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Así es el calzado barefoot: por qué triunfa en 2025 y cómo está transformando las colecciones de moda

Con suelas flexibles y hormas amplias, este tipo de zapatos combinan estilo, confort y bienestar para transformar la forma en que caminamos

Así es el calzado barefoot: por qué triunfa en 2025 y cómo está transformando las colecciones de moda
Así es el calzado barefoot: por qué triunfa en 2025 y cómo está transformando las colecciones de modaInstagram @whatyourocking

Aunque esta temporada las pasarelas han apostado por la sofisticación y los looks de impacto, en el terreno del calzado está ocurriendo algo muy diferente: las suelas planas, los diseños minimalistas y la búsqueda absoluta del confort se han convertido en los protagonistas. En este contexto, el fenómeno barefoot —zapatos diseñados para imitar la experiencia de ir descalzo— está viviendo un auténtico auge.

Lejos de ser una moda pasajera, el minimalismo aplicado al calzado está ganando terreno gracias a marcas especializadas que han impulsado este concepto hasta convertirlo en un nicho con un crecimiento notable. De hecho, se estima que el mercado global del calzado minimalista podría rozar cifras históricas en los próximos años, impulsado por firmas como LejanBrand, Vibram FiveFingers o MurisBrand y por un consumidor cada vez más interesado en el bienestar integral.

Por qué el barefoot está conquistando a tantos usuarios

Lo que distingue a estos zapatos no es solo su estética simple, sino la filosofía que esconden: recuperar la libertad natural del pie. Las suelas finas, flexibles y las hormas amplias permiten que la pisada se acerque a la forma en la que el cuerpo fue diseñado para moverse.

Quienes han incorporado este tipo de calzado a su día a día lo describen como un antes y un después. Una vez acostumbrados a la sensación de libertad y la ausencia de estructuras rígidas, volver a un zapato convencional se hace complicado.

Beneficios que explican su popularidad

El enfoque barefoot pretende corregir un problema que muchas marcas tradicionales han pasado por alto: el exceso de acolchados y estructuras que limitan el movimiento natural del pie. Su propuesta se basa en lo contrario: eliminar lo innecesario y permitir que la musculatura trabaje.

Entre sus ventajas más destacadas se encuentran:

Mejora de la musculatura del pie, gracias a un mayor trabajo de los músculos intrínsecos.

Mejor equilibrio y estabilidad, al aumentar la percepción del terreno.

Mayor espacio para los dedos, lo que ayuda a prevenir deformidades como los juanetes.

Una pisada más natural, con un reparto más eficiente de cargas.

La evidencia científica también respalda su uso temprano: se ha observado que los niños que pasan más tiempo descalzos o con calzado minimalista desarrollan arcos plantares más funcionales y menor tendencia al pie plano que quienes usan zapatos rígidos desde edades tempranas.

¿Es un calzado adecuado para todo el mundo?

No obstante, cambiar de forma brusca al barefoot no siempre es recomendable, sobre todo en adultos acostumbrados a suelas gruesas o tacones. Profesionales de la salud del pie insisten en que la transición debe ser progresiva para evitar molestias como fascitis plantar o sobrecarga en el tendón de Aquiles.

Existen dos formas de realizar esta adaptación:

  • Introducir el barefoot de manera gradual, aumentando poco a poco el tiempo de uso.
  • Usar calzado de transición, con suelas algo más gruesas y flexibles, antes de dar el salto definitivo.