Madrid

Raquel Sánchez Silva: «Me gustan mis brazos con musculitos»

La Razón
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Es una gran mujer, alegre y divertida. En su día a día da igual que vaya sin maquillaje porque Raquel es guapa y sólo con su sonrisa llena la cara de luz. Nos ha hecho emocionarnos con su último libro «Mañana a las seis», un homenaje a las mujeres de su vida, una vida de la que Raquel se siente muy orgullosa y no la cambiaría por nada.

–¿Cómo se cuida Raquel después de un día duro de trabajo?

–Me gusta estar en casa, cuidar mucho mi alimentación y recostarme en mi sofá con mi gato para recuperarme.

–¿Tienes algún ritual para salir guapa a trabajar o eres de las que va a cara lavada todo el día?

–Hago mal pero voy con la cara lavada casi siempre. Ya no tengo edad para hacerlo pero no me importa. En mi vida me cuido pero se impone la naturalidad. Como truco para salir bien en el trabajo: Sonreir.

–¿Qué trucos de belleza estás dispuesta a compartir conmigo? Cuéntamelos.

–El truco está en ser feliz, sonreír aunque te arrugues, beber mucha agua y dormir todo lo que puedas, y... en mi caso, papaya y piña. ¡Mucha fruta cada mañana!.

–¿Qué es lo que no puede faltar en tu maleta de viaje?

–Para cualquier aventura es importante llevar medicinas necesarias para cualquier imprevisto. También pastillas potabilizadoras, jabón desinfectante, fulares para hacerme un look en cualquier sitio, un impermeable, unas buenas zapatillas para caminar...

–¿Sólo eso?

–Bueno, dentro de mi maleta siempre llevo otra maleta (ríe), para poder decidir si dejo la grande en un punto y me pierdo con algo más ligero unos días.

–¿Cómo tiene que ser una buena pareja de viaje?

Paciente, flexible y divertida. A veces, no es fácil que dos vuelvan juntos de su viaje. Viajar puede ser muy estresante. En mi caso, intento adaptarme y saber disfrutar tanto o más de los planes del otro que de los míos. Dejar que el viaje me lleve. Es un truco que siempre funciona.

–¿Hay alguna parte de tu cuerpo de la que te sientas especialmente orgullosa?

–Me gusta mi boca porque cuando sonrío, algunas veces, contagio al que está cerca. Si quieres algo más estético, me gustan mis brazos con musculitos, heredados de mis años como jugadora de voleibol.

–¿Eres de buen dormir o te desvelas fácilmente?

–Tengo temporadas pero en general duermo bien, afortunadamente. Caigo rendida y no me desvelo aunque hay momentos y momentos.

–¿Cómo es tu ritual nocturno de belleza?

–Limpieza, limpieza y limpieza. Una buena ducha calentita, cremas para el cuerpo (tratamiento e hidratación). Me desmaquillo tranquilamente cuando vuelvo del trabajo y después una buena crema nutritiva para las manos, las uñas, los codos, rodillas, pies y los labios. Y por último, me cepillo el pelo. Esa es la señal de que el proceso ha terminado.

–¿Haces alguna dieta?

–Antes no comía fritos porque me sentaban mal, ahora ya no los como porque no me gustan. Creo que el origen de todo es la alimentación. Hay que ser muy serios con esto. Pero eso no quiere decir que algún día no coma «fast food», pero es muy de vez en cuando.

–¿Te gustan los hombres que se cuidan más que tú?

–Me gusta la gente que se cuida en general. Y para mí, cuidarse es también cuidarse para el otro. Por ejemplo, la higiene es necesaria por muchos motivos pero también es parte del respeto al otro.

–¿Qué prefieres, bolso pequeño o «maxi»?

–Grande, sin duda. Llevo demasiadas cosas conmigo. Y ahora que me muevo mucho con las bicis de Madrid, he vuelto a las mochilas.

–Si me dejaras ver lo que guardas en tu bolso, ¿qué es lo más curioso que me podría encontrar?

–Curioso poco. Me gusta llevar a veces zapatillas, calcetines japoneses muy pequeños o zapatos planos si llevo tacones pero creo que no soy la única.

–Si volvieras a nacer, ¿te gustaría llevar la misma vida?

–Fantasear con otras como si no pudieras vivirlas no me vale. Esta es mi vida, me gusta, soy fan y he vivido y vivo cosas muy hermosas que siempre recuerdo. Quiero esta vida y no la cambiaría por nada. Y si quiero vivir de otra manera o algún día sueño con vivir de otra manera y en otro lugar, me marcharé e intentaré hacer mi sueño realidad. La oportunidad empieza en ti.

Las mil y una edades

LA DEL DNI: 41 años.

LA QUE APARENTA: no llega a los 40.

Y LA PERCIBIDA: sonreír le rejuvenece, sin duda.