Vacaciones
Jesús Olmedo y su viaje más romántico
Quisieron revivir los lugares de una de sus películas favoritas, «serendipity».
Quisieron revivir los lugares de una de sus películas favoritas, «serendipity».
«No hay ningún viaje que haya superado el que voy a contar». Promete. Y eso que el destino es uno de los más visitados por la mayoría de los turistas, pero insiste en que fue especial. Feliz porque este otoño La 1 de TVE estrena la producción «Lope enamorado», en la que interpreta al escritor del Siglo de Oro, transmite tanto entusiasmo que lo mejor es dejarle hablar. Ahí va sin interrupciones. «Para un actor, Nueva York es maravilloso, porque visitas lugares que has visto mil veces en el cine. Pero esta visita fue única. La hice con Nere (la también actriz Nerea Garmendia, su novia desde hace diez años) y todo fue muy romántico. De hecho, es la primera vez que cuento esta historia. La primera vez que Nere y yo nos vimos, hablamos de una película que nos encantaba a los dos, que es “Serendipity”. Aquella conversación marcó el resto de nuestra relación. Tanto, que cuando se acercó nuestro primer aniversario, ambos planeamos un viaje al Nueva York del largometraje sin que el otro lo supiera. Cuadramos las fechas sin saber que en realidad los dos habíamos organizado el mismo plan en paralelo. De hecho, en el filme aparece una cafetería en la que los protagonistas de la película comparten una escena maravillosa, y los dos, cada uno por nuestro lado, nos habíamos puesto en contacto con ellos para que durante nuestra visita sucediera algo especial. Un camarero tenía que venir con una velita de aniversario en plan sorpresa. Y lo curioso es que los dos camareros vinieron a la vez. Nos miramos y no dábamos crédito. Fue una de las anécdotas más bonitas que recuerdo. Además, para entrar en esa cafetería hay que hacer una cola tremenda, porque no te permiten reservar mesa. Y fíjate si fue mágico, que después de esperar todo ese tiempo, cuando llegó nuestro turno se había liberado justo la mesa que aparece en la película, en la que se sentaron los dos protagonistas, precisamente esa... Pero es que hay más. Yo, como regalo, le había encargado a un orfebre hacerle un anillo con la idea de llevármelo a Nueva York y dárselo allí, pero no llegó a tiempo, así que movilicé a medio mundo para que me lo enviaran desde España y puse en alerta a todo el hotel, con todos sus turnos, para que estuvieran pendientes de la llegada del paquete. Yo iba, como te decía, con una idea muy clara de cuándo y dónde dárselo, pero ese retraso cambió mis planes y tuve que adaptarme. Lo realmente alucinante es que nada más regresar de la cafetería Seredipity, donde ya habíamos vivido uno de los momentos más románticos y especiales que recuerdo en mi vida, el anillo estaba en la habitación. Había llegado mientras estábamos fuera. No tengo palabras para describirte la intensidad emocional con la que vivimos ese viaje. Todo fue perfecto. Es imposible que se repita un viaje igual». Quién sabe...
✕
Accede a tu cuenta para comentar