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Primer cara a cara judicial entre Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana

Ambos se ven hoy las caras en los juzgados; él ha solicitado el divorcio y pide la custodia de sus hijos, ya que ella no le deja verlos

La ex tenista Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana en el entierro de Emilio Sánchez en Barcelona en 2016. GTres Online
La ex tenista Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana en el entierro de Emilio Sánchez en Barcelona en 2016. GTres Onlinelarazon

Es la crónica de una ruptura anunciada. El divorcio de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana no pilla por sorpresa a quienes les conocen. Antes de su boda, en el verano de 2008, los padres de la ex tenista encargaron a una agencia de detectives un informe para demostrarle a su hija el error de contraer matrimonio con el empresario inmobiliario, al que acusaban de acercarse a la tres veces ganadora de Roland Garros por tener cuantiosas deudas. Ella, en un acto de rebeldía y sin importarle romper para siempre con su familia, pasó por el altar y lo hizo sin firmar ningún acuerdo prenupcial ni tampoco en régimen de bienes gananciales.

Además, se convirtió en el apoderado de todas sus sociedades. Diez años después y con dos hijos en común (Arancha, de 9 años, y Leo, de 7), Santacana presentó el pasado 3 de enero una demanda de divorcio en la Corte de Miami en la que se incluía una declaración jurada solicitando la custodia de los niños, ya que la madre le impedía verlos, y por considerar que ella no está en plenas facultades psíquicas para atenderles.

Veinticuatro horas después solicitó también un mediador para tratar todos los asuntos relacionados con los menores. Según afirma una amiga de la familia a LA RAZÓN, Sánchez Vicario se encuentra «devastada» porque «sigue enamorada de él», aunque ya hacían vidas por separado desde hacía dos años y Santacana llevaba cinco meses compartiendo casa con su nueva pareja.

Aunque Sánchez Vicario acusa al padre de sus hijos de haberse llevado del domicilio familiar en el que vivían hasta sus trofeos, personas cercanas al empresario lo desmienten. Según el entorno de la pareja fue esa relación de su marido con una tercera persona la que alertó a la deportista, pero él no solo lo negó, sino que le sugirió que acudiera a un psicólogo. Y es ese el informe que Santacana pretende utilizar para demostrar que Arantxa es incapaz de hacerse cargo de sus dos hijos.

La familia Sánchez Vicario, que según una amiga de la familia se ha enterado de la ruptura por la prensa, se encuentra muy afectada pero dispuesta a olvidar las antiguas rencillas y con ganas de ayudarla. A su separación hay que añadir que la deportista no pasa por buena situación económica. Además de que su fortuna está controlada por Santacana, tuvo que hacer frente a problemas con la Hacienda española tras fijar su residencia en Andorra durante los años 90, por lo que tuvo que vender sus propiedades en España: la casa de Esplugues y la de Formentera, además de un yate. Hoy es el día en el que se ven las caras y en el que declaran los testigos de Santacana sobre los ingresos de la pareja.