Polémica

De tendencia viral a producto vigilado: Reino Unido prohíbe anuncios de mascarillas LED

El auge de las máscaras LED choca con los límites de la publicidad médica

Las mejores máscaras LED faciales: el dispositivo de moda para eliminar imperfecciones y rejuvenecer la piel
Las mejores máscaras LED faciales: el dispositivo de moda para eliminar imperfecciones y rejuvenecer la pielLa Razón

La Autoridad de Normas Publicitarias británica (Advertising Standards Authority, ASA) ha prohibido varios anuncios de mascarillas faciales LED por realizar afirmaciones médicas no autorizadas sobre su capacidad para tratar el acné y la rosácea. El veto afecta a varias marcas de cosmética y tecnología estética que, según el organismo, “difuminaron la línea entre beneficios cosméticos y afirmaciones médicas”.

El auge de estos dispositivos de belleza, que prometen rejuvenecer la piel mediante luces de diferentes longitudes de onda, se ha disparado en los últimos años, impulsado por influencers y vídeos virales que muestran sus supuestos efectos inmediatos. Sin embargo, los dermatólogos advierten: la eficacia real de las versiones domésticas sigue sin demostrarse.

La investigación de la ASA detectó que varias empresas, entre ellas Project E Beauty, Silk’n, Beautaholics y Luyors Retail, promocionaban máscaras con frases como “trata el acné” o “reduce las lesiones en un 80 %”. Estas afirmaciones, explicó el regulador, solo pueden hacerse si el producto está registrado ante la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA), algo que no ocurría. Incluso los testimonios de usuarias con imágenes de “antes y después” fueron considerados engañosos: ningún producto puede atribuirse propiedades curativas si no está clínicamente probado.

La terapia con luz LED se utiliza desde hace años en clínicas dermatológicas con aparatos de uso médico. En teoría, los distintos colores de luz (azul, roja e infrarroja) estimulan las células y reducen la inflamación. Pero los expertos recuerdan que los dispositivos domésticos no cuentan con la potencia ni los estudios necesarios para garantizar los mismos resultados. “Hasta ahora no existen ensayos clínicos con muestras amplias y duraciones suficientes para avalar sus beneficios”, señala la dermatóloga británica Izzy Dharmasiri, portavoz del organismo.

El caso se enmarca en una campaña más amplia de la ASA para controlar la publicidad de productos de salud y belleza que emplean lenguaje médico sin respaldo científico. Según el organismo, muchos de estos anuncios se dirigen a personas vulnerables que buscan soluciones reales a problemas de piel. Las empresas implicadas han retirado o modificado sus anuncios, eliminando referencias a acné, rosácea o “curación”. A partir de ahora, solo podrán destacar efectos cosméticos genéricos, como “mejorar la apariencia de la piel” o “favorecer su luminosidad”. Las mascarillas LED seguirán siendo un fenómeno en redes sociales, pero el Reino Unido deja claro un mensaje: las tendencias virales no pueden sustituir a la evidencia científica.