Rugby

Jaime Nava: «Me resulta más difícil cocinar unos huevos fritos que jugar contra los All Blacks»

Capitán de la selección española de rugby

Foto: Gonzalo Pérez
Foto: Gonzalo Pérezlarazon

Fue en 2012 cuando dos tenientes coroneles de la escuela de guerra instruyeron al equipo de Rugby para afrontar la adversidad, en fortaleza mental y cohesión de grupo. La selección española se convirtió así en guerreros sin chaleco antibalas donde su arma es un balón oval y su victoria, la de España. Nava nos recibe en el Campo Central de la Ciudad Universitaria de Madrid. Luce con orgullo en el pecho el león, que ruge ante la injusticia de un mundial de Japón «robado». Dice que él ya no jugará en otro, pero está dispuesto a dejarse la piel por situar el Rugby en lo más alto, por las próximas generaciones. Le gusta cantar en el coche, se le da bien imitar a personajes famosos y ahora compite entre fogones en «Masterchef celebrity 3».

¿Cómo se le seduce?

Con cosas pequeñas del día a día a las que no se le dan el valor suficiente. Un buen plato de comida con un buen vino y buena conversación en buena compañía.

¿Y cómo le conquistó el rugby?

Me sedujo siendo chaval. Te ves con amigos jugando, compartiendo experiencias, sufriendo, cantando... Es así como te engancha un deporte. Mi hermana fue jugadora en su momento y me hizo descubrirlo.

Estudió en las Irlandesas donde la proporción eran cuatro chicos por cada treinta niñas. ¿Qué aprendió?

Que tenía que ser un poco más suave, porque yo era un poco bruto. Vi el empoderamiento femenino y te ayuda a desarrollar facetas.

La canción de Loquillo se convirtió en el himno de los XV del león. «Feo, fuerte y formal». ¿Cuánto tiene de cada uno?

Feo sí; fuerte, los jugadores de rugby tenemos esa tosquedad y fortaleza física que nos caracteriza. Y sobre todo tenemos un saber estar que nos proporciona este deporte.

¿En el rugby se puede ganar para perder?

Yo he perdido en Rugby más veces de las que he ganado. Soy un maestro en hacer de la derrota una victoria personal o psicológica. Puedes salir derrotado por los All Blacks de cien puntos y estar satisfecho con tu esfuerzo y salir invicto.

¿Ser del Atleti y jugar al rugby es ya un título de sufridor?

Podría decirse. El rugby es un deporte en el que se sufre con tus compañeros y del Atleti también se sufre bastante. Invitaría a jugar al Cholo Simeone y a Fernando Torres, sería un máquina jugando.

Su arenga más famosa en los vestuarios es la de «no somos 15, hay un país entero» ¿En qué se inspira?

Surge así. La experiencia me dice que si sigues un guión al final no sale igual. Vas con ideas generales que quieres compartir con tus compañeros, pero no me veo en la necesidad de dar siempre la arenga. A lo mejor un compañero tiene algo más importante que yo que compartir.

Si no fuera el Rey León, ¿quién sería?

El Rey León es un mote que me han puesto. Seguiría siendo un tío deportista, sanote, que le gusta estar en compañía de la gente, amigo de sus amigos...

Mufasa le dijo al Rey León: «Te has olvidado de quién soy, por tanto de quién eres». ¿Le ha ocurrido alguna vez?

No. Hay que tener muy claro de dónde viene uno, de su familia, de la educación y los valores con los que ha crecido.

¿Tiene fecha de caducidad?

Ahora los atletas cada vez se cuidan más y llegan a los 37-38 en perfecta forma. En el rugby estoy a la mitad de mi carrera. Me encuentro bien físicamente, pero no tengo necesidad de alargar más de los 36. Me apetece hacer otras cosas.

¿Qué le apetece hacer?

Seguir ayudando a crecer a este deporte en España a nivel gestión. Yo soy gestor, es donde me he formado, esos son mis estudios. Algún día puede que acabe de entrenador, pero no tengo muy clara esa vía. Acabo de montar una empresa que se llama All&go con la que trasladamos a las empresas los valores del rugby ahora que está en auge. Dejo puertas abiertas.

¿Qué se hace cuando le rompe el corazón el mundo del deporte?

