Moda

La moda en la era del #MeToo

El desfile de Christian Siriano en Nueva York fue ejemplo de cómo la industria debe adaptarse a la diversidad sexual y al respeto por la mujer

La moda en la era del #MeToo
La moda en la era del #MeToolarazon

El desfile de Christian Siriano en Nueva York fue ejemplo de cómo la industria debe adaptarse a la diversidad sexual y al respeto por la mujer.

Nueva York. Semana de la Moda. El desfile de Christian Siriano, rey de la alfombra roja, está por comenzar. En el «backstage» hay nervios, modelos a medio maquillar y flashes que persiguen a Whoopi Goldberg, recién llegada a esta caótica escena. En medio de todo, un hombre pequeño y delgado como un niño, con un blazer de terciopelo y gafas de pasta, mantiene la calma. Es Siriano, la mano e imaginación detrás de los abrigos de «faux fur» fucsia y vestidos de patente negro que en breve saldrán a la pasarela. De pronto se escucha la voz del diseñador que da a sus chicas –así las llama–unas últimas instrucciones. «Estoy diciendo siempre chicas... qué mal educado», se autocorrige Siriano en medio de su discurso. Y es que el «casting» de modelos no solo es diverso en términos de raza y tallas, sino que también hay entre ellas hombres y transexuales.

En comparación con los «shows» de otras marcas esa variedad salta a la vista, pero para Siriano es lo común. El joven ganador de «Project Runway» se ha hecho un buen nombre –y un excelente negocio– vistiendo a mujeres «curvy» y de todas las edades, desde Christina Hendricks hasta Oprah y Michelle Obama, sin olvidar, claro, a Ashley Graham, la más famosa modelo de tallas grandes del momento. Graham abrió el sábado el desfile de Siriano, cuya primera fila es un buen ejemplo de la diversidad, y calibre, de su clientela: Goldberg, la modelo Coco Rocha, la rapera Cardi B., Laverne Cox (de «Orange Is The New Black»), la comediante Molly Shannon y Meg Ryan. Todas ellas son amigas del diseñador, por lo que el reciente debate en Hollywood sobre acoso e igualdad de condiciones para las mujeres no lo deja indiferente. ¿Necesita la moda enfrentar su momento #MeToo? Siriano asegura que «hay maneras de hacerlo, por ejemplo, celebrando a todas las personas tanto en las pasarelas como en las alfombras rojas».

Antes que Hollywood

El modisto lucha desde el frente que conoce, el de la diver-
sidad.Y es que, aunque no ha habido un escándalo en esta industria que se compare con el de Harvey Weinstein –sin restar importancia a las acusaciones contra Bruce Weber, Mario Testino y Paul Marciano–, lo cierto es que la moda asumió la bandera del feminismo antes que Hollywood. Basta ver las primeras colecciones de Maria Grazia Chiuri para Dior. La primera mujer en convertirse, en 2016, en directora creativa de la marca ha explicado en varias ocasiones que su ropa enfatiza «el empoderamiento de la mujer». Prabal Gurung hizo lo mismo el año pasado con sus camisetas estampadas con mensajes como «el futuro es femenino» o «así luce una feminista».

Ciertamente, alzar la bandera del feminismo no es lo mismo que pronunciarse en contra del acoso sexual, que también está presente en la moda. Mientras esperan el desfile de Siriano dos modelos, Chloè Vero y Jocelyn Corona, abordan el tema. Vero afirma que «no he sufrido abusos, pero es cierto que desde mi agencia de modelaje siempre me han prevenido al respecto». Corona asegura que ahí está la clave: «Eres apenas un niña cuando entras en esta industria y las agencias deberían explicarte que hay ciertas cosas que no debes permitir y darte apoyo y ayuda». En ese sentido, este año se ofreció a las modelos cubículos privados para que se pudieran cambiar.

España, a la cabeza de la NYFW

Desde que se fueran de Nueva York Delpozo y Desigual, España está representada esta edición por Custo Barcelona, pero también por Betto García, que realizó los sombreros para el desfile de Siriano. «Es un verdadero maestro. Me hace mucha ilusión traer a mi desfile la belleza de su trabajo hecho a mano. El “show” es sobre glamour y lujo y los sombreros de Betto (en la imagen, uno de ellos) aportan ambas cosas», asegura Siriano. «Hacía tiempo que no sentía la adrenalina de hoy», decía Betto.