Ciencia y Tecnología
Olimpiadas simuladas
La tecnología actual permite incorporar deportes con gran impacto visual pero que, por instalaciones o complejidad, no figuran, por ahora, en el panorama de los Juegos Olímpicos
La tecnología actual permite incorporar deportes con gran impacto visual pero que, por instalaciones o complejidad, no figuran, por ahora, en el panorama de los Juegos Olímpicos
Escalada, en velocidad sobre roca y técnica en hielo, paracaidismo, buceo, surf... Todos estos deportes aún no forman parte de la familia olímpica y en ciertos países sería muy difícil implementarlos, a menos que se recurra a la tecnología. Pero hacerlo traería y atraería a una nueva oleada de expertos y fanáticos que pueden aportar mucho al desarrollo de estos deportes. Un ejemplo es el paracaidismo. Hacer que decenas de aviones, con centenares de participantes, sobrevuelen el entorno olímpico, aparte de ser sumamente costoso, requiere de unas enormes dosis de seguridad previa. Sin embargo, si se contara con túneles de viento, como el de Madrid Fly, el mayor de todo el continente europeo, la inversión se reduce mucho y tienen la ventaja de que luego esas mismas instalaciones quedan como reclamo turístico, garantizando su uso y generando dinero. El túnel de Madrid Fly es idóneo para que un pequeño equipo de expertos, no más de seis, realice piruetas durante un tiempo determinado, la transmisión televisiva del evento es mucho más sencilla, ya que el recinto, de diez metros de altura, es completamente transparente, lo que permite seguir la acción desde todos los ángulos.
Con el buceo en apnea ocurre algo similar: basta construir un tanque de gran profundidad para que los deportistas de futuras ediciones intenten batir récords. Actualmente, la de mayor profundidad es la Y-40 Deep Joy, ubicada en el Hotel Millepini, Italia. Pero le queda muy poco tiempo ostentando ese título. En breve el buceador español Julio Parra abrirá las puertas en su ciudad natal, Calpe, de la Oceanus 51, que, con más de 50 metros de profundidad y recreando una gruta submarina, llegará al libro Guinness de los Récords. Lo interesante es que no sólo podrían competir en la modalidad de profundidad, sino también en carreras de obstáculos, salvando diferentes dificultades en un circuito y transformar el deporte al convertirse en un laboratorio vivo donde los científicos estudian el cuerpo humano y los expertos en tecnología pueden aumentar las capacidades de los atletas con tejidos compresores, resistentes a la presión o gafas de buceo inteligentes, como las Smart Swimming Goggles, que utilizan la realidad aumentada para maximizar la experiencia.
También están las piscinas que simulan olas de diferentes tamaños. Y en esto la tecnología española también es pionera, ya que en Zarautz (País Vasco) se encuentra la ola artificial más larga del mundo, 220 metros de pura adrenalina. Los muros para escalada deportiva también pueden convertirse en escenarios gélidos en los cuales, independientemente de las condiciones exteriores, los expertos asciendan hasta la gloria.
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