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De buscador a doctor

Google propone una piel artificial y unas lentillas con internet que miden los niveles de glucosa para tener controlado cualquier tipo de desorden en la salud

Alphabet patentó unas lentillas capaces de detectar el nivel de glucosa
Alphabet patentó unas lentillas capaces de detectar el nivel de glucosalarazon

Google propone una piel artificial y unas lentillas con internet que miden los niveles de glucosa para tener controlado cualquier tipo de desorden en la salud

Una de las mayores preocupaciones cuando nos alejamos de nuestro entorno más cercano es la salud. Los viajes nos enfrentan a nuevos estímulos, comidas, paisajes, personas, experiencias, pero también a virus y bacterias diferentes, a enfermedades y a la incertidumbre de qué hacer si se desata una fiebre repentina en el transcurso de nuestras vacaciones. ¿Qué ocurriría si al menor síntoma de cualquier dolencia el cuerpo alertara a nuestro médico de lo que nos ocurre? Ésta fue la pregunta que se hizo Andrew Conrad, director de la división Life Sciences de Google, ahora Alphabet, hace más de diez años.

En aquellos tiempos la empresa había construido una enorme red de ordenadores conectados, centros de datos y servidores on-line que alimentaban un mundo hambriento de información, sea a través de textos, imágenes o vídeos, como YouTube. Todo este potencial se puso al servicio de la salud.

Así fue cómo Alphabet, en 2014, comenzó a desarrollar piel artificial. La idea del equipo de Conrad era «sencilla»: utilizar nanopartículas para detectar células cancerosas en nuestro cuerpo o síntomas de dolencias cardiacas. Las nanopartículas, agrupadas en una píldora, cuentan con diferentes relieves, como el perfil de una llave, que se corresponden con el perfil de células malignas. Al tomar la píldora, las nanopartículas recorren nuestro cuerpo en busca de ellas y, si detectan coincidencias, identifican la zona del cuerpo y, mediante pulsos de luz, envían toda la información a la muñeca. Allí, una pulsera detecta esa información y la transmite directamente a nuestro médico. Desarrollar piel artificial era vital para comprender cómo se transmite la luz a través de las diferentes capas dérmicas. Este avance permitió realizar detecciones tempranas de decenas de dolencias y actuar rápidamente para responder con el tratamiento adecuado en las primeras etapas. Pero la pulsera, que hasta 2022 era un dispositivo meramente auxiliar y de diagnóstico, se convirtió en una herramienta de la electrocéutica, el uso de impulsos eléctricos para tratar enfermedades autoinmunes, artritis o trastornos neurodegenerativos.

La otra técnica que se convirtió en un seguro médico de viajes fueron las lentillas. En 2015, Alphabet patentó unas lentes de contacto capaces de detectar, mediante las lágrimas, los niveles de glucosa. Ése fue el primer paso. El siguiente lo impulsó un estudio del Wilmer Eye Institute, de Baltimore, que demostró que las lágrimas resultan ideales para diagnósticos rápidos, ya que son mucho más limpias que otras muestras corporales, como la sangre o la orina. Allí se encuentra información de patógenos y enfermedades que pueden ser rápidamente detectados. El departamento de Life Sciences se unió a Babak Parvis, de la Universidad de Washington. Éste, experto en nanotecnología, había desarrollado unas lentillas que se conectaban a internet. Era el paso que faltaba para que toda la información obtenida a través de las lágrimas llegara al sistema sanitario y se pusiera en marcha un protocolo de acción en caso de emergencia.

Estos dos «sencillos» dispositivos brindan una confianza desconocida a los viajeros, que ya no temen, o casi, lo que pueda ocurrir durante sus vacaciones.

- Fuente: Tanto las lentillas de Alphabet como las de Babak Parvis son reales. También lo es la tecnología para detectar dolencias por medio de nanopartículas que ha patentado Google. La electrocéutica es un novedoso campo que está usándose para tratar las enfermedades mencionadas.