Papel

Una maleta llena de recuerdos

MultiFab puede trabajar con diez materiales diferentes al mismo tiempo
MultiFab puede trabajar con diez materiales diferentes al mismo tiempolarazon

Uno de los grandes problemas de los viajes, al menos hace unos diez años, era traer recuerdos del destino para todos los familiares y amigos, sin que los «souvenirs» ocuparan mucho lugar en la maleta. Buscar el regalo adecuado para cada persona también llevaba tiempo y paciencia. Afortunadamente, eso se acabó. Como ocurre con muchas innovaciones que transformaron nuestras rutinas, es complejo precisar el momento exacto en el que esto ocurrió. Indudablemente, la popularización de las impresoras 3D resultó clave. Hoy basta visitar una tienda o el taller de un artesano para comprar y descargarse los planos en el teléfono móvil y luego imprimirlos en casa, al regresar. ¿Un osito de peluche para un sobrino? Hecho. ¿Una vasija de vidrio? Ningún problema. Jerseys de lana, vasos de plástico ecológico (hechos con alga), cuencos de madera en los que se puede graduar el tono gracias a la temperatura del filamento en la impresora y objetos de cerámica son algunas de las opciones. Si bien es cierto que se pierden el sabor artesanal y la calidad de pieza única, se reducen mucho los precios, el peso y aumenta aún más el espacio en la maleta.

En la actualidad un servicio muy frecuente entre las principales aerolíneas tiene relación con esto. Cuando se despacha el equipaje y al mismo tiempo que se asigna un asiento, los viajeros pueden elegir imprimir algún recuerdo y retirarlo directamente en el aeropuerto de destino. El plano del «souvenir» elegido se descarga directamente en cabinas automáticas, se decide el tamaño, color y otras características personalizables y, al aterrizar, se puede retirar el producto finalizado. Dependiendo de la duración del viaje, se pueden imprimir de uno a treinta objetos y cada compañía cobra entre diez y cien euros por kilo, según el material elegido.

Otra opción también habilitada en los aeropuertos es la de imprimir maletas, ropa que nos hayamos olvidado o algún accesorio que se haya perdido. La idea original de esto fue de la artista finlandesa Janne Kyttanen, quien, en 2014, expuso en el aeropuerto de Rotterdam un vestuario completo, desde los zapatos al bolso, todo hecho con una impresora 3D.

Pero lo que de verdad podría haber sido el gran puntapié en este sentido es el desarrollo de MultiFab, una impresora revolucionaria creada una década atrás por el MIT. Hasta ese momento, cuando se quería imprimir una pieza que tuviera diferentes componentes y/o materiales, se precisaban diferentes impresoras o mucho tiempo. La MultiFab puede trabajar con diez materiales diferentes al mismo tiempo, algo que la hace capaz de, por ejemplo, imprimir circuitos y componentes electrónicos. Esto permite conseguir rápidamente un adaptador para la lente de una cámara o una nueva tarjeta gráfica. Por si fuera poco, el MultiFab cuenta con un escáner que, por un lado, monitoriza el progreso para asegurarse de que no se cometen errores y, por otro, brinda la posibilidad de colocar un objeto en la bandeja de impresión, por ejemplo un smartphone e imprimir una funda... directamente sobre el móvil.