Carmen Lomana y Belén Rueda: dos looks de invitada que nos transportan a la Costa Amalfitana (sin salir de Madrid)

En la última edición de la Noche de la Gastronomía organizada por Elle Gourmet, dos mujeres +60 demostraron que el estilo no tiene edad ni fronteras. Carmen Lomana y Belén Rueda brillaron en la alfombra roja con dos estilismos tan sofisticados como veraniegos, perfectos para una noche elegante en Madrid… pero con alma de dolce vita italiana.

Los looks de Carmen Lomana y Belén Rueda en esta noche madrileña resumen a la perfección lo que significa vestir bien a partir de los 60: conocerse, arriesgar con criterio y saber adaptar las tendencias a tu estilo personal. Desde el lino estampado con aire italiano hasta el minimalismo de alta costura con notas de color, ambas han demostrado que el verano se puede vivir con elegancia… y mucha actitud.

Carmen Lomana: elegancia mediterránea con sello FARM Rio

Carmen Lomana apostó por un vestido de lino 100% de la firma brasileña FARM Rio, disponible en El Corte Inglés y MyTheresa, que parece sacado de una postal de Capri. Se trata de un vestido midi con estampado floral en tonos verdes y blancos, tirantes finos con detalles decorativos y escote recto, confeccionado en tejido natural de lino. Su silueta evasé, junto al bajo con vuelo, consigue un efecto etéreo y fresco, ideal para las noches cálidas del verano.

Completó el look con unas sandalias verdes a juego, abanico bordado y joyas doradas con perlas, en un conjunto que equilibra a la perfección tradición, sofisticación y modernidad. Un estilismo que confirma que Lomana sigue siendo referente absoluto de elegancia atemporal.

Belén Rueda: el combo estrella que rejuvenece y estiliza

A sus 60 años, Belén Rueda optó por alejarse del clásico vestido de invitada y apostó por un conjunto tan inesperado como impecable: camisa blanca básica + falda midi en corte A firmada por The 2nd Skin Co. La actriz remangó las mangas y levantó el cuello de la camisa para darle ese toque de experto que marca la diferencia, mientras que la falda—en un tono dorado beige, con fajín y volumen—aportaba estructura y movimiento.

El toque maestro fue el contraste de color: unas sandalias de tacón rojas, que rompían con la neutralidad del conjunto y añadían ese punto juvenil, alegre y veraniego que tanto favorece. El resultado fue un look fresco, elegante y rotundamente actual, que redefine la sofisticación en clave effortless.