Elecciones andaluzas

A Díaz le toca ahora gestionar

La Razón
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El meteórico ascenso de Susana Díaz ha culminado, de momento, con la consecución de la secretaría general del PSOE-A y la constitución de una Ejecutiva a su medida. Este último punto no es baladí, porque si bien todos los secretarios generales de los socialistas andaluces han tenido la última palabra a la hora de conformar sus equipos, siempre han sufrido en mayor o menor medida las presiones de las agrupaciones provinciales. No es éste el caso. Díaz ha integrado a todo el partido bajo un presupuesto básico: la que manda es ella. De ahí, la ausencia de un «número dos» con peso y proyección en el que descanse la gestión diaria del PSOE-A, figura que sí existía con Chaves y Griñán.

La presidenta de la Junta de Andalucía se ha convertido en una figura emergente en la política nacional y acumula un protagonismo que deberá gestionar con cuidado. Hasta ahora no ha sufrido ningún contratiempo y sus intervenciones se han basado en proyectar un discurso bienintencionado apoyado en la idea de la renovación. Con esta estrategia se ha manejado con suficiencia. Ahora, con todo el poder en sus manos, es el momento de exigirle resultados. Y ahí no se atisba la misma determinación.

Díaz se ha beneficiado de la entrega absoluta con la que le ha recibido su partido y de cierta confusión en el PP y en IU. Los populares deben salir en los próximos días de esa nebulosa y rearmar su proyecto en Andalucía, haciendo valer que son la fuerza política que ganó las elecciones generales, municipales y autonómicas. Los cambios en la dirección regional reforzarán el papel de oposición al bipartito, muy diluido hasta la fecha. En igual circunstancia se encuentra IU, con una pluralidad de voces pero sin discurso definido. Cuando se aclaren esas circunstancias, Díaz deberá probar su proyecto y ya no tendrá coartadas.