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Vargas Llosa sobre su divorcio: «He sido más generoso de lo que lo será el juez»

Llosa-Preysler: divorcio y boda en el verano de 2016. En estos seis meses, el escritor ha abogado por un divorcio justo pero el despecho de Patricia Llosa lo ha impedido. Admitida ya la demanda a trámite, es bastante posible que para junio del año que viene estén divorciados. El Nobel tiene claras sus intenciones

Quiso una separación pacífica y un divorcio justo y sin ruido, pero Patricia Llosa ha impedido cualquier acuerdo amistoso
Quiso una separación pacífica y un divorcio justo y sin ruido, pero Patricia Llosa ha impedido cualquier acuerdo amistosolarazon

Quiso una separación pacífica y un divorcio justo y sin ruido, pero Patricia Llosa ha impedido cualquier acuerdo amistoso. La demanda de divorcio presentada por el Nobel ya ha sido admitida por un juzgado de Madrid. En junio del próximo año podrá casarse con Isabel Preysler

Marío Vargas Llosa tiene claro que Isabel Preysler es la mujer con la que quiere pasar el resto de su vida. Posiblemente llevaba esperando treinta años a que el viento soplase a su favor y que pudiera ser realidad, que es algo muy propio del mundo fabulado de un escritor. Su matrimonio con Patricia lleva roto desde mucho antes de «celebrar» juntos los 50 años de casados en Nueva York. La aún esposa del Nobel enviaba un comunicado erróneo, motivado más por el despecho que por la realidad, en el que parecía que esa reunión familiar era un cónclave de alegría por llegar a las bodas de oro. Sí, era una reunión pero no para conmemorar la unión del matrimonio; todos los implicados directos, los tres hijos, sabían que aquello estaba roto y que él estaba enamorado hasta las trancas de Isabel Preysler.

Al parecer, Vargas Llosa nunca mintió, quiso una separación pacífica y un divorcio justo, pero el despecho de ella lo ha impedido. No era la primera vez que el Nobel se enamoraba de otra mujer, en 50 años de convivencia, pero siempre acababa regresando a casa. Esta última ha sido la definitiva. Él salía de su domicilio madrileño con las maletas y portatrajes para instalarse en el hotel Eurobuilding y desde ahí, a la casa de Isabel Preysler. Curiosamente siempre son ellos los que se instalan en la casa de Preysler. Lo hizo Griñón y lo hizo Boyer.

Lo que otra mujer no hubiera estado dispuesta a aguantar, quizá por dignidad, Patricia no lo sentía así y se ha empeñado hasta el final en un incierto no pasa nada. En estos seis meses, el escritor «ha tratado de llegar a un acuerdo siendo muy generoso en el reparto de bienes», según cuentan fuentes de su entorno, pero Patricia se ha negado a aceptar cualquier acuerdo amistoso. Hay que tener en cuenta que están casados con régimen de gananciales, es decir, que a ella le corresponde, por la Ley española, que es la que les juzgará, la mitad del patrimonio que hayan hecho en común en sus años de matrimonio.

Como no hay tiempo que perder porque el escritor tiene muy claras sus intenciones, y ante la intransigencia de ella, se vio obligado hace dos semanas a presentar la demanda de divorcio en el juzgado, después de haberlo intentado de todas las formas posibles: personalmente, a través de los hijos e incluso con abogados.

Antes de irse a Estados Unidos, deja todo listo para que se presente en el juzgado decano de Madrid. Desde ahí la demanda sale en el reparto hacia el juzgado de familia que le corresponde por turno en los juzgados de la calle Francisco Gervás y ya está admitida a trámite. La notificación con la demanda de divorcio ha salido hacia los tres domicilios posibles de Patricia; Madrid, Nueva York y Lima. La casa de Londres la vendieron hace tiempo, así que sólo hay tres domicilios familiares posibles. «Cuando al juzgado le conste que la ha recibido, el abogado y el procurador de Patricia tienen que contestar a la demanda en el plazo de 20 días o la declararán en rebeldía», nos aclara Purificación Pujol, abogada y socia del despacho Montero-Aramburu. Se da la circunstancia que Purificación también ha sido jueza. «Hace años tenías que poner una causa para divorciarte; infidelidad, malos tratos o dependencias, ahora no. Te puedes divorciar sin alegar motivos y al no haber hijos menores, ni vivienda conyugal que asignar, es un tema mercantil que se lleva a un juzgado de familia porque deriva de un divorcio, pero el objeto del conflicto es patrimonial».

