Cuentos del abuelo

«A ver si lo entiendes. La autonomía casi completa de los vehículos en largos recorridos, el aumento de la seguridad en carretera, el uso de combustibles alternativos cada vez más eficientes, todo esto cambió por completo el concepto de gasolinera que persistió hasta 2018. En primera instancia los coches ya no sólo cargan combustibles fósiles. Dos años más tarde el parque automotor eléctrico llegó al 20% del total (y dos de cada tres nuevos vehículos vendidos), el hidrógeno y la energía solar también se hicieron más habituales.

¿Qué provocó ese gran cambio? El Instituto Hydro-Quebec y su cargador eléctrico. Lanzado a la venta precisamente en 2018 fue una de esas revoluciones que se creían imposibles. Hasta entonces, recargar un vehículo eléctrico tomaba una media hora y, como mucho, permitía una autonomía de unos 300 kilómetros. Detenerse cada dos horas y media para repostar media hora (sin pensar en que hubiera que esperar turnos o imprevistos) era el gran obstáculo de los coches verdes. Hydro-Quebec redujo ese tiempo a cinco minutos.

El resto lo hizo Elon Musk, propietario de los coches Tesla (y también de las baterías y acumuladores del mismo nombre) que desarrolló una batería hecha con ánodos de grafeno, que aumentó la autonomía hasta los 800 kilómetros. Por eso las gasolineras dejaron de ser un espacio de carga y descarga, para ofrecer nuevos servicios. La gente ya no llega aquí cansada de conducir, lo hace en busca de alimento, entretenimiento e información. Esos televisores pequeños y descartables, que se han puesto de moda, Viuing creo que se llaman, los inventó una compañía española. Tienen el tamaño de un CD y allí puedes tener la temporada completa de cualquier serie o ver en directo una carrera de Fórmula-1 o un partido de fútbol. No necesitan conexión a la red, son resistentes al agua, la batería dura seis horas y cuestan lo mismo que dos cafés. En mis tiempos, en las gasolineras se vendían CD, hoy se venden teles.

Ahora, apenas llegas, se te informa del combustible consumido, de la carga recomendada hasta destino y de las emisiones producidas en el trayecto y si es posible reducirlas (presión de los neumáticos, revisión de filtros...). Hay inductores de sueño, que provocan un descanso controlado de diez minutos, equivalentes a tres horas de siesta (o eso dicen) y espacios con videojuegos interconectados que permiten seguir la partida una vez reanudado el viaje.

Toda la gasolinera es un centro de conversión de energía: la plataforma de llegada utiliza el peso de los vehículos, la orina, los tejados solares y ésta, en particular, ha puesto unos 3.000 molinos de viento, de otra empresa española, Vortex Bladeless, pesan diez veces menos que los molinos habituales y son un 60% más eficientes. Y, por si no te has dado cuenta, ni siquiera usan aspas. Así es como se abastecen de la energía necesaria para recargar los vehículos eléctricos. ¿Lo has comprendido ahora?».

«La verdad abuelo, desde que has dicho ánodos, no entendí nada más».

- Fuente: Vortex Bladeless y Viuing son dos compañías españolas reales; hay sistemas de inducción de sueño;es posible obtener energía eléctrica de la orina y del paso de los vehículos en la carretera; Hydro-Quebec ha patentado un sistema para recargar baterías en cinco minutos y Elon Musk asegura que los coches eléctricos tendrán, el año que viene una autonomía de 800 km.