Actores

Val Kilmer, el cáncer y los demonios de Tsavo

Su imagen saliendo de un hospital con un tubo en el cuello similar al de las traqueotomías hizo sonar las primeras alarmas. Esta semana, Michael Douglas confirmaba que el actor padecía una grave enfermedad. Él no ha tardado en desmentirlo

Hombre de hielo. Kilmer fue rival de Tom Cruise en «Top Gun»
Hombre de hielo. Kilmer fue rival de Tom Cruise en «Top Gun»larazon

Su imagen saliendo de un hospital con un tubo en el cuello similar al de las traqueotomías hizo sonar las primeras alarmas. Esta semana, Michael Douglas confirmaba que el actor padecía una grave enfermedad. Él no ha tardado en desmentirlo

«Amo a Michael Douglas, pero está equivocado». Así respondía Val Kilmer a las palabras de su amigo, que en un acto celebrado en un teatro londinense había comentado que «Val era un tipo estupendo que está lidiando con el mismo tipo de cáncer que sufrí yo, y las cosas no pintan muy bien (...) Ésa es la razón por la cual no habéis sabido mucho de él últimamente». A falta de confirmar si a Kilmer le ha molestado el tiempo verbal («Val era un tipo estupendo»), sí sabemos que le importunó su abrazo de oso grizzley. Con incondicionales así, que orean tu estado de salud, para qué quieres némesis. Lo cierto es que desde hace dos años abundan los rumores respecto a la salud de un Kilmer exiliado de los focos. La gota definitiva fue una foto a las puertas de un hospital en la que luce un tubo de plástico idéntico al de las traqueotomías.

Pero su salud es suya y las habladurías importarían poco si no fuera porque Kilmer es un entusiasta seguidor de la Ciencia Cristiana, cuyos devotos celebran los poderes del culto como vía alternativa a la medicina. No añado «convencional» porque no existe otra: hay medicina y luego ensalmos. Kilmer niega la mayor, y, aunque no aclara si ha padecido cáncer, sí explica que estuvo al cuidado de los médicos de la UCLA.

Volviendo al bueno de Michael, suponemos que el hijo de Kirk Douglas, que padeció un cáncer de garganta y está curado, tuvo un arranque de locuacidad fruto de su buena salud. Nada más terapéutico que encarar a tus demonios. Nombrarlos equivale a abrir los cortinones para que el sol borre al vampiro. Pero una cosa es disertar sobre tus males y otra estar dispuesto a largar sobre los del vecino. Especialmente si la charla se celebra delante del público y con las dos primeras filas del teatro repletas de reporteros. Lo más interesante de la gala con Douglas fueron los pasajes en que rememoró «Los demonios de la noche», la película de 1996 en la que compartió reparto con Kilmer y que contaba la historia de los leones de Tsavo, dos felinos que en 1898 atacaron y devoraron a una treintena de trabajadores de la línea de ferrocarril entre Kenia y Uganda. El coronel John Henry Patterson, que dirigía las obras, acabó con los leones tras concluir que al ritmo que iban terminarían por merendarse a todos sus obreros. Sus pieles adornaron durante dos décadas la casa del militar, que escribió un libro sobre la cacería, y fueron vendidas en 1924 al museo de Historia Natural de Chicago. Un estudio reciente de la Universidad de California, después de analizar el ADN de los huesos y la piel de los leones, concluyó que el militar había exagerado su relato (habló de más de 130 víctimas mortales), y desveló la sofisticada distribución del trabajo que imperaba entre las fieras. Ambas participaban en la masacre, incluso a plena luz del día, pero mientras una centraba su dieta en los enclenques bípedos, la otra prefería dejarle con la pitanza para buscar gacelas. Sea como fuere, la historia tiene el encanto de los relatos coloniales de un África todavía salvaje y la película, masacrada por la crítica, es mejor de lo que muchos recuerdan. En estos meses de ejercer como superviviente y celebrar su lozanía, a Douglas le entró la nostalgia del cazador con salacot y Lee-Enfield calibre 303 que recorría la sabana en compañía de su amigo Kilmer. La luz de la morriña es ámbar y gusta de confundir el corazón de los hombres. A Douglas su optimismo le hizo una bribonada. Tampoco fue inmune a la fascinación de las grabadoras, que tiran de la lengua hasta que al día siguiente, resacoso de aplausos, llamas a los amigos para disculparte al grito de que ése no soy yo y no recuerdo nada.

Del Olimpo...

Donald Trump

Donald Trump está cerca de hacer historia. Las atolondradas revelaciones del FBI respecto al servidor de Hillary Clinton podrían revertir las encuestas y entregarle la cabeza de su enemiga. El martes sabremos si la tan cacareada decadencia de EEUU es algo más que un bulo propio de resentidos. Cuesta imaginar al rey de la telebasura en el lugar de Obama.

... al infierno

James Comey

Cuando sus agentes encontraron nuevos correos electrónicos de Hillary en el ordenador de una colaboradora que habían confiscado mientras investigan a su marido, también le entregaron una pistola. Si James Comey esperaba a que pasaran las elecciones para autorizar la reapertura del caso, sería masacrado, y si optaba por archivarlo, también. Eligió lo primero y podría costarle caro.