España

Una Reina con recursos

El vestido, realizado en doble crepe de lana en verde ópalo, bordado en hilo y cristal al tono, en mangas y en bajo, ha pasado la primera prueba de fuego de su recién estrena agenda de 2017.

La Reina Letizia durante la Pascua Militar en el Palacio Real
La Reina Letizia durante la Pascua Militar en el Palacio Reallarazon

El vestido, realizado en doble crepe de lana en verde ópalo, bordado en hilo y cristal al tono, en mangas y en bajo, ha pasado la primera prueba de fuego de su recién estrena agenda de 2017.

Lo fácil hubiera sido estrenar otro flamante y exquisito vestido, otro más que hubiera aumentado la ya significativa colección personal de una Reina que aparece en las lista de las mujeres mejor vestidas del mundo. Sin embargo, Doña Letizia, mujer con los pies sobre la tierra que pisa, ha preferido reciclar o, como decimos en la profesión de la moda, “tirar de archivo” y rescatar a un viejo conocido de su armario, un vestido correcto y elegante, firmado por uno de sus modistos de cabecera, Felipe Varela. El traje –que ya ha lucido en otras dos ocasiones: la primera en 2014, durante la recepción al Cuerpo Diplomático acreditado en España y la segunda, hace ahora dos años, para presidir junto a su marido, el Rey Felipe VI, su primera Pascua Militar como Reyes de España–, le quedaba, claro, exactamente igual, es decir, como un guante. Porque si hay algo que caracteriza a nuestra soberana es una escultural figura a la que le sientan de cine este tipo de trajes largos, minuciosamente entallados y rematados con corte columna.

El vestido, realizado en doble crepe de lana en verde ópalo, bordado en hilo y cristal al tono, en mangas y en bajo, ha pasado la primera prueba de fuego de su recién estrena agenda de 2017.

Iba menos maquillada que en otras ocasiones, hecho que le favorece y ha recogido su melena hacia atrás con un sencillo y moderno moño que ha rematado con el toque de luz de unos pendientes con piedras en verde y morado y un clutch a juego. A fin de evitar ostentaciones que, al fin y al cabo, es lo que requiere un acto castrense, la monarca consorte se ha limitado a estar a la altura: impecable y espléndida.