La moda sostenible se hace hueco

Marcas como Artaps, Suela y ThreeOnes utilizan algodones y tejidos orgánicos, materiales reciclados y producen sin generar ningún tipo de residuo.

La producción mundial de prendas de ropa se ha duplicado en los últimos 15 años. Si en 2000 se fabricaban unos 50.000 millones de atuendos, en 2015 se superaba los 100.000 millones. Los impactos del sector de la moda en el medio ambiente no paran de crecer; el 60% del tejido que se utiliza en el mundo es poliéster, un derivado del petróleo que cada vez que se mete en la lavadora desprende microplásticos que terminan en el mar y en la cadena trófica, es decir, en nuestro propio organismo. El otro 30-40% es algodón, pero los certificados como orgánicos (entre otras cosas, los cultivos están libres productos fitosanitarios) representan solo un 0,8%. Sin embargo, una parte cada vez más significativa de productores optan por tejidos y procesos de producción más sostenibles. Y es que en la fase de diseño se puede evitar el 80% del impacto de las prendas; solo con la elección de un tejido, orgánico o verdaderamente reciclable, se reduce un 50% la huella ecológica de la ropa. «La industria y las grandes empresas están preocupadas por reciclar, pero se trata de respetar el ciclo biológico con tejidos naturales y en que lo que se usa pueda volverse a reciclar, porque si mezclamos algodón orgánico con poliéster, aunque éste sea reciclado, estaremos generando el mismo problema.

Por otro lado, están los desechos de la propia industria, de los que solo se recicla el 1% (nada comparado con los 100.000 millones de toneladas de prendas que se producen anualmente). «Los objetivos de Desarrollo Sostenible hablan del consumo responsable y de otra forma de producir pero a la industria todavía no le llega el mensaje», explica Gema Gómez, responsable de Slow Fashion Next en España. La moda sostenible se va haciendo hueco, también dentro de las ferias. En el Salón Internacional del Calzado y Accesorios Momad, que se celebra este fin de semana en Madrid, los expositores «verdes» han aumentado un 10% respecto a anteriores convocatorias. Los materiales reciclados, restos de patrones y tejidos naturales son los protagonistas. Entre las propuestas, las joyas de precios asequibles de la firma Artaps, hechas a partir de CD’s en desuso, que la diseñadora recicla para sus creaciones. «En España hay dos centros que reciclan estos objetos; todo porque la separación del plástico y las partes metálicas es compleja y no demasiado económica», explica Cristina Valdespina, creadora de la firma. Inés de la Calzada utiliza sedas ecológicas; una parte son sedas Ahimsa, también llamadas sedas de la paz, porque se obtienen sin necesidad de matar al gusano que las produce. Sus prendas combinan las sedas con biolanas merinas o hilo proveniente de las botellas PET. Otro ejemplo es el de Anuscas Family, que utiliza desechos de chaquetas, trajes de hombre y retales de cuero para coser bolsos y complementos, mientras la marca Castor presenta sus gafas, relojes, altavoces de madera con certificado FSC, es decir, de madera de bosques gestionados de forma sostenible.

UN ETIQUETADO CONFUSO

Las etiquetas de la moda convencional o la llamada «fast fashion» no son tan verdes como algunas veces quieren hacernos ver. Por ejemplo si una prenda contiene menos de un 10% de un tipo de tejido, la ley no obliga a las empresas a reflejarlo en su etiqueta. «Podemos encontrar prendas en las que diga 100% algodón y que contenga poliéster o lactano no declarado. Si eres alérgico u optas por una compra más sostenible, no tienes información», explica Marina López, presidenta de la Asociación de Moda Sostenible de España. Los datos que se dan son básicos: empresa, cuidados y, como mucho, «un código que identifica la fábrica, pero no sirve al cliente para saber de dónde y cómo se ha hecho la prenda», matiza López. Quien opte por prendas sostenibles debe saber que existen varios certificados que demuestran el origen natural de los tejidos o que los procesos de fabricación han respetado los derechos humanos y el medio ambiente.

UN 10% DE LOS COCHES, EN RIESGO DE NO PASAR LA ITV POR EMISIONES

A partir de mañana la ITV cambia en toda España. A las pruebas habituales del Procedimiento de Inspección se incorporan herramientas de lectura del sistema de diagnóstico a bordo (OBD) de los vehículos ligeros matriculados a partir del año 2011 y los vehículos pesados matriculados a partir de 2015 para la comprobación, entre otras cosas, del sistema de control de emisiones (hasta ahora se comprobaba midiendo los gases del tubo de escape). No es un nuevo sistema de control de emisiones ni se van a medir nuevos contaminantes, sino que a través del OBD o centralita del coche se va a comprobar que el sistema de control de emisiones que incorporan dichos vehículos no presenta errores ni tampoco averías y, en la medida de lo posible, que éste no ha sido manipulado ni presenta desconexiones o desmontajes fraudulentos.