Memoria histórica

La pelea de Luis Alfonso de Borbón: «Cuando se ataca a Franco se ataca a los míos y a media España»

El duque de Anjou, que será padre por cuarta vez en febrero, sale en defensa de su familia, a la que considera perseguida: «Cuando se ataca a Franco, se ataca a los míos, al menos a media España, a la Monarquía y a la Iglesia». Además, se sincera sobre la educación que le está dando a sus hijos y desmiente las últimas acusaciones hacia él: «No soy homófobo»

Luis Alfonso de Borbón en Reto 48, centro deportivo que inauguró hace dos años en la calle Velázquez y que pronto tendrá otras dos sedes en Madrid/ Foto: Gonzalo Pérez
Luis Alfonso de Borbón en Reto 48, centro deportivo que inauguró hace dos años en la calle Velázquez y que pronto tendrá otras dos sedes en Madrid/ Foto: Gonzalo Pérezlarazon

El duque de Anjou, que será padre por cuarta vez en febrero, sale en defensa de su familia, a la que considera perseguida: «Cuando se ataca a Franco, se ataca a los míos, al menos a media España, a la Monarquía y a la Iglesia».

Me recibe en su despacho, ubicado en una céntrica calle de Madrid, con polo rojo y cinturón y zapatillas abrazadas por la bandera rojigualda. Presidiendo la sala, un «collage» biográfico, obra de su hermana Cynthia Rossi, con imágenes de su vida y la de su esposa venezolana. Ante el lienzo me repasa sus 44 años sin hacer ni un guiño a las desgracias que le arrebataron a su padre (el duque de Cádiz) y a su hermano mayor (Francisco) antes de que él cumpliera 15 años. Hablar del descontento familiar por la exhumación de su bisabuelo, Francisco Franco, parece un encargo liviano, pero no lo es. Decidido a hablar, el hijo de la duquesa de Franco lo afronta con la misma naturalidad con la que charla sobre sus hijos, su trabajo, sus ideas políticas o el tema catalán.

La paternidad se ha vuelto a hacer hueco en su agenda, así que la conversación arranca por su vertiente más personal y desconocida: «Hay que educar con el palo y la zanahoria. Mis hijos (Eugenia, de 11 años, y los mellizos, Alfonso y Luis, de 8) solo tienen televisión y juegos los fines de semana y un iPad que comparten los tres. Hay que enseñarles que las cosas cuestan, como nos inculcaron a mi mujer y a mí de pequeños». Es la primera vez que nombra a Margarita Vargas, la heredera venezolana, 10 años más joven que él, con la que se casó en 2004, y las normas de cortesía me obligan a preguntarle por el embarazo: «Está de cinco meses y quizá, en comparación con los otros, está más revuelta. Es un varón y estamos eligiendo el nombre. Será el que nos guste a todos». ¿En su casa rige la mayoría absoluta?, interrumpo. «Si la cosa se pone complicada, se impone la mayoría cualificada», puntualiza. Curiosamente, en los negocios del primo segundo de Felipe VI también habrá alumbramientos. Reto 48, el centro deportivo que inauguró hace dos años en Velázquez, tendrá pronto hermanos gemelos en Madrid. «Estamos creciendo mucho, hemos ampliado las instalaciones de Velázquez y en el primer semestre de 2019 contaremos con dos sedes más, en La Moraleja y Pozuelo». Este método, cuyo mantra es «sé más fuerte que las excusas», implica 48 sesiones seguidas de ejercicio, 3 de nutrición y 8 de estética, por lo que solo queda un día de tregua a la semana, aunque también existen versiones más «light». «Además, si estás de viaje, como me pasa a mí al menos una vez al mes –apunta–, el entrenador te manda deberes. A mí me funciona y más ahora, que tengo unos kilos que quiero perder y poco tiempo».

