Barcelona

Luis Fonsi: «En mis canciones no hay lado oscuro»

Foto: Sergio Bolaños
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A Luis Fonsi no le hace falta carta de presentación. Probablemente, si les digo «despacito», acto seguido me contesten «suave, suavecito». He ahí la prueba. El inventor del «hit» del verano por antonomasia vuelve con un nuevo sencillo de sonidos caribeños, africanos y brasileños. Más de 100 millones de personas ya han vuelto a caer en sus redes. Y en tiempo récord. Los científicos aseguran que el secreto de su fórmula nada tiene que envidiar al de la Coca-Cola, aunque él no cree en ninguna receta. Bueno, sí, en la del jamón con un Ribera del Duero y salmorejo de Córdoba. Le pirra. Hoy actúa en el Liceo de Barcelona, dentro del Suite Festival, y el jueves lo hará en Marbella, en el Starlite.

Este verano nos trae «Calypso», pero «Despacito» aún resiste... ¿por qué es imposible quitárselo de la cabeza?

Buena pregunta (se ríe). La verdad es que eso es un buen problema.

¿Se ha llegado a cansar de escucharse a sí mismo?

No soy mucho de escucharme, pero de lo que no me canso es de cantar mis temas.

Sus canciones son como la Coca-Cola, no hay quien descubra su fórmula secreta...

Ojalá la tuviera... En la música, no hay ningún secreto, tan solo mucho trabajo y esfuerzo. A mí me gusta arriesgarme, hacer cosas nuevas, y cruzar los dedos para que la gente se identifique con ellas.

Un neurocientífico londinense dice que la clave está en que su música es más rápida que el promedio, produce recuerdos y crea conexiones emocionales.

(Se ríe) No soy científico ni quiero meterme en su trabajo, pero solo soy un músico, un creador de emociones, de letras simples y coloquiales, y de melodías que se quedan en el cuerpo y la mente.

Ha logrado aumentar un 45% el turismo en Puerto Rico. Va usted camino de que le hagan un museo en su país...

De hecho, soy embajador turístico de allí. La medicina más importante para Puerto Rico es el turismo, y más ahora, que el país ha sufrido los estragos del huracán María.

P. Quizá se anime a dedicarse a la política cuando se retire de los escenarios.

Nunca hay que decir «nunca», pero Luis Fonsi en la política, jamás. Si puedo hacer algo por mi tierra, bienvenido sea, pero de ahí a ser político, no.

Si es que algún día se retira, claro...

Lo haré en un pueblecito de la playa, donde pueda pescar tranquilo.

P. Igual se convierte en el primer abuelo en la historia del pop latino...

(Se ríe) Ojalá tenga energía para llegar a eso.

Un amigo puertorriqueño me dice que allí muchos todavía se sienten españoles.

Por supuesto. El Viejo San Juan, por ejemplo, es España. Recuerdo que cuando empecé a cantar mi gran meta era cruzar el charco y llevar mi música a la madre patria.

Acaba de lanzar su nuevo sencillo y, una vez más, tiene a medio planeta bailándolo. ¿Cómo se vive siendo una persona viral?

El mundo ha cambiado y la manera de digerir la música, también. Yo no hago canciones para ser viral, pero esa es la consecuencia del cariño del público.

¿Qué es «Calypso»?

Un tema caribeño, con ritmos africanos y brasileños. Yo nunca pongo temporada a las canciones, pero con ésta es imposible no pensar en sol y playa. Lo que me enganchó fue la palabra en sí, me ponía de buen humor.

«Toda la noche te daré calypso», dice en su canción. ¿La noche le confunde?

En absoluto. Soy de noche y de día, no tengo preferencia.

También promete que «lo que me pidas yo lo haré». ¿Le cuesta decir que no?

Depende de a quién y el qué.

¿Y qué es lo más raro que le han pedido?

Los fans siempre tienen historias muy curiosas. Al principio de mi carrera, alguno que otro me solía hacer proposiciones indecentes, aunque no es necesario entrar en más detalles (se ríe).

