2014, «punto de inflexión» y de esperanza en la pobreza

Los nueve Bancos de Alimentos de Andalucía han empezado a notar los efectos de la recuperación económica, ya que en 2014, por primera vez en siete años, se redujo un 6% el número de beneficiarios en relación a 2013, y al mismo tiempo se incrementaron un 28% las ayudas.

Estos datos se recogen en el informe anual sobre pobreza, que ha realizado la Universidad Loyola Andalucía, en colaboración con la Federación de Bancos de Alimentos de Andalucía, Ceuta y Melilla, y reflejan un «punto de inflexión» por primera vez en 2014 desde el año 2007 al aumentar mucho más las ayudas repartidas que el número de beneficiarios. Incluyendo Ceuta y Melilla, el número total de beneficiarios de los bancos de alimentos se elevó a 455.524, un 12,3% más que en 2013, aunque, si se excluyen las dos ciudades autónomas, la cifra baja un seis por ciento.

De media por cada cien habitantes hay ocho beneficiarios de los bancos de alimentos de Andalucía (cuenta con nueve al tener dos en Cádiz), Ceuta y Melilla, lo que supone un 32% más que en 2013 debido a la presión migratoria en Ceuta y Melilla.

Los once bancos de alimentos analizados repartieron en 2014 un total de 33,2 millones de kilos de alimentos, un 28,3% más que el año anterior, y se han repartido 73 kilos de alimentos por persona al año, un 14% más que en 2013.

El presidente de la Federación de Bancos de Alimentos de Andalucía, Ceuta y Melilla, Juan Pedro Álvarez, y el profesor de la Universidad Loyola, Carlos García, explicaron que la fuerte presión migratoria en Ceuta y Melilla ha empujado al alza el número de beneficiarios totales en 2014.

No obstante, en general se está frenando esa cifra debido a la incipiente recuperación económica, lo que se confirma en 2015, y confían en que esta tendencia se mantenga si no empeora la economía.

En cualquier caso, el presidente de la federación andaluza de Bancos de Alimentos señaló que hay muchas personas con necesidades y vulnerables y, de hecho, la media de kilos al año que reparten estos centros no cubre todas las necesidades nutricionales de las personas. Se necesitarían repartir 3,5 veces más kilos que hasta ahora para garantizar una correcta nutrición de los beneficiarios de los bancos de alimentos, que distribuyen los alimentos a oenegés como Cáritas, centros de inmigrantes, de discapacitados, conventos y comedores sociales.

Asimismo, el informe, elaborado por la Universidad Loyola Andalucía, puntúa con un siete sobre un máximo de doce la actividad de los once bancos de alimentos y refleja que Andalucía es un «mosaico» al analizar la relación entre las ayudas y los índices que miden la pobreza.