Cádiz
Paz Padilla ocultó su boda por los problemas del novio
Sólo los amigos más íntimos lo sabían. Por respeto a los problemas de su novio (imputado en la causa contra los jefes del Servicio Andaluz de Empleo por los cursos de formación pagados con fondos públicos), ya esposo, calló y guardó el secreto. No lo sabían ninguno de «Sálvame». Ni siquiera Mila o la Campos, con la que habló bastante el pasado miércoles. Comentaron las bodas ya realizadas hasta el «ufff» cansino. De la suya, ni mu. Calló discretamente y hábil escogió para hacerlo público y regalar todas las fotos por Instagram el día siguiente a la de Kiko Rivera para que la prensa aún estuviera tras los recién casados. Para el sorpresivo enlace en el atardecer dorado de Zahara de los Atunes, eligió un traje nada marinero, diseño de Alejandro de Miguel, el que revistió tricolor a las Campos para el enlace de Rocío Carrasco. Aunque fue una boda al borde del mar, lució vestido convencional hasta el suelo y velo largo. Destacó la espléndida forma física de Paz Padilla, que ya había estado casada con Albert Ferrer. Conocí bien aquella relación porque ella era segunda de Chiquito de la Calzada, al que no deja de copiar, cuando Antonio Herrero hacía en la Cope un semanal de humor. Paz empezaba. Luego fue actriz, ahora lanzadísima como «La Chusa» siniestra de «La que se avecina» y merece lo mejor. Sobresalió su hija de 19 años, Anna.
Y hablando de modales, choca con las exigencias de la ex Violetta argentina (Martina Stoessel), nada humilde y sencilla, como la flor de su nombre, en los platós y su enfado cuando al acreditarse le piden el pasaporte. Replica airada, pese a ni siquiera tener 20 años. Se le subió la fama:
–¿Cómo se atreven? ¿No saben quién soy?
–Pero es lo habitual, señorita. Todos pasan este trámite.
Y ella lanza sapos y culebras que asustarían a personas como Pepe Barroso, no sé si su futuro suegro. Ya no digo a Mónica, tan angelical y madre de Pepito, así lo vimos crecer. Ya no digamos a las «titas» Lulú y Marta. Parece que mantienen tórrido idilio. Pero la ex famosa, que ahora se llama Tini para el relanzamiento musical, ya ensayado sin éxito cuando acabó la serie de Disney, deberá poner los pies en el suelo y exigir menos para lo poco que da en su nueva carrera. Los Barroso deberían enseñarle conducta y modos, en los que son maestros. Físicamente no impacta, es muy ágil, baila bien y cantando es una de tantas, aunque se crea Donna Summer.
Choque de actitudes: hábil y estratégica la de Paz; inaguantable la de esta niñata.
Bodas sin tregua: no salimos de una y ya estamos en otra. Verbenera quedó la de Rocío y con mucho que esconder y contar la calentita de Kiko, que dolió a Isabel Pantoja al no ser religiosa. «Es que así será más fácil si la cosa no resulta», van soltando sus íntimos no muy amistosamente. Acaso conocen el percal y cómo a Kiko le cuesta aguantar una relación, aunque ésta lleve ya dos años. Irene llevaba en la suela de los zapatos escrito «Cuento de hadas», quizá para que no dudásemos de sus buenas intenciones. Cuento hay.
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