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La gran reaparición de Isabel Preysler cinco meses después con un estilismo de hace diez años que sigue siendo pura inspiración
La socialité volvía a la esfera pública el pasado domingo con uno de sus looks más elegantes

Si hay alguien que sabe cómo volver por la puerta grande tras varios meses alejada del ruido mediático esa es Isabel Preysler. La madre de Tamara Falcó se dejó ver el pasado domingo en el Teatro Real acompañada de su hija y su yerno con motivo del estreno de la obra de Mozart, Mitridate rei di Ponto. Ya sabemos lo mucho que le gustan a la socialité este tipo de eventos culturales, por lo que no se nos podía ocurrir una mejor manera de hacer su vuelta triunfal a la esfera pública.
Ajena a los rumores sobre su 'desaparición', Isabel Preyslerha dedicado los últimos meses de 2024 y los primeros de 2025 a pasar tiempo de calidad con sus nietos y sus mejores amigas, ahora parece que con la llegada de la primavera a la capital también vamos a volver a ver florecer a una de las mujeres con más estilo del panorama nacional, y es que lo de Tamara viene de herencia, tanto ella como su madre son íconos de moda que siempre copan titulares.
El look de la reaparición de Isabel Preysler
La moda es cíclica y, con un armario como el de Isabel Preysler, ¿quién necesita estrenar? Eso es justo lo que pensamos al ver las imágenes de su esperada vuelta. Para su reaparición, Isabel rescató de su archivo personal un vestido de pasarela que ya había lucido en 2015 durante un concierto en el Auditorio Nacional y que pertenecía a la colección otoño-invierno de Etro de ese mismo año. Se trata de un diseño ceñido al cuerpo, compuesto por piezas de distintos estampados étnicos, enmarcadas con vivos negros que estructuran la silueta y elevan aún más el conjunto.
El vestido, por sí solo, ya era una declaración de estilo, pero Isabel fue más allá y apostó por repetir también los complementos con los que lo llevó hace una década. Un abrigo de piel en tono camel con cuello y puños en pelo, envolvente, glamuroso y absolutamente fiel a su estética, un clutch negro de charol con borla y unas altísimas botas de ante negro que estilizan aún más su figura. Todo en este look grita elegancia atemporal. Nada está fuera de lugar. Ni siquiera diez años después.
Isabel ha demostrado una vez más que no necesita estrenar para deslumbrar. Su forma de entender la moda, basada en piezas bien escogidas y una actitud impecable, es lo que la convierte en un verdadero icono. Porque hay mujeres que siguen tendencias… y luego está ella, que las trasciende.
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