Cómo conservar durante largo tiempo las fotos del verano

Los actuales soportes de almacenamiento digital tienen una vida más limitada de lo que podemos pensar.

La fotografía más antigua que se conserva fue tomada en 1827 por el francés Nicéphore Niépce con una cámara oscura. El primer «selfie» que conocemos data de 1839 y se lo hizo Robert Cornelius con un daguerrotipo. ¿Sobrevivirán esos mismos 180 años sus fotos digitales de este verano? La respuesta no es binaria, pero tampoco muy alentadora.

La tendencia actual es el almacenamiento en la nube, que coexiste con los discos duros, las memorias USB y, cada vez menos, los CD y DVD que, por cierto, se lanzaron como la solución ad aeternum para guardar nuestras fotos, vídeos y documentos, hasta que el paso del tiempo se encargó de desmentirlo.

¿Se acuerdan de los disquetes? (Los menores de 30 años, que lo busquen en Wikipedia). Resultaban fiables, pero cayeron en desuso, y quien aún conserve alguno tendrá difícil usarlo por la sencilla razón de que no hay ordenador que los reproduzca. Esto mismo está a punto de pasarle a los CD y DVD que sobrevivan a los hongos, óxido y deterioro físico a los que son vulnerables.

Las memorias USB tampoco se libran. Los cálculos más optimistas indican que su vida útil apenas llega a los 20 años, y todo depende de la calidad de su fabricación, además de que siempre que los hayamos usado y conservado correctamente.

En cuanto a los discos duros, su vida media es de seis años, lo que no quiere decir que no haya unidades que duren más. La empresa de almacenamiento en la nube Blackbaze, que como todas usa un número ingente de discos, publica los datos de durabilidad de sus soportes. Su conclusión resumida es que si usted tuviera cinco discos duros en casa durante cuatro años, uno de ellos habría fallado.

Por supuesto, las empresas cloud solventan este problema haciendo copias redundantes de lo que almacenan sus usuarios. Pero casos como el de Megaupload, clausurado por el FBI, demuestran que estas compañías también pueden desaparecer y, con ellas, todo lo que hemos guardado.

Ante este panorama, lo más sensato es practicar el sistema LOCKSS (acrónimo de Montones de Copias Mantienen las Cosas a Salvo). Es decir, guardar nuestras fotos en varios soportes, tanto físicos como en la nube, y hacer copias periódicas. Y, si son importantes, no lo dude: sáquelas también en buen papel fotográfico y guárdelas en el álbum de toda la vida: sus nietos y bisnietos podrán disfrutar de ellas como usted de las de su abuela de hace 70 años.