Papel

El siglo XXI no está hecho para el HIB

El descubrimiento de la vacuna contra el Hemophilus influenzae tipo b (Hib), un agente infeccioso especialmente preocupante, redujo en un 95% sus infecciones.

Desde 1994, en España ya se administraban vacunas similares
Desde 1994, en España ya se administraban vacunas similareslarazon

El descubrimiento de la vacuna contra el Hemophilus influenzae tipo b (Hib), un agente infeccioso especialmente preocupante, redujo en un 95% sus infecciones

El 23 de julio de 2004 era viernes, el día en el que los medios de comunicación de buena parte del mundo se suelen hacer eco de las noticias publicadas en la prestigiosa revista «Science». En ese caso, la noticia reina era indiscutible: «Presentan una nueva vacuna conjugada contra el bacilo Hemophilus influenzae tipo b (Hib)». Hasta entonces, esta bacteria era una de las principales causas de muerte de niños menores de cinco años por infección en todo el mundo.

Hib es un agente infeccioso especialmente preocupante. Aunque se conocen medios de vacunación contra él desde mediados del siglo pasado, en niños menores de cinco años la vacunación no era eficaz. Este tipo de microorganismos está protegido por un polisacárido capsular que les confiere una ventaja a la hora de sobrevivir en la sangre y resistir a los medicamentos.

La inmunización contra este tipo de bacterias exige combatir esa defensa. Pero en niños menores de cinco años el sistema inmunitario aún no tiene la fortaleza suficiente para hacerlo. Las vacunas contra Hib eran muy eficaces en niños mayores, pero casi inefectivas en los más pequeños. De hecho, algunas de las enfermedades provocadas por este patógeno (como la meningitis) tenían su prevalencia más común a los dos años de edad. La nueva vacuna resolvía el problema. Se llamaba «conjugada» porque unía la eficacia de las antiguas a una proteína que servía de transporte del antígeno al interior de las células. Aunque desde 1994 se empleaban en España vacunas similares, la presentada esa mañana de 2004 estaba destinada a ser la más eficaz.

La suma de ambos tipos de vacunación obtuvo resultados sorprendentes en todo el mundo. Hay que tener en cuenta que el bacilo Hib infectaba en España a entre 8,4 y 26 niños menores de dos años por cada 100.000 antes de la vacunación. De ellos, un 5% fallecía por meningitis y entre el 20 y el 30% de los supervivientes quedaban con secuelas. Tras la llegada de las vacunas, las infecciones se redujeron en un 95%.

La introducción de estas vacunas no fue simétrica en toda España. A día de hoy, sin embargo está integrada en el calendario de vacunación habitual. Según datos del Ministerio de Sanidad, este año la cobertura de niños vacunados en todas las comunidades autónomas contra la bacteria Hemophilus influenzae tipo b ha superado el 96%.