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Banderas: «Estamos intoxicados de política»
El actor, que rueda con Almodóvar en Madrid, presidió la gala Starlite acompañado de su novia
El actor, que rueda con Almodóvar en Madrid, presidió la gala Starlite acompañado de su novia.
«A las diez de la noche del viernes terminé de rodar con Almodóvar en Madrid, llegué a Málaga a las once cuarenta y me voy mañana (por hoy domingo) a seguir rodando hasta el 31 de septiembre». Así recibía Antonio Banderas a la prensa horas antes de firmar un Ford Mustang donado a la Starlite, junto a su novia Nicole Kimpel y a la hermana de su novia, Bárbara, que comienza a mutar ya en «celebritie». «Volver a trabajar con Almodóvar y Penélope, que hace de mi madre, es un placer indescriptible pero complicado y difícil, pero yo no voy a trabajar con Almodóvar como el que va a una fiesta. Voy a hacer cine de verdad, y para que eso ocurra hay que desnudarse y poner los codos sobre la mesa para tratar de entenderle con todos los sentidos. He interpretado a Picasso en los años de madurez, cuando se expresaba con un trazo muy simple, y creo que Almodóvar está entrando en esos territorios, donde no necesita de barroquismos», dijo. También quiso aclarar que «nunca me han ofrecido un cargo político, pero yo no aceptaría, lo digo para que lo sepan y no insistan. Si yo supiera cómo solucionar la emigración me dedicaría a la política aunque creo que estamos intoxicados de ella. La continua campaña electoral es insoportable. Alguien ha propuesto uno a modo de Plan Marshal para África, pero no se materializa porque no tiene rédito político, hacerlo significaría invertir 30 años de trabajo».
Sobre la intención de su hija Stella del Carmen de ser actriz, lo tiene muy claro: «Esta profesión es como la estrella del árbol de Navidad, que brilla mucho por delante y por detrás es de cartón. Siempre hemos querido que nuestros hijos fueran libres con personalidad y no se dejasen llevar por el borreguismo».
Se nota que ya se ha liberado del miedo que sufrió por sus problemas cardíacos: «Estuve muy asustado. Ya se me ha quitado el miedo. Solamente he dejado de fumar pero no quiero cambiar nada más. Si me muero antes, me muero pero no quiero vivir muerto».
Poco más que decir antes de que comenzara la gala y es que a principios de agosto de 2010, la entonces primera dama norteamericana, Michelle Obama, pasó unos días con sus hijas en Málaga. En el mismo lugar, el hotel Villapadierna de Marbella, donde tres actores que habían colaborado en la campaña de recaudación de fondos para aupar a su marido, Barack, a presidente de los EEUU, pensaban celebrar una cena benéfica. Ahí nacíó la Starlite Gala, con Eva Longoria, María Bravo, Antonio Banderas, su entonces esposa, Melani Griffith y Sandra García-SanJuan. Michelle no bajó de su villa para unirse a la cena, pero el efecto mediático de que eso pudiera suceder fue enorme. Dos años después, la mitad de los fundadores se separaban, Bravo y Longoria, creaban otra, pero hay una firma, Ford, que siempre estuvo presente y como señala el gerente de comunicación de la marca, Victor Piccione, «ha habido ocasiones que en celebraciones mías familiares, ha habido más gente que en aquella cena en el Villapadierna». Anoche eran 430 los asistentes a la XIX Starlite, en la cantera de Nagüelles de Marbella, que pagaron entre 500, 750 y 1.000 euros. Tanto invitados como «paganos», cenaron el mismo catering preparado por Lepanto: carabinero con calabaza y solomillo en una noche solidaria para dos Fundaciones. La mitad de lo recaudado se reparte entre la Fundación mexicana Niños en Alegría, de García-Sanjuán, y la de Antonio Banderas, Lágrimas y favores. En ese hueco arañado a la montaña marbellí, anoche, Carlos Latre y Valeria Mazza fueron los presentadores y animadores de una subasta salpicada con las actuaciones de Miguel Ríos, Juanes, Sara Baras y un fin de fiesta con Juan Magán. Aunque antes Banderas recibió su sorpresa cuando David Bisbal le cantó el cumpleaños feliz coreado por las 500 voces de los presentes.
Lo caro que es casarse
Como su novia ha declarado hace poco que quiere casarse, Antonio Banderas echa balones fuera, aunque deja abierta la posibilidad, no cierra puertas: «Casarse es muy caro, no sabes lo caro que sale el asunto. Yo digo que estoy como casado; Nicole es mi mujer y yo soy su hombre, y estamos muy bien así. Si yo me casara sería algo muy para nosotros».
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