Jaén

Leandro Cano, España somos toros

El diseñador de Jaén volvió a la Fashion Week con una colección inspirada en la relación entre la tauromaquia y la religión.

Leandro Cano, España somos toros
Leandro Cano, España somos toroslarazon

El diseñador de Jaén volvió a la Fashion Week con una colección inspirada en la relación entre la tauromaquia y la religión.

María Escoté dio ayer inicio al segundo día la MBFW Madrid. La diseñadora vuelve a apostar por el concepto «see now, buy now», con lo que la colección ya podía comprarse poco después de su presentación. «María on the moon» es una mirada al futuro, un viaje imaginario a la luna. La colección, de estilo sesentero, recupera la minifalda, los cortes evasé y las prendas con toques retro-futuristas combinando materiales tan diversos como charol, lúrex, lentejuelas y paño. Escoté viste a la mujer el próximo otoño en blanco, rojo y negro, con estampados de paisajes lunares imaginarios y también abrigos y chaquetas con apliques de «patchwork» en charol y cuellos inspirados en los cierres de los uniformes espaciales. También propone prendas «full body» de punto y plumones acolchados con plumas bordadas que simulan los desafíos gravitatorios de la superficie lunar.

Quienes dan un paso cada vez mayor para que la moda española ocupe el lugar que merece son Ar- naud Maillard y Álvaro Castejón. La colección de Alvarno sorprendió por un estilo nuevo, evolucionado pero respetando la tradición y el «savoir faire» de la marca. Tejidos nobles entremezclados como el crêpe marocain y el jacquard estampado, así como el encuentro inexplicable de elementos opuestos como la bámbula de seda y el jersey stretch. Llaman la atención sus vaporosas blusas con lazo anudado que reemplaza a la túnica, los drapeados y los plisados que aportan ligereza, así como los coloridos flecos que invaden con acierto muchas de las piezas de la colección. La sofistificación vino de la mano de capas-abrigos en algodón encerado de doble faz y de martas cibelinas. La firma presentó también la colección cápsula «Star Wars» con estampaciones glitter de Chewbacca y Han Solo bajo la influencia del Pop Art de Warhol. Por otra parte, el de Roberto Verino fue un homenaje a César Manrique. En toda la colección, que recupera el bordado a mano y el pespunte a la vista, quedaron reflejados los colores de Lanzarote, su laguna verde, sus peces, su mar, su tierra y sus atardeceres.

La pasarela se trasladó por la tarde a la Puerta del Sol, donde unieron fuerzas en la Real Casa de Correos los últimos tres ganadores del premio «Who’s On Next» de «Vogue»: Leandro Cano, ManéMané y Juan Vidal. Cano regresa a la Fashion Week con una colección inspirada en la relación entre la tauromaquia y la religión. Aunque confiesa jamás haber asistido a una corrida, asegura que tras meses de investigación logró «llevarlo a mi terreno, huyendo de tópicos para crear algo nuevo. El mundo del toro representa lo que somos en una España que ahora, justamente, se encuentra tan convulsionada». El elemento artesanal –su seña de identidad– está tan presente como siempre. «La artesanía es el lujo», afirma. La obra maestra de la colección: el pantalón estampado con enormes escapularios combinado con una chaqueta naranja de volumen imposible y decorada con insignias religiosas.

Miguel Becer, el creativo detrás de ManéMané, también volvió la mirada hacia la tradición para su nueva propuesta. Afirma que se inspiró en sus tías y su abuela. Por eso muchas de las piezas están confeccionadas con ropa de cama o tapicerías. Ejemplo de ello son las faldas pitillo hechas de mantas paduanas típicas de Zamora. Lo mejor, las bufandas XXL, algunas de lana merina, otras hechas con colchas de cama. El suyo fue uno de los desfiles más concurridos y entre los asistentes se encontraban Cristina Cifuentes y Alejandro Palomo. Por su parte, Vidal se inspiró en Cynthia, la maniquí creada en 1932 por Lester Gaba, tan famosa que protagonizó una portada de la revista «Life». Las camisas con lazo al cuello fueron protagonistas y la paleta de colores abarcó el rosa empolvado, el malva, el granate y el negro. No hubo falta de brillos, representados en tejidos como el lamé y el terciopelo.