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El primer gas extraterrestre
Pese a ser el segundo elemento más abundante en el universo tras el hidrógeno, el helio fue descubierto hace apenas siglo y medio tras un eclipse total de sol
Pese a ser el segundo elemento más abundante en el universo tras el hidrógeno, el helio fue descubierto hace apenas siglo y medio tras un eclipse total de sol
Al helio lo conocemos desde pequeños, cuando estudiábamos Química en el colegio, porque forma parte de los famosos gases nobles en la tabla periódica de los elementos. Es uno de esos gases que apenas reacciona químicamente con otras sustancias, y que ha resultado ser el segundo elemento más abundante en el universo, después del hidrógeno. A pesar de eso, su identificación fue relativamente reciente. De hecho, el ser humano desconocía la existencia del helio hasta el 18 de agosto de 1868.
Ese día, el astrónomo francés Pierre Jules Janssen hizo lo que más le gustaba en este mundo: observar un eclipse de sol. Janssen era algo más que un científico, fue un aventurero de fuste. Desde que se licenció en Matemáticas y Física en París, comenzó a enrolarse en una cascada interminable de expediciones fascinantes. Viajó a Perú, donde localizó el lugar exacto del ecuador magnético, estudió el espectro solar desde las cumbres de los Alpes suizos, realizó experimentos de magnetismo y óptica en las Azores y llegó a fabricar un globo de aire caliente para escapar del asedio prusiano a París en 1870. Entre todas estas peripecias, tuvo tiempo de perseguir eclipses de Sol por todo el mundo. Registró ocultaciones solares de Argelia, España, las islas Carolinas, Tailandia, Italia... Aunque el más trascendente de todos, el que le hizo pasar a la historia de la ciencia, fue el eclipse total del 18 de agosto de 1868, presenciado desde la localidad india de Guntur.
Mientras contemplaba la ocultación del Astro Rey con sus instrumentos de observación, reparó en un línea amarilla muy brillante que circundaba la cronosfera solar. Nunca antes se había presenciado esa corona luminiscente que emitía radiación en una longitud de onda de 587,49 nanometros. ¿Qué era? Jassen no fue capaz de identificarlo. Pero dos meses depués el científico Joseph Norman Lockyer captó la mima aureola. Dado que su línea espectral era tan particular, concluyó que debía tratarse de la emisión de un elemento desconocido al que llamo helio (por el dios griego del Sol, Helios).
De ese modo se descubrió la existencia de ese gas noble. De hecho fue la primera vez en la historia de la humanidad que se realizaba un descubrimiento químico fuera de la Tierra. En 1895 los químicos suecos Per Teodor Cleve y Nils Abraham Langlet descubrieron oficialmente helio en la Tierra, emanado de la cleveíta, un mineral radiactivo que contiene uranio. Y en 1903 se hallaron grandes reservas de helio natural en minas de EE UU. Hoy el gas sigue utilizándose para elevar globos y zepelines, pero tiene otras muchas aplicaciones. Se mezcla con el oxígeno en las botellas de aire para inmersión a gran profundidad, se utiliza para enfriar superconductores, en la presurización de combustibles para cohetes, en las imágenes por resonancia, para enfriar reactores nucleares... Y para simular la voz de los Pitufos si te da por inhalar el contenido de un globo de helio.
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