La novia más elegante (y romántica) del fin de semana: Pepa Astolfi y su vestido con capa vaporosa diseñado por ella misma

Quedan prácticamente horas para que la ciudad de Sevilla viva su semana grande por la Feria de Abril 2025 que este año tiene lugar la primera semana de mayo. Pero antes de trasladarnos al Real para analizar los looks más elegantes de la capital andaluza, la catedral de Sevilla se ha puesto sus mejores galas para celebrar uno de los enlaces más esperados de la primavera el de Pepa Astolfi y Lorenzo Morejón.

La boda de Pepa Astolfi ha sido, sin duda, uno de los grandes acontecimientos sociales de esta temporada. No solo por el lugar, la majestuosa catedral hispalense, ni por la fecha, a las puertas de la Feria, sino porque el apellido Astolfi siempre ha estado ligado a las tradiciones sevillanas, la alta sociedad y el buen gusto. Pepa es hija de Miguel Ángel Astolfi, reputado abogado sevillano, y pertenece a una familia muy conocida tanto en los círculos ecuestres como en los taurinos. De hecho, su tío, Juan Antonio Ruiz 'Espartaco', es uno de los toreros más importantes de la historia reciente de España, y su hermana Mercedes está casada con el diestro Javier Conde. Una saga con raíces profundas en la ciudad, que ha sabido traspasar generaciones manteniendo el estilo y la elegancia como estandarte. A esto se suma el perfil de la novia, diseñadora de profesión y referente silencioso para muchas mujeres que admiran su forma de entender la moda: delicada, natural y sin estridencias. Por todo ello, la expectación en torno a su vestido era máxima. Y, como era de esperar, no decepcionó.

El vestido de novia de Pepa Astolfi: una oda al minimalismo romántico

Diseñado por ella misma en su propio taller, el vestido de Pepa Astolfi es una pieza que habla de sensibilidad y carácter. Un diseño de líneas puras y silueta vaporosa, que prescinde de adornos superfluos para centrarse en lo esencial: el corte, el tejido y la caída. Con escote halter profundo, sin mangas y una falda fluida con ligeras capas que acompañan el movimiento, el vestido consigue una elegancia casi etérea, perfecta para un entorno tan solemne como la catedral de Sevilla.

La cintura, marcada con un fino lazo en tono maquillaje, suaviza el conjunto y aporta feminidad sin romper la armonía. Pero lo más espectacular del look está en la capa, que cae desde los hombros en gasa ligera, formando una cola impresionante que añade drama y solemnidad sin perder la frescura de un estilismo joven y moderno. En la parte trasera, la novia se aleja de los velos clásicos y apuesta por una corona de flores blancas con velo vaporoso, que combina a la perfección con su melena suelta ondulada, peinada con naturalidad.

A sus pies, un ramo de rosas empolvadas y peonías en blanco roto completaba el conjunto, con ese toque silvestre y romántico que tanto define su estilo personal. Un estilismo que podría recordarnos a las novias más delicadas de Carolina Herrera, a las colecciones nupciales de Giambattista Valli o incluso al espíritu libre de las novias de Chloé, pero que lleva impreso el sello inconfundible del sur, de la costura hecha con cariño y sin artificios.