Si buscamos «calypso» en Google, nos remite también a un personaje mitológico griego que significa «el que oculta». ¿Es usted una persona que esconde muchos secretos?

No tengo tiempo para secretos ni para ocultar nada a nadie.

¿Sus canciones tienen algún mensaje subliminal?

En absoluto. No hay un lado oscuro en mi música ni en mi forma de ser.

¿Trap, reguetón o «Calypso»?

Los tres. Soy cantante de pop, pero son géneros que me han influenciado y que están llevando la música latina a lo alto. La gente se obsesiona con catalogar a los artistas, pero la realidad es que las fronteras musicales están cada vez más difuminadas.

El trap le hace sombra al reguetón vendiéndose ahora como feminista. ¿Cree que este género musical realmente puede autoproclamarse como tal?

No sería justo ponerle un sello.

¿Qué siente cuando ciertos artistas dicen que no quieren que les comparen con música como la suya?

Respeto la opinión de todo el mundo. Yo estudié música y me formé, pero he decidido hacer un género más comercial porque es mi manera de comunicarme.

En verano, además de ser la voz cantante, ¿qué le gusta hacer?

Me encanta el mar, escaparme en barco y flotar en una playa solitaria.

Hace unos días le vimos en Ibiza con Sergio Ramos, Bad Bunny y el magnate italiano Gianluca Vacchi. Parece que en las Pitiusas la instantánea imposible se vuelve posible...

Me encanta Ibiza y también Formentera. Y Gianluca es un gran amigo mío, te aseguro que es súper divertido.

Le ha conquistado el corazón una cordobesa. ¿Se mudará a España?

España tiene un lugar muy especial en mi corazón, lo considero mi segunda casa. Así que no te extrañes que acabe pasando aquí una larga temporada. Cuando vengo, suelo ir a Hornachuelos, en Córdoba, el pueblo de mi mujer y de mis suegros, y donde, por cierto, se come de maravilla; aunque soy fanático de Madrid. Y de la cocina.

¿Y qué cocina?

Sobre todo, comida criolla, de mi tierra. El salmorejo cordobés me lo prepara mi chica, que lo hace de muerte. Y cuando vengo a España soy feliz con un plato de jamón, queso, un poco de pan y un buen Rioja o Ribera del Duero. Soy fanático del vino.

¿Le queda algo por hacer?

Todo. Siempre estoy en una búsqueda constante. No soy víctima del momento, quiero seguir pisando firme, aunque sin correr. Ahora también estoy muy ilusionado con mi fundación, Luis Fonsi Foundation, con la que estamos reconstruyendo las casas destruidas por el huracán en la Perla, en San Juan. Además, quiero hacer teatro, volver a Broadway y escribir una obra musical. También, ser el mejor padre del mundo.

Por cierto, Los del Río me dan recuerdos para usted y me insisten en que le diga que «Despacito» tiene mucho que agradecer a «La Macarena» en Estados Unidos.

Todos tenemos que reconocer el mérito de la música latina que ha hecho historia, y entre ella está, por supuesto, «La Macarena». Pero quiero recordar que «Despacito» estuvo en el «top» de Estados Unidos durante 16 semanas, batió todos los récords.

¿Hay mucha envidia en el mundo de la música?

Por mi parte, cero. De hecho, ahora hay más unión que nunca entre los cantantes latinos, con un número de colaboraciones nunca visto. Hoy el instinto es unir fuerzas, mezclar, fusionar... antes los artistas eran más celosos. Yo tengo un lema al que no renuncio: la música es para compartir, no para competir.

¿Qué lleva en la maleta?

No le puede faltar un altavoz pequeño, de conexión «bluetooth», porque, asegura, «la música tiene que acompañarme allí donde esté». Como buen caribeño que se considera, suele llevar unos pantalones cortos y un par de chanclas, para escaparse a la playa entre concierto y concierto