Distribución

Quien tiene un nombre famoso posee un tesoro

El príncipe Carlos de Inglaterra, el marqués de Griñon, Antonio Banderas y Bertín Osbone también explotan sus propias marcas.

Cayetano Martínez de Irujo, en el Salón del Gourmet promocionando productos de la Casa de Alba
Cayetano Martínez de Irujo, en el Salón del Gourmet promocionando productos de la Casa de Albalarazon

El príncipe Carlos de Inglaterra, el marqués de Griñon, Antonio Banderas y Bertín Osbone también explotan sus propias marcas.

Desde aristócratas hasta cantantes o futbolistas, quien tiene un nombre tiene una marca, que, bien explotada, es un tesoro. Los Alba no han sido los primeros, ni serán los últimos, aunque hayan sido de los más tardíos en llegar al club de las marcas. Carlos de Inglaterra explota una línea de gastronomía muy amplia que comprende desde vegetales y verduras de sus huertas hasta mermeladas, galletas o utensilios para la mesa. La marca «Duchy Originals» la fundó el duque de Gales en 1990. Lo primero que empezó a vender con su título de duque fueron unas galletas cuyos cereales se cultivaban en su finca de Highgrove. Sea por el tirón de su fama o por el fetichismo que para algunos tiene comer un trozo de sus galletas orgánicas que les hace sentirse un poco duques, lo cierto es que sus productos producen pingües beneficios.

Los Alba tampoco son los únicos aristócratas españoles que se han decidido a explotar su título como marca. El marqués de Griñón también ha sabido rentabilizar su título colocándoselo a los productos que comercializa. Sus vinos y su aceite son reconocidos en el mundo gourmet como exquisitos. Esa excelencia es la que le permite estar en la gama alta de las tiendas por ser producciones cortas con la mejor materia prima que no siempre viene de sus tierras, pero sí de otras que él supervisa.

También la gastronomía ha sido el sector elegido por el cantante y presentador Bertín Osborne para comercializar su nombre. Una línea de charcutería fina, con lomos, chorizos y excelente jamón ibérico, acuñan su nombre. A diferencia del príncipe Carlos, el marqués de Griñón o el Duque de Alba, en el caso de Bertín sus productos también llevan su imagen. Un rostro famoso es un gran activo que se puede aprovechar colocándolo en un producto. Eso lo han sabido entender Banderas, Bustamante y Cindy Crawford.

Antonio Banderas tiene su nombre registrado y de ahí que se lo haya puesto a una línea de perfumes y fragancias que gestiona la compañía Puig. Esos productos y su buena aceptación fueron el inicio de una veta comercial a explotar por el actor. Luego llegaron las gafas y, ahora, la línea de ropa «Selected homme». Bajo su logo, dos banderas y en el centro su nombre, «Antonio Banderas Design», que comercializa en camisas, gafas y fragancias. Bustamante es otro caso de cesión de nombre en un producto. Sus colonias suponen un buen ingreso para el cantante dado su precio asequible y su distribución, ya que se vende en supermercados.