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El enésimo inventor de la radio

Marconi, Tesla, Popov, Hertz... Quizás haya pocos inventos con tantos padres, pero lo que sí se puede afirmar es que Lodge logró demostrar la viabilidad de la telegrafía sin hilos por primera vez

Oliver Lodge, el científico que logró transmitir ondas sin la ayuda de cable
Oliver Lodge, el científico que logró transmitir ondas sin la ayuda de cablelarazon

Marconi, Tesla, Popov, Hertz... Quizás haya pocos inventos con tantos padres, pero lo que sí se puede afirmar es que Lodge logró demostrar la viabilidad de la telegrafía sin hilos por primera vez

Tal día como ayer de 1894 nació la radio. Porque todo el mundo sabe que la radio la invento Sir Oliver Lodge. ¿O no? La radio en realidad la inventó Gugliemo Marconi o Nikola Tesla o Alexander Popov o Heinrich Hertz... o James Clerk Maxwell.

Pocos inventos tienen una paternidad tan repartida y tan controvertida. Y cada uno de esos nombres presenta razones más que suficientes para reclamarla.

Pero sólo uno puede aparecer en la sección. Porque fue un 14 de agosto de 1894 cuando el británico Oliver Lodge, científico polifacético interesado tanto en la transmisión de ondas electromagnéticas sin cable como en el estudio del espiritismo, reunió a los miembros de la Sociedad Británica para el Avance de las Ciencias en un despacho del laboratorio Clarendon de Oxford. Delante de ellos instaló un radio conductor, como el inventado por Édouard Branly cuatro años antes, al que Lodge llamó «cohesor» y en el que aplicó algunas de las ideas sobre la transmisión sin hilos de su admirado amigo y maestro Hertz. Acoplado a un transmisor de morse, el aparato envió una débil señal de puntos y rayas a través de las paredes del laboratorio que pudo ser recibida por un receptor a 59 metros de distancia. Nadie había pensado que la transmisión podría llegar más lejos, como el mismo Lodge llegó a reconocer: «Fuimos estúpidos y no aplicamos más potencia al emisor, pero podríamos haber conseguido que el mensaje viajara mucho más allá».

Sea como fuere, lo cierto es que el experimento de este británico pasa por ser la primera demostración jamás conseguida de la viabilidad de la telegrafía sin hilos y sitúa a su autor en los libros de historia de la radio a pesar de que no hizo más que aplicar las ideas que otros tuvieron. Porque, ¿quién puede considerarse más inventor de este fantástico apararo? ¿Marconi, que dos años después fue capaz de patentar el primer aparato emisor de radio con trazas de modernidad? ¿Tesla, que en 1943 recibió el reconocimiento de la Corte Suprema de Estados Unidos como el primer ser humano que ideó un aparato de radio, antes incluso que Marconi? ¿Alexander Popov, que mejoró el cohesor de Lodge y lo convirtió en un aparato capaz de emitir mensajes a distancias casi ilimitadas? ¿Hertz, que en 1888 fue el primer científico que demostró que era posible generar y detectar las ondas electromagnéticas emitidas por una fuente? Quizás, para ser justos, la paternidad haya que atribuírsela al maestro de todos ellos: James Clerk Maxwell, uno de los científicos más influyentes de la historia de la humanidad, que muchas décadas antes del experimento de Lodge desarrolló la teoría del electomagnetismo: demostró que la electricidad, el magnetismo y la luz son manifestaciones de un mismo fenómeno, el campo electromagnético. Sin ese conocimiento jamás hubiéramos soñado tener hoy aparatos como la radio, la televisión, los ordenadores o los teléfonos.