Moda
El lujo silencioso o el complicado arte de brillar siendo minimalista
Ni logos ni pinceladas fucsias: la moda aspiracional abraza los tonos tierra, las prendas minimal y los armarios que, en lugar de gritar, susurran. Así es el llamado ‘blendingcore’
Si echamos un vistazo a Netflix y al cine, la cultura pop está ciertamente harta de los ricos. Tanto, que idea menús mortíferos para acabar con quienes pagan miles de euros por una cena (The Menu) e incluso se ríe de las desdichas de un grupo de ricachones en un crucero deluxe (Triangle of Sadness). Sin embargo, al margen de odios y envidias, el lujo sigue cosechando logros ajenos a crisis y conflictos. Así lo atestigua el último informe financiero de Hermès, que ha conseguido un aumento en sus ingresos del 29,2 % respecto al año pasado. Sin embargo, quizás como protección ante la oleada de desprecio hacia quienes pueden viajar a un resort de cinco estrellas de Sicilia y alquilar villas (sí: hablamos de The White Lotus 2), las marcas de alta gama no están recurriendo a la ostentación, sino al silencio absoluto.
Basta con echar un vistazo al armario del elenco de Succession para descubrir que ni los logos ni la ostentación forman parte de sus outfits. Trajes de Zegna y Loro Piana para ellos, y diseños de patronaje perfecto de The Row, Stella McCartney, Armani y Max Mara para ellas. El lujo silencioso prefiere susurrar a gritar para esbozar un nuevo tipo de lujo: el eminentemente discreto, ese que solo reconocen quienes de verdad saben lo que supone pagar mil euros por una camisa.
Si la temporada pasada fueron los diseños de tintes Y2K y las creaciones barbiecore de Valentino las que hicieron de la moda dopamina la estrella, ahora es la elegancia sosegada la que triunfa no solo en prendas, sino también en bolsos. Por eso las creaciones de firmas como Bottega Veneta arrasan. “Bottega Veneta es en esencia una marca pragmática, pues hablamos de una firma de bolsos de piel. Al especializarse en ellos, se trata de abrazar el movimiento y la idea de la artesanía. Se trata del estilo sobre las tendencias. Es parte del poder silencioso”, aseguró en su debut en la marca Matthieu Blazy. Hablando de blusas de precios desorbitados: ¿recuerdas el desfile de Veneta en el que Kate Moss luce unos vaqueros y una camisa a cuadros? La camisa en cuestión es de piel y cuesta 4800 euros. Seguro que aunque hoy defendamos el silencio, has gritado al leer la cifra…
Stuart Vevers acaba de presentar en Nueva York sus propuestas y se ha asegurado de que las faldas vaqueras, los shorts de cuero y los tops de colores macaron respondan a esta vocación de discreción refinada, una fórmula a la que se apunta Brandon Maxwell, que presenta una colección de básicos de fondo de armario.
No es casualidad que el mes de septiembre haya sido el elegido para el regreso de la reina del lujo silencioso, Phoebe Philo, pues tras la pandemia, la clientela ahora confía en inversiones que aspiran a la atemporalidad y a la calidad. Hasta su llegada, muchas marcas se han encargado de llenar esa “perversa banalidad” que defiende creaciones que parecen sencillas pero que, en realidad, son excepcionales. Frente a las microtendencias que se solapan a causa de los nuevos laboratorios de moda que son las redes sociales, nada como un buen jersey de cachemira y un trench todoterreno.
Al frente de Courrèges, Nicolas Di Felice ha encontrado la sensualidad en la sencillez con sus diseños minimalistas, y el listado podría extenderse hacia el infinito. Basta con echar un vistazo, de hecho, a los armarios de algunas de las celebridades del momento para advertir que la moda peacock ya no es la favorita. Por supuesto, quienes abrazan el meme-couture y buscan titulares, como Doja Cat, no dudan en ponerse diseños imposibles, pero al examinar los looks de iconos de la talla de Hailey Bieber, queda claro que el fenómeno ha cambiado. La modelo luce chaquetas oversize de cuero de Y/PROJECT con jerséis de pico de Cos y maxiabrigos negros de Saint Laurent con faldas tableadas y brogues de Proenza Schouler, un nuevo armario que encaja a la perfección con los diseños que ha creado para Wardrobe NYC, una firma que encapsula el espíritu del fondo de armario elevado. Otra señal del cambio es que Kendall Jenner, poco habitual en el front row de los desfiles, intenta no perderse los de The Row, cuyos bolsos minimalistas y sin pretensiones luce con pantalones blancos de Goldsign y cárdigans coral de Miau.
Lo realmente interesante es que las marcas no quieren desligarse necesariamente de esos nuevos compradores que al adentrarse en el lujo quieren que sus diseños griten el nombre de la marca, por lo que prefieren los modelos con logos y signos reconocibles. Por eso ofrecen dos tipologías de productos diferentes, y lo paradójico es que son los que tienen esas señales destinadas a llamar la atención los más asequibles. Los amantes del lujo silencioso no solo adoran los susurros, sino que pagan gustosamente para guardar el secreto.
Hay incluso quien ya habla de recessioncore para referirse a una tendencia que hemos visto sobre la alfombra roja, un lugar que parecía no estar destinado jamás a pasar desapercibido. Esta moda consiste en no llevar apenas joyas. Si durante la pandemia triunfaron los colores y
las joyas llamativas, ahora recurrimos a un posminimalismo que defiende la calidad, la sencillez y el arte de encajar sin llamar la atención. Por eso hablamos de blendingcore y del complicado camino que hay que hacer para encajar sin dejar de brillar. Si crees que es fácil lucir un pantalón de pinzas, unos mocasines y un jersey de pico y que tu estilo despierte pasiones, quizás sea porque bien sabes que la clave para que ese look de apariencia sencilla sea potente radica en la calidad de cada prenda y accesorio. Un total look beige con pelotillas, lo sentimos mucho, no es un outfit minimalista, sino una trampa revelada, y como buenos magos de la moda, tenemos que tener siempre nuestros secretos intactos.
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