«Ficciones canceladas demasiado pronto»

Las echamos de menos, aunque no lo sepamos. La lista de series canceladas pronto incluye títulos ilustres como «Es mi vida» (1994), «Escuadrón de policía» (1982), «Undeclared» (2001), «Terriers» (2010), «On The Air» (1992) y «The Highwayman».

Hay demasiadas series. Y no podemos seguirlas todas. Y, mientras continuamos prestando más atención de la que merecen a «Anatomía de Grey» o «Big Bang», ven la luz numerosos títulos a los que nadie hace caso y que acabarán siendo cancelados de forma prematura. Con el tiempo, algunos de ellos quizá acaben formando parte de la lista que aquí repasamos: grandes obras de la historia de la ficción televisiva que no pasaron de la primera temporada.

«Profit» (1996)

Suele considerarse que Tony Soprano es el primer antihéroe televisivo pero eso significa ignorar injustamente a Jim Profit, un despiadado sociópata lastrado por una infancia traumática y un caso claro de complejo de Edipo que echaba mano de las mentiras, el chantaje y hasta el asesinato para ascender a la cima de las finanzas. Desde el minuto uno la serie recibió numerosas quejas por parte de grupos de presión, y fue cancelada emitidos apenas cuatro episodios. ¿Habría la serie corrido otra suerte de haber visto la luz en el panorama televisivo actual, presidido por indeseables como Frank Underwood?

«Rubicón» (2010)

Centrada en un grupo de analistas en una agencia de inteligencia que pasaban mucho más tiempo husmeando entre archivadores con el ceño fruncido que disparando a los malos, «Rubicón» se sumergió en un clima de claustrofobia kafkiana y teorías conspirativas y buceó dentro de él a un ritmo glacial. Fuertemente influenciada por «thrillers» conspiranoicos de los años 70 como «El último testigo» (1974) y «Los tres días del cóndor» (1975), la serie se confirmó como uno de los dramas más inteligentes y cautivadores de los últimos tiempos antes de ser cancelada tras 13 episodios.

«Terra Nova» (2011)

Lo tenía todo para triunfar: dinosaurios, viajes en el tiempo y armamento futurista. ¿Qué fue lo que salió mal? Muy simple: cada episodio costaba un fortunón.

«El Prisionero» (1967)

Patrick McGoohan, el hombre que alguna vez debió haber dado vida a Bond, interpretó a un espía llamado «Número 6» en esta serie de culto absoluto que ha sido citada y parodiada pero nunca superada. Las tribulaciones del héroe, atrapado en un pueblo tan pintoresco como siniestro, permanecieron 17 episodios envueltas de una potente mezcla de surrealismo y paranoia que no era sino un reflejo prístino del «zeitgeist»: El prisionero vio la luz en mitad de la Guerra Fría y, a la vez, del Verano del Amor.

«Freaks and geeks» (1999)

Creada por Judd Apatow y Paul Feig, esta comedia escolar sobre un grupo de vagos e inadaptados –encarnados por unos muy jóvenes James Franco, Seth Rogen y Jason Segel– logró proporcionar impagables risas al tiempo que ofrecía una visión realista de la experiencia adolescente. Es una lástima que, como sus protagonistas, siempre fuera una incomprendida. Pero tiene sentido.

«Firefly» (2002)

Tras triunfar con las marcianadas televisivas «Buffy, cazavampiros» y «Ángel», Joss Whedon rizó el rizo con este «space western» –sí, vaqueros en el espacio– que ofreció un equilibrio perfecto entre humor y oscuridad, un gran reparto de «outsiders» y una vocación de obra de culto en virtud de la cual no tardó en poseer una legión de entregados fans. Todos ellos, claro, se agarraron un tremendo cabreo tras la temprana cancelación de la serie.

«Secundaria de Clones» (2002)

Antes de ser aclamados por la crítica gracias a La Lego Película (2014), Phil Lord y Chris Miller se dieron a conocer con esta hilarante ficción animada que retrataba la vida en un instituto habitado por clones de figuras históricas como Abraham Lincoln, Cleopatra, Juana de Arco y JFK. Tras la aparición en la serie de una versión crápula de Mahatma Gandhi, una huelga de hambre masiva se organizó enfrente de las oficinas de la MTV de la India. Aquello selló el destino de la serie.