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Tocados por la varita mágica

De izquierda a derecha, Virginia Pérez-Orive, María Moreno, Alicia Viladomat, Lomana, Fiona Ferrer y Mónica Martín Luque
De izquierda a derecha, Virginia Pérez-Orive, María Moreno, Alicia Viladomat, Lomana, Fiona Ferrer y Mónica Martín Luquelarazon

No suele ocurrirme pero este otoño se me está atragantando... Ando como vaca sin cencerro, malhumorada entre la contaminación de Madrid y la confusión y estrés que me produce esta campaña pre-electoral en la que nadie sabe el panorama político que podemos encontrarnos mañana. Es una quiniela, con un abanico bastante amplio de posibilidades. Para terminar de arreglarlo, Mariano Rajoy, en un arrebato, les cuenta a los líderes europeos que es muy probable que Podemos sea la segunda fuerza. No vean la cara que se les quedó... «pasmaos»; especialmente, Ángela Merkel que insistía en preguntar por si no había escuchado bien lo de Podemos. Un pacto PSOE- Podemos sería catastrófico para España. Cada día estoy más convencida que se debe cambiar la ley electoral y dejarse de tanto pacto. El que más votos saque, ése gobierna. Tiene poca gracia que la mayoría vote a un partido conservador y se encuentre a una izquierda radical dirigiendo nuestro destino. Esta campaña ha estado marcada por los nuevos y los viejos partidos, con poca altura política, y bastante agresividad. Agresividad más acentuada en el momento de echarse en cara la corrupción. Ha sido esta el arma arrojadiza más fuerte, en la que los partidos «viejos» están a cuálmás enfangados, y los nuevos, al no haber tocado poder, andan más ligeritos, pero aún sin tocarlo ya les han salido varios casos que no están nada claros. Opino que la corrupción afecta a todos los partidos por igual.

Parece condición humana en el momento de investirse de poder o mando. He echado en falta debates sobre cultura. Parece que la cultura no interesa a nadie. ¿Qué piensan hacer para protegerla, promoverla o subvencionarla? Poco o nada se ha hablado del IVA cultural o de la falta de lectura en nuestro país cada vez más cerca del analfabetismo. En Francia, en la Escuela Nacional de Administración ENA, se forma la élite política cultural y el funcionariado que más tarde dirigirá el país. Allí, los debates políticos son un ejercicio de dialéctica y cultura que da gusto escuchar. Me gustaría saber a qué llaman cultura nuestros políticos. Si van al teatro o al cine; si frecuentan museos y bibliotecas; cuál es su lectura favorita fuera de los informes de sus asesores... ¿Se imaginan lo enriquecedor que sería ver sentados en un plató a nuestros representantes charlando sobre cine, literatura, arte, de cómo mejorar la vida de los españoles e intentar que seamos un pueblo menos sectario y radical? No volver a hablar de guerra entre hermanos, unir y no seguir abriendo heridas de un pasado que ya no se debería recordar.

Estos días no sólo vivimos de política... la vida social es más intensa que nunca . Empecé la semana con una cena en el Hotel Westing Palace en la que recibí la Medalla del Foro Europa en compañía de un grupo de amigos de Marbella. También presenté, junto a Rocío Monasterio, un desfile muy entrañable a favor de la fundación Madrina. El miércoles reuní en casa a más de veinte amigas en un Tea Party que fue una locura de diversión y risas. Los hombres se quedarían asombrados si pudiesen escuchar a un grupo de mujeres desinhibidas charlando de nuestras cosas. Y terminé con un clásico en esta época: el desfile en Joy Eslava de Tony Fernández con una colección variada y preciosa. Joy estaba a rebosar de caras conocidas y buen ambiente aplaudiendo a este estupendo amigo y diseñador. Cuando les vuelva a encontrar quizá hayan cambiado algunas cosas de nuestras vidas e incluso nos haya tocado la varita mágica de la suerte en la Lotería Nacional. Feliz domingo de elecciones.