Puedes dejar que eso te afecte un tiempo como nos ha pasado hace poco, pero no sirve quedarse lamentándote. Te pueden llegar desgracias en la vida, pero la única manera es afrontar el problema y si no tiene solución pasar página y a otra cosa.

Y cuando le falta entusiasmo, ¿quién le enchufa?

Es muy difícil que no tenga entusiasmo o ilusión. Mi padre dice que soy positivo de más.

¿Hay corrupción en el rugby?

Demostrable no lo sabemos. Pero está claro que en todo gran organismo donde hay intereses personales, económicos y políticos van a existir corruptelas. En un deporte tan marcado, con tantas tradiciones y valores no te esperas alguna jugarreta que otra.

Y ahora que no van al mundial de Japón, ¿va a descartar de su dieta el sushi?

No, además me encanta. Me veré el partido inaugural con una cerveza y comiendo sushi y diciendo: «Ahí tendríamos que estar nosotros».

¿Cómo se responde a una haka –danza de guerra tribal maorí– de los All Blacks?

No lo sé, porque nunca he tenido la suerte de estar frente a una. Tuvimos aquí al equipo de Tonga hace dos temporadas y nos hicieron su haka y ahí estuvo la selección con la cabeza bien alta. No hay respuesta para una haka, respondes mostrando con orgullo el lance que te está proponiendo el equipo de enfrente. Intimida bastante, pero implica también respeto.

¿Qué les pasa a las orejas en el rugby?

¿Nunca has oído hablar de las orejas de coliflor? Las orejas son sobre todo cartílago que cuando se golpea se hincha, se rompe. Los primeros y segundos líneas, como hay mucho roce y golpes entre ellos –en la melé– hace que se desgaste y hay que drenarlas.

¿A quién le haría un placaje?

A Pepe Rodríguez, de «Masterchef», porque son muy duros.

¿Y una melé con quién y contra quién?

Haría una melé con cualquier persona que comparta mi manera de ver las cosas, que sea apasionada, trabajadora, sufridora... La haría contra algún personaje politiquillo del panorama actual, pero no daré nombres.

¿Qué es más difícil jugar un partido contra los neocelandeses o cocinar huevos fritos?

Para mí cocinar unos huevos fritos con patatas. Porque mi base de cocina es nula o seminula. He vivido muchos años solo, pero solo practiqué la cocina de supervivencia.

¿Hay camisas de su talla?

Sí, claro. Nunca he tenido que pedir que me hagan ropa especial.

Le he visto en algún calendario sin ropa. ¿Se desnudaría por España?

Todo con cierto límite. No me desnudaría delante de una cámara. No sé por qué tendría que desnudarme por España... Me desnudaría con tal de que España fuera bien, que el nivel político mejorara... Ahí me lo plantearía.

Ahora hay cazatalentos políticos ¿Usted para qué se dejaría cazar?

No me dejaría cazar para la política. Tendría que tener tan claro que puedo aportar algo hacia los demás y creo que es tan complicado...

Si le hubieran llamado para ser ministro de Deporte ¿qué hubiera dicho?

Que no creo que esté capacitado, de momento.

¿Es de patriotismo de balcón?

Soy del patriotismo de palabra. Que me pregunten por España que siempre diré que es lo mejor.

Con su constitución física y su perfil guerrero ¿se hubiera hecho militar?

Sí, porque además vengo de familia y lo digo con orgullo. Mi bisabuelo fue cofundador de la Legión.

¿Y le han partido muchas veces la ceja?

Nueve veces una y siete otra.

¿Y no le han dicho que pare?

Mi madre me pregunta todas las semanas que cuándo voy a dejar de jugar, dice que me voy a estropear. Cree que voy a hacer carrera de modelo. Yo que sé, son golpes...

¿Qué es rendirse en su vocabulario?

Ni siquiera intentarlo.

¿En qué pediría tiempo muerto?

En esta entrevista...

¿Qué lleva en la maleta?

El capitán de la selección española de rugby es bastante sencillo y rápido haciendo maletas. Le encanta la idea de viajar ligero de equipaje y asegura que mete «lo básico, lo que necesito para subsistir». ¿Y que no metería nunca? «Recuerdos inútiles».