
Manicura
Uñas de seda: la manicura natural para uñas cortas que triunfará este otoño 2025
Frente al exceso de las uñas de gel y los diseños llamativos, el próximo otoño impone su discreción la manicura "efecto seda": una vuelta a la naturalidad con uñas cortas y esmaltes translúcidos para un acabado elegante y cuidado

Las pasarelas y los expertos en belleza ya lo tienen claro de cara al próximo otoño de 2025. El exceso y la ostentación que han definido el mundo de la manicura durante las últimas temporadas darán paso a la discreción. La tendencia dominante será el llamado "efecto seda", una vuelta a la elegancia minimalista que apuesta por uñas cortas, de aspecto muy natural y con una cuidada forma cuadrada. Esta propuesta representa una clara contracorriente frente a las uñas de gel extralargas y el nail art recargado de colores y adornos. Esta evolución se alinea con la aparición de nuevas técnicas de manicura que prometen transformar el cuidado y el estilo de nuestras uñas.
De hecho, esta nueva corriente no responde únicamente a una cuestión estética, sino que también atiende a una necesidad práctica. Se perfila como la solución perfecta para reparar y cuidar las uñas tras los habituales estragos del verano, una época en la que factores como el sol, el cloro de las piscinas y el agua del mar tienden a debilitarlas. Por este motivo, se erige como una alternativa mucho más realista y asequible frente a los costosos y exigentes tratamientos de gel, priorizando ante todo la salud de la uña. Además, es fundamental recordar que una correcta aplicación del protector solar en todo el cuerpo ayuda a prevenir no solo el daño en la piel, sino también en las uñas, especialmente tras los estragos del verano.
En este sentido, la clave para conseguir el «efecto seda» se basa fundamentalmente en la elección del esmalte. Como explican desde Vogue, predominan los tonos nude y las lacas translúcidas, que dejan entrever la uña natural pero aportándole un acabado pulido y perfeccionado. El objetivo es embellecer sin ocultar, buscando un resultado que combine la sencillez con un toque de sofisticación innegable. Es importante estar al tanto de las novedades en el sector, como la nueva normativa europea sobre esmaltes TPO, que ya está cambiando la manicura tal como la conocemos.
Claves para un acabado perfecto
Para ello, la paleta de colores se aleja de los tonos estridentes y se centra en una gama cromática muy específica. Triunfan los blancos rotos, el beige, el marfil y los acabados irisados o los rosados más pálidos. Estos esmaltes no solo aportan un aire de sofisticación inmediato, sino que además generan un efecto óptico que consigue que las uñas parezcan visualmente más largas, limpias y, en definitiva, más saludables.
Asimismo, aunque la base de esta tendencia es la sencillez, el estilo permite ciertas licencias para quienes buscan un toque de distinción sin renunciar al minimalismo. Una de las variantes más aplaudidas es la popular manicura japonesa, una técnica que prescinde por completo del color para centrarse en bases tratantes que nutren la uña en profundidad, confiriéndole un brillo espectacular y de aspecto muy saludable.
Por otro lado, para añadir un detalle sutil y elegante, también se puede recurrir a la incorporación de una diminuta joya o perla. Colocada en un punto estratégico, como puede ser la base de la uña, este pequeño adorno añade un acento de luz que eleva el resultado final sin llegar a romper la armonía del conjunto.
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