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Rosalía: «En el flamenco lo tienes muy mal si eres mujer, catalana y paya»

Foto: Alberto R. Roldán
Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Tiene una voz vieja que viene del futuro y una naturalidad que oculta años de sacrificio. Cuando publicó «Malamente», la única canción del verano que escapa al reguetón, la crucificaron por «apropiacionismo cultural» (del flamenco), por cantar con acento robado, por ser «una privilegiada» y algunas imputaciones más. Catalana, paya y mujer en el flamenco eran sus delitos. Mientras prepara su nuevo disco, «El mal querer», que sale en septiembre y del que ayer se publicó otro adelanto, «Pienso en tu mirá» (¿pedirá perdón por esa pronunciación?), ha tenido tiempo de ser chica Almodóvar. Aunque ella no es chica de nadie.

¿Espero que no esté malamente?

(Risas) En absoluto.

Está arrasando con esa canción.

Qué fuerte, 8 millones de escuchas (esta entrevista se realizó en junio, ya son 13). Me lo ha dicho hoy mi madre...

¿Cuál es la idea de «Malamente»?

Forma parte de un disco que saldrá en septiembre y es como un augurio, una premonición de algo que va a salir mal. Que sabes que va a salir al revés y, a pesar de todo, vas hacia ello.

¿Es una historia individual o es más social o incluso global?

Depende de la lectura, prefiero dejar que cada uno la complete. Porque me gustan las dos ideas. Yo hago música para los demás y me hace feliz que el público la termine. Hay un fondo para mí, pero pienso que no se trata de que plasme en un disco un discurso, sino que, partiendo de algo que me emociona, los demás lo hagan suyo.

En el videoclip salen toreros, nazarenos y poligoneros. ¿Fue idea suya?

Yo vivo en Sant Esteve Ses Rovires (Barcelona) que es un pueblo que está como amurallado de polígonos industriales. Siempre hay camiones por todas partes, porque es pequeño, y eso ya forma parte de mi imaginario. Y quería utilizar ese elemento y otros que están presentes en nuestra cultura y descontextualizarlos, mirarlos desde nuestros ojos. Lo que ha hecho con el videoclip Nico Méndez es una pasada.

Entonces, lo de los polígonos...

(Interrumpe) No es gratuito, claro. Creo que tiene que haber fantasía. Cuando haces un vídeo, como hizo Michael Jackson en «Smooth Criminal», no creo que se sintiera un gángster, es que se trata de una mini película, una ficción que a él le conectaba con algo y que se constituye en un poema visual.

Entonces puede que, aunque aparezcan toreros, no le gusten los toros.

No soy taurina ni antitaurina.

Pero no es aficionada.

Es delicado. Me cuesta mucho desvincular el imaginario taurino y todo lo que ha generado en la cultura, en cuadros, poemas y fotografías y su estética, porque a nivel visual es impresionante, pero a la vez, nunca voy a apoyar el maltrato de un animal.

¿Es un rasgo de generación?

Yo pienso que las tradiciones tienen que evolucionar. Y tarde o temprano acabará cambiando, pero si te dijese la verdad, en el videoclip yo estoy en la piel del toro.

En el vídeo es usted un Mihura subido a una Honda.

(Risas) Exacto. Te diría que tomo ese elemento y lo descontextualizo de la realidad.

La tauromaquia quizá deba cambiar, ¿y el flamenco?

Creo que todas las tradiciones están en constante movimiento, pero no quiero que nadie se ofenda por lo que diga.

Bueno, lo que decía es que su anterior disco era como de cante antiguo, con su estilo, y aquí se anticipa algo muy diferente.

Los puristas dijeron que no era jondo ni nada que se le pareciera... pero entiendo lo que dices. En lo siguiente que hago hay una inspiración de melodías aflamencadas, como una reminiscencia, pero no diría que es flamenco, no sé lo que es. Hay 808 (un sintetizador de moda en la música urbana) y «sampleos». Me encantaría que el «mainstream» español tuviera la calidad del de América. Allí hay una experimentación increíble, ellos quieren mantenerse «fresh», pero en España no lo veo.

¿Cómo le sentaron las críticas sobre la apropiación cultural?

La cultura no tiene propiedad, y me gustaría recordar que el flamenco viene de la mezcla de culturas. Tiene sonido negro, hebreo, árabe y del folclore español y la etnia gitana ha formado parte de él, pero no les pertenece. Ni a ellos ni a nadie. Es una música increíble, rica y antigua. Fue a América y volvió cambiado porque el arte es un diálogo entre culturas. ¿Picasso cuando pintó las «Demoisselles d'Avignon» o las máscaras africanas estaba apropiándose de algo? ¿Un rapero español hace apropiación cultural?.

¿Le afectó la polémica?

Tengo muy claro de dónde viene el flamenco, que la música nos pertenece a todos y que no tiene que ver con una cuestión racial o territorial. Ante todo, hago las cosas desde el amor y el respeto.

Se formó una polémica un poco etnicista. Se le criticaba a usted que, siendo catalana, tuviera acento andaluz.

Mira, es que yo soy del Baix Llobregat y la gente habla así porque los padres de mis amigos son hijos de inmigrantes andaluces. Mi maestro se llama Chiqui y ese hombre habla como habla. Y si escuchas la música y se habla así... Tú eres lo que te viene dado, pero después, lo que decides. Las influencias y lo que aprendes te construyen. ¿Es más lícito que alguien lo haga por la tradición de su casa que alguien que lo decide? No creo. Lo que sí que me sabe mal es que digan que he tenido un privilego, porque el único que he tenido es que mis padres se matasen a trabajar para que yo pudiera estudiar música. En el flamenco, ser catalana, mujer y paya, más bien, lo tienes muy mal. Me gustaría que la gente que dice eso hubiera venido comingo a cantar por mil locales como yo hice mientras estudiaba. Yo he trabajado lo que no está escrito para poder dedicarme a la música. Ojalá hubiese tenido privilegios.

¿Cuántas horas trabaja al día?

Todas. Todo el día estoy componiendo, estudio, entreno, grabo. Y cuando no, escucho. O hago colaboraciones, hago promo, pienso el nivel visual.

¿Se siente esclava de sí misma?

Buena pregunta, porque no sé vivir de otra manera. No tengo vida social, es la que surge del propio trabajo. Mis amigos son artistas o del círculo creativo. Pero no me quejo, lo he elegido.

¿Y si algún día la voz se le rompe?

Yo creo que la voz no puede romperse del todo... y si el alma está bien... (risas) Pero te entiendo. Supongo que me expresaría de otra manera, porque la música es la extensión de una forma de ser y de vivir. Pero no tengo plan B.

Publica disco producido con El Guincho.

Sí, aunque quiero reivindicar que él está conmigo, pero producimos los dos. Es hora de defender que una chica lidere su propio proyecto y tome las decisiones musicalmente. Tanto conceptual como musical, estoy encima de todo.

¿Cómo entiende el feminismo?

Me interesan las mujeres que emprenden, que son poderosas, llevan la iniciativa. Me identifico y me inspira esa mujer: mi madre y mi hermana. Trabajar duro y llevar las riendas es lo que significa ser mujer en la industria de la música.