Mario Vargas Llosa escribe más o menos un libro al año, más sus colaboraciones en medios de comunicación, cursos, conferencias y debates. Según la agencia literaria de Carmen Balcells, que representa y gestiona los derechos de autor del Nobel desde hace casi 50 años en todo el mundo «es uno de los escritores de habla hispana más vendidos en el mundo, y más desde que ganó el Premio Nobel en 2010. Sus derechos de autor suelen ser entre un 10 y un 12 por ciento del precio venta al público de sus obras». Los derechos de autor se liquidan anualmente y vienen a ser como las rentas de un alquiler de una vivienda. Los libros, si se venden, generan unos ingresos que, si Mario Vargas Llosa quiere, puede ceder a otra persona a modo de renta, pero son propiedad del escritor. A esos derechos por sus obras se unen las tres viviendas en Lima, Nueva York y Madrid, las bibliotecas con libros algunos de ellos incunables y primeras ediciones o la colección de cuadros. El patrimonio es considerable y será el juez, si no llegan a un acuerdo antes de la celebración del juicio, el que lo reparta al cincuenta por ciento para cada uno. «Por la experiencia que yo tengo –afirma Purificación Pujol– siempre es más beneficioso llegar a un acuerdo que un tercero, en este caso el juez, decida por los dos. Si el juez resuelve, le dará menos de lo que ofrece el que quiere divorciarse. Tengo la seguridad, porque he sido juez, de que si no se llega a un acuerdo y se pleitea, Patricia puede perder mucho del patrimonio que podría conseguir con un acuerdo mutuo. No tiene ningún sentido dilatarlo por querer seguir siendo señora de Vargas Llosa porque al estar ya presentada la demanda en el juzgado hay unos plazos relativamente cortos para dictar sentencia».

Si todo va como la Justicia marca en estos casos, Purificación Pujol, de Montero-Aramburu, abogados, cree que para el próximo verano Mario Vargas Llosa será un hombre divorciado. «Patricia tiene que elegir abogado y procurador colegiados en España y para Reyes ella habrá tenido que contestar. Aproximadamente en marzo puede que se fije la fecha del juicio, donde los dos tendrán que sentarse en el banquillo a declarar, y a los veinte días de la celebración de la vista, se dictará sentencia. Para junio es posible que , si no surgen complicaciones, estén divorciados».

El Nobel también podría haber presentado la demanda en Perú, donde se casaron y donde ahora parece que reside su ex, pero la ha presentado en España porque es aquí donde vive con Preysler, donde tiene residencia, es ciudadano español y marqués nombrado por el Rey Juan Carlos y, curiosamente, es donde la legislación resulta más protectora con las mujeres y posiblemente más beneficiosa para Patricia que en su Perú natal.

Lo cierto es que un hombre profundamente enamorado como Mario Vargas Llosa, al que Isabel Preysler le ha dado una vitalidad por la que es capaz de ponerse el mundo por montera, será generoso en la cesión del patrimonio que le corresponda a la madre de sus tres hijos, que podrán ser llamados a declarar en el juicio si hay que dirimir algo del patrimonio en lo que ellos hayan sido testigos. La felicidad da vida y la inteligencia es el bien que más aprecia Isabel.

Él regresa a Madrid y se instalará a principios de diciembre en casa de Isabel. Un chalé que nunca ha estado a la venta y sigue sin estarlo. Las visitas que ha podido hacer ella al edificio Milenium han sido para ver a tres amigas que viven ahí, no con intención de comprar un piso. Lo que es seguro es que pasarán juntos las Navidades y puede que, dado lo bien que estuvieron los hermanos Preysler el año pasado en Estados Unidos, repitan este año la experiencia de volver a vivirlas al otro lado del charco. Es algo que están decidiendo ahora los cinco hijos de Isabel, pero lo que es seguro es que Isabel y Mario las pasarán juntos. Si en verano el Nobel es un hombre libre, puede que le pida matrimonio a Isabel. Desde luego ella no tiene ninguna necesidad de casarse porque se vale por sí misma, como ha demostrado en todas sus relaciones anteriores. Han sido sus maridos los que han insistido en dar ese paso por muy «progre» que fuera Miguel Boyer, es él quien insistió hasta que Isabel accedió.

El litigio es inevitable

«El hecho de que la demanda esté en el juzgado desde hace dos semanas y que no haya trascendido mediáticamente dice mucho a favor del juez, el secretario y los funcionarios del juzgado, aunque será inevitable que trascienda, sobre todo cuando se señale la fecha del juicio», explica Purificación Pujol, que sabe de lo que habla porque ha sido juez y ahora es parte. Diariamente se resuelven 356 demandas de divorcio en España y la edad media de los demandantes se sitúa en los 45 años de edad. En los periodos de crisis económica hay menos demandas de divorcio y he notado un aumento de separaciones a mediados del año pasado. Los divorcios de mutuo acuerdo son escasos, siempre se acaba litigando y tan sólo el 13 por ciento decide pactar a pleitear. La batalla de los Vargas Llosa está dentro de lo normal. Nada literario.