«Nunca me he escondido»

La jornada laboral del bisnieto de Alfonso XIII arranca pasadas las 7:30 de la mañana y se extiende entre 12 y 14 horas. Si está en territorio patrio, antes de que se lo cuenten, se desayuna los digitales. Cuando le toca volar a la tierra de Nicolás Maduro, donde ejerce como vicepresidente internacional del Banco Occidental de Descuento, propiedad de su suegro, Víctor Vargas, lo hace empapelado con la Prensa nacional: «Me leo todo y así no me duermo, para llegar rendido y no quedarme la noche en vela. No me funciona. Al final siempre tengo “jet lag”». En algunos de esos diarios le tachan de haberse radicalizado: «Nunca me he escondido. Ahora estoy empezando a ser más protagonista por mi familia, por el cariño que le tengo a mi abuela, porque hay que defender la historia tal y como es y no manipularla». Ya metidos en harina, desvela su postura sobre la exhumación de su bisabuelo, embalsamado 19 meses después de que él se convirtiera en el segundo hijo de S.A.R. Alfonso de Borbón y Carmen Martínez-Bordiú: «Lo primero que hay que valorar es si el Gobierno tiene competencia para exhumar a Franco. Su cuerpo pertenece a la familia y sin nuestro permiso no se puede hacer nada. Exhumar a un fallecido sin el consentimiento de los suyos es una profanación y, por tanto, un delito penal. Tengo mis dudas de que la Iglesia, en su caso, permita semejante actuación», expone.

Lugar de reconciliación

Cuando explicito que la intención del Gobierno de Sánchez es buscar un lugar de encuentro, el duque de Anjou discrepa: «El Valle de los Caídos ya es un lugar de reconciliación, donde fueron enterradas víctimas de ambos bandos de la Guerra Civil. Los que quieren exhumar a mi bisabuelo son los que no desean pasar página. Franco está enterrado en el Valle de los Caídos porque el Gobierno y el Jefe de Estado de entonces, S. M. el Rey Juan Carlos, lo solicitaron a mi bisabuela. Cuando se ataca a Franco se ataca a los míos, a más de media España, a la monarquía que instauró y a la Iglesia a la que protegió. También quieren derrumbar la cruz más grande del mundo. ¿No será esto un ataque al cristianismo?». Entonces le planteo qué solución hay para esos republicanos que siguen en las cunetas: «Discrepo de las cifras que dicen y hay víctimas de ambos bandos. Dicho esto. Todo el mundo tiene derecho a una digna sepultura, sea cual sea el lugar en el que militaron». Me inquieta conocer si no hay nada en la biografía del Caudillo de lo que se tenga que arrepentir. Entonces, afirma: «Se acabará viendo lo que Franco hizo por este país porque evitó el exterminio de los católicos, mejoró las infraestructuras, el tejido empresarial, creó la clase media... Muchos libros avalan sus avances sociales». Hay más. Diferentes instituciones tienen por objetivo expropiar el Pazo de Meirás o ilegalizar la Fundación Francisco Franco. «El Pazo de Meirás es de mi familia, si lo quieren, que paguen un justiprecio. Mire, la familia Franco está sufriendo una persecución mediática, dirigida e ideologizada. Yo soy presidente de honor de la Fundación, que divulga la obra de mi bisabuelo. Este cargo lo ocupó mi querida abuela y le estoy guardando un año de luto». Mientras intento acordarme del orden de sus seis nombres (Luis Alfonso Gonzalo Víctor Manuel Marco), le recuerdo que hace unos días le han rebautizado como el «azote de los homosexuales». ¿Qué hacía el sobrino del Rey Emérito en un Congreso Mundial de Familias en Moldavia, que se ha enfrentado al colectivo gay? ¿Es cercano a la ultraderecha? «Tengo amigos en Vox, en el PP y en todos los partidos», admite Luis Alfonso. «¿Y en Podemos?», apostillo. «Pues imagino que también. Soy apolítico, pero tengo mis valores y voto con conciencia. Y no me considero homófobo. Estaba en ese Congreso porque creo en la familia». Después de pasear el nombre de España durante más de una hora, cierro el cuestionario con el «procés». «Lo de Cataluña me preocupa mucho. Creo en la unidad de España y que a nivel europeo se necesita fortaleza y estabilidad», concluye.