Mercedes Benz Fashion Week Madrid
Moda española a través de otras artes
Casas prefabricadas con decoración nórdica, gabinetes de estudio del siglo XXI, la recreación de obras pictóricas... La arquitectura y la pintura fueron la inspiración ayer en la Fashion Week Madrid
Casas prefabricadas con decoración nórdica, gabinetes de estudio del siglo XXI, la recreación de obras pictóricas... La arquitectura y la pintura fueron la inspiración ayer en la Fashion Week Madrid.
Ailanto inauguró la jornada de ayer en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. La pareja de hermanos diseñadores, formada por Iñaki y Aitor, presentaron su nueva colección en homenaje al pintor Mariano Fortuny porque, según explicó Iñaki, «fue uno de los precursores de la estampación textil, inventó nuevas técnicas para hacer estampados y consiguió hacer diseños que recrearan la actividad del mundo romano y griego». Para realizar este homenaje dibujaron en las prendas, de base índigo, estampados superpuestos, florales en su mayoría, para crear una sensación de profundidad en tejidos con matices y texturas diferentes, e imitar así la doble capa que tiene el tratamiento de la pintura al óleo. Los modistos ofrecieron una colección repleta de diseños fluidos ligeros y «oversize», con una tonalidad de colores que definía claramente la temporada Otoño-Invierno. El terciopelo fue el elemento estrella de la colección, perfectamente combinado con la seda, la viscosa y la lana para las prendas exteriores. Con todo esto, Alianto quiso tratar de representar a «las mujeres que vestía Fortuny hace cien años haciéndolas contemporáneas».
Seguido de la pareja catalana, la firma Ángel Schlesser mostró su propuesta inspirada en la pintura de Mark Rothko, marcada por las geometrías abstractas y los imponentes bloques de colores encontrados. Destacó por la superposición de texturas variadas como la lana merina y el ante, en una propuesta iniciada por una tendencia oscura, pasando por todo tipo de azulados y verdes y terminando con rojos, naranjas y marrones. Presentó dos piezas de chaqueta y pantalón con estampado de cuadros y vestidos, lisos y estampados, más para la noche, de líneas puras y simples y de seda brillante.
Ulises Mérida cogió el relevo de Schlesser para exponer una colección nada habitual en él. Según el diseñador, ha querido salir de «la zona de confort» y dejar a un lado los colores sólidos a los que nos tiene acostumbrados, como el naranja o el morado, y optar esta vez por tonos más claros. «Con esta colección me di cuenta de que el rosa palo, por ejemplo, mezclado con otros colores me gusta», aseguró. Sobre su propuesta, llamada «Sfumato», comentó que «se entiende más de cerca que de lejos», debido a las diferentes texturas utilizadas como la lana merina, el tul, el satén e incluso tejidos acolchados. Mérida colaboró con las capas de Seseña, los calzados Franjul y los bolsos de Tissa Fontaneda para completar un desfile que tuvo como espectador a Albert Rivera y su novia, fiel seguidora del diseñador.
La propuesta más oscura fue obra de Juanjo Mánez y Paloma Álvarez. La pareja que forma la firma Malne vistió a una mujer muy de noche en un «show» muy lúgubre con prendas negras y muy brillantes. Y es que, la marca ha querido buscar una nueva versión muy siglo XXI de la elegancia clásica. Las modelos lucieron zapatillas negras de lentejuelas, de la firma italiana de calzado Ash, para ofrecer mayor «comodidad y estilo» a una mujer que mantiene la femineidad. Malne propuso esmoquin con estampado de príncipe de Gales, tartán y pata de gallo, en su versión más de día, y prendas de abrigo con plumas, como el que lució Brisa Fenoy (a la derecha de estas líneas). La cantante fue la invitada especial y la protagonista de un «show» en el que estuvo Marta Sánchez.
Oliva destacó en la jornada de ayer no solo por ser el único diseñador que siguió el movimiento «see now, buy now» (míralo ahora, cómpralo ahora), sino también por el escenario que montó sobre la pasarela. Colocó una estructura de madera acompañada de mobiliario con el que los maniquís jugaron durante el desfile. La original propuesta de Oliva estuvo compuesta primero por ropa urbana con abrigos de paños, en tonos amarillos y verde militar, a juego con las botas negras de ese mismo estilo. Según transcurrió el desfile, la colección se tornó más nocturna y el diseñador presentó vestidos en diferentes tonos lisos y con un corte ligero y sencillo que culminaron un «show» muy ovacionado.
El «Wunderkammer» de Teresa Helbig hizo que la pasarela Mercedes-Benz se abarrotara. La diseñadora, inspirada en los retratos de las damas victorianas, definió la colección como el producto de «ese espacio mental donde guardamos los tesoros» y tuvo como elemento estrella el cuero guateado. Una textura que fue combinada con el terciopelo, el raso de seda y hasta las microlentejuelas. Todo ello con colores celeste, negro y malva, a juego con los zapatos diseñados, en una colaboración, por Serena Whitehaven, para representar a una mujer Helbig que nunca pasa desapercibida. Un resultado aristócrata y refinado.
Custo BCN cerró los desfiles de Ifema, ya que la jornada en realidad terminó en el Club Matador con Moisés Nieto. Custo, fiel a su cita, descubrió una colección muy de su propia esencia, de esas que no pasan desapercibidas. Porque, como él dice, no apuestan por «la mujer discreta, estamos obligados a hacer cosas que se salgan del gran mercado». El modisto español, que triunfa en Nueva York y que presentará la misma colección en un par de semanas allí, usó una paleta extensa de colores metalizados en líneas muy experimentales, además de materiales tecnológicos trabajados con procesos manuales para vestir a una mujer muy atrevida, colorida, que brilla y se atreve con todo.
Fuera de la moqueta de Ifema, Moisés Nieto presentó una colección con prendas informales y divertidas en las que los bordados cobraron protagonismo. Para la noche propuso lentejuelas y terciopelo, mientas que para el día, camisetas y prendas denim de segunda mano. «Para darles una segunda oportunidad», explicó el diseñador.
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