Asturias

Vanesa Escobar: «Ni se quién es la que dice ser hija de mi padre ni quiero saberlo»

Tanto el cantante como su mujer, Anita Marx, y su hija sabían de la existencia de María Eva García Figueras, pero nunca dieron credibilidad a lo que contaba. Ahora, la hija de Manolo Escobar quiere rendirle homenaje con una exposición itinerante de la colección de obras de arte que dejó.

Vanessa siempre ha estado muy unida a su padre
Vanessa siempre ha estado muy unida a su padrelarazon

Tanto el cantante como su mujer, Anita Marx, y su hija sabían de la existencia de María Eva García Figueras, pero nunca dieron credibilidad a lo que contaba. Ahora, la hija de Manolo Escobar quiere rendirle homenaje con una exposición itinerante de la colección de obras de arte que dejó.

Cuatro años después de su fallecimiento, Manolo Escobar se convierte en personaje de actualidad por distintos motivos. El más polémico lo protagoniza la asturiana María Eva García Figueras, de 58 años, que el jueves de la semana pasada presentó una demanda en el juzgado de primera instancia de Villaviciosa (Asturias) para que se reconozca que el popular cantante era su padre. Se está comprobando la documentación aportada por la demandante para dirimir si existen pruebas que permitan admitirla a trámite. De la existencia de esta mujer ya teníamos conocimiento hace años. Es más, cuando le pregunté en su momento a Manolo y a su mujer, Anita, si tenían constancia del asunto, me contestaron que no, que no se creían la historia de María Eva. Y Anita fue más allá: «Tengo plena confianza en Manolo y sé que no ha estado con otra mujer desde que estamos juntos». Tampoco la hija adoptiva del cantante, Vanesa, quiere entrar en detalles, y en su día ya me confesó: «ni sé quién es ni quiero saberlo». Aun así, la demandante asegura que hasta que cumplió 18 años visitaba asiduamente el chalet de Benidorm del artista y que mantenía una relación cordial con Escobar y su esposa, hecho que también ellos me desmintieron.

En el caso de que la demanda se admita a trámite, se solicitarán más pruebas, entre las que podría encontrarse un análisis de ADN que, debido a que el cantante fue incinerado, tendría que hacerse a alguno de sus hermanos. En caso de no ser aceptada, García Figueras podría recurrir a la Audiencia Provincial. La gijonesa, que ha rehusado hacer declaraciones, ya impugnó la paternidad del hombre que, hasta la actualidad, aparecía como su padre y con el que se crió. Un paso previo sin el cual no se podría interponer la demanda de paternidad respecto al popular cantante. Cuando falleció el artista, María Eva intentó ponerse en contacto con Anita y Vanesa sin lograrlo, ya que la familia de Escobar siempre ha negado la posibilidad de una hija ilegítima. Pero la asturiana insiste en que su madre habría mantenido una relación con el coplero antes de que este contrajera matrimonio con Anita.

La otra noticia que coloca al cantante en la actualidad es que Vanesa quiere hacer realidad uno de los sueños de su padre: exponer su importante colección de cuadros, guardados y custodiados por fuertes medidas de seguridad en un almacén, en una gira por España. En la etapa económica más boyante del artista, según una fuente cercana, «llegó a reunir más de dos mil obras de pintores españoles contemporáneos. Tenía cuadros de artistas tan cotizados como Barceló, Chillida, Tápies, Antonio Saura, Urculo, Zuloaga, Juan Gris, Nonell, Vázquez Díaz, Ramón Gaya, Benjamín Palencia, Millares, Guinovart, Canogar, Feito, Chirino, Lucio Muñoz, Gerardo Rueda, Torner, Sempere, Genovés, Darío Villalba, Arroyo, Manolo Valdés, Gordillo, Carmen Laffón, José Manuel Ballester, Sicilia, Broto... Pero en sus últimos años de vida, y a causa de su enfermedad, tuvo que deshacerse de las más importantes. Era un hombre generoso y ayudó a amigos en mala situación económica. De hecho murió sin que alguno de ellos se lo devolvieran. En su herencia no dejó mucho más que el chalé de Benidorm y la colección pictórica».

En ese legado quedaban menos de la mitad de los cuadros adquiridos en vida. Vanesa aclara que «no murió millonario, y entre los cuadros que quedaron en el testamento había muchos grabados de escaso valor y retratos y lienzos de temática familiar. Tanto él como mi madre vendieron obras para vivir, porque escaseaban los contratos y les quedaba poco dinero en la cuenta... No entraban en casa los ingresos de antaño y los médicos que trataban a mi padre eran privados, con lo que se gastaron un dineral. Sinceramente, la herencia no me dio ni para comprarme un piso. Ahora mismo, mi marido y yo pagamos una hipoteca de 300.000 euros a 30 años. Vivimos en La Guindalera, bien, pero sin lujos...». La pareja inició hace meses las conversaciones con diferentes entidades culturales y diputaciones para llevar a cabo este proyecto. También están a la espera de recibir respuesta del Reina Sofía y de distintas entidades gallegas, levantinas y andaluzas. A ellos les gustaría comenzar esa «gira» en Benidorm, el lugar donde sus padres disfrutaron de los mejores años de sus vidas. «No busco un interés económico, sino homenajear a mi padre cuando se cumplan cinco años de su fallecimiento. Sé que a él le habría gustado que los españoles vieran los cuadros que a él le costó tanto adquirir». Buena parte de la colección estaba colgada en la casa de Benidorm, actualmente a la venta por un millón de euros. En la última entrevista que le hice me los enseñó. Era el verano de 2012 y me confesó que «si la situación musical no mejora, no me quedará otra que vender algunos para poder comer». Ya se encontraba enfermo pero ni se le ocurría pensar en que podría morir un año más tarde. En esa época expuso sus obras en el Centro de Arte Alcobendas. Allí, pudimos ver algún Tápies, Chillida, Barceló, Vázquez Díaz o Juan Genovés. Algunas fueron vendidas por su viuda dos años más tarde.