajes, perillas candado o ese rastrojo piloso tan «chic» de la barba de tres días, en competición con los tupés pompadur, las coletas de rape y los moñetes de la tribu hipster.

En el pasado remoto de Hollywood solamente un actor joven triunfó gracias a su cabeza rapada, Yul Brynner, que se afeitó para interpretar en Broadway la comedia musical «El rey y yo», con la que se mantuvo en escena durante 4.626 representaciones, y remató con la versión cinematográfica. De origen ruso, se especializó en papeles exóticos: Ramsés II en «Los diez mandamientos» (1956); de ruso en «Los hermanos Karamazov»(1958); el primer vaquero calvo en «Los siete magníficos» (1960), y de mongol en «Taras Bulba» (1962). Solamente se puso bisoñé para «Salomón y la reina de Saba» (1959).

El caso de Telly Savalas es muy similar. Tras su interpretación del papel de Poncio Pilatos decidió seguir afeitándose la cabeza como un rasgo de estilo. Su fama se la debe al personaje televisivo «Kojak» (1973), un detective neoyorquino calvorota que succiona con desparpajo un chupa-chups. Triunfó como cantante ocasional con un tema pop recitado con su profunda y varonil voz: «If». Un estilo que había puesto de moda el cantante calvo Isaac Hayes, intérprete del tema «Las noches rojas de Harlem (Shaft)».

Telly Savalas interpretó al perverso Blofeld, refinado enemigo de James Bond en «Al servicio secreto de su majestad» (1969), imitado por el Dr. Maligno y su Miniyo en la saga de Austin Powers. Hasta los 90, ser calvo era indicativo de ser un malvado de la cultura popular. El peligro amarillo de Fu Manchú y sus imitadores: Ming en Flash Gordon y el Mekong en Diego Valor. También Lex Luthor, el archienemigo de Superman, representó a un calvo más malo que el comunismo. Quizá porque el mal no tiene ni un pelo de tonto, el más perverso de los villanos de cine fue el cenobita Pinhead, de «Hellraiser» (1987), con la cabeza y rostro asaeteados por alfileres, como la famosa cabeza del anuncio argentino de Geniol.

Pero con Samuel L. Jackson las cosas comenzaron a cambiar. El actor se afeitó el cráneo para mejor representar esa virilidad incuestionable del macho alfa. Se puso peluca de rizos prietos para el papel de «Pulp Fiction» (1995), pero la mayoría de sus interpretaciones con Tarantino las hizo con su característica calva, que llevó a las galaxias más lejanas en la nueva trilogía de «Star Wars», como el maestro jedi Mace Windu. Otro actor negro que ha lucido calva lustrosa es Laurence Fishburne, el enigmático y viril Morpheo de «Matrix» (1999). En la misma línea de los cachas exudando testosterona y esteroides y luciendo bíceps está Vin Diesel, calvo mega mazas especializado en pelis de acción tipo «Fast & Furious».

Pero fue Bruce Willis, el calvo más sexy del cine, quien lució los peluquines más logrados, hasta que la edad y los papeles le obligaron a interpretar personajes calvos sin rubor. Es cierto que mientras fue galán, desde la serie «Luz de luna» hasta bien entrados los 90, era imprescindible el buen bisoñé, pero hoy luce un «look» calvo blandi-duro de lo más atractivo. A Diesel se le ha unido otro emblemático de las pelis de acción, Jason Statham, el rey de la patada y la mirada fría. Asesino por encargo y conductor famoso por la serie «Transporter». Su alopecia ha ido en aumento, siempre con su aspecto de calvo con barba rasposa de macho-man sin afeitar, «look» que-te-den.

La sorpresa que corona y entroniza al musculoso de mirada tierna y cuerpo imponente es Dwayne Johnson, la Roca, al que la revista «People» acaba de nombrar «el hombre vivo más sexy del mundo». Además, la Roca es el macizo mejor pagado de Hollywood, con un sueldo de 58 millones de euros; la prueba viviente de que los calvos se han convertido en modelos en donde se miran millones de personas con menos porvenir capilar que Homer Simpson. También en el campo del deporte son sinónimo de hombres sexy y deseados buenitos como el tenista André Agassi y los entrenadores Zinedine Zidane y Pep Guardiola. Sus calvas lucen tanto como su atractivo sexual masculino, y ninguno quiere hablar del peluquín.