Junta de Andalucía
Adiós a una técnica pionera por falta de médico
El Virgen Macarena deja de atender a pacientes del servicio de embolización de miomas por la baja de su único ginecólogo especialista. El SAS ni lo sustituye ni explica qué hacer tras meses de espera de citas de revisiones y seguimientos. El hospital lo niega y dice que el resto del equipo médico atiende «priorizando los casos urgentes»
Algo más de tres años después de dar por implantada una técnica pionera para la embolización de miomas uterinos de la que se han beneficiado cientos de mujeres andaluzas, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) mantiene suspendida la consulta por falta de personal médico. El Hospital Virgen Macarena de Sevilla ha dejado de atender a las pacientes sin previa comunicación debido a la baja del ginecólogo especialista de estas intervenciones, que en el mes de septiembre sufrió un grave accidente de tráfico del que continúa recuperándose sin fecha prevista de alta laboral.
La oficina administrativa de Ginecología del centro Policlínico Virgen Macarena se limita a recopilar los datos de las mujeres que reclaman las citas que se acumulan en al menos los últimos cuatro meses tanto para la realización de intervenciones como para las revisiones y seguimientos que una vez realizada la operación se requieren de forma periódica. «No hay médico», es la respuesta que reciben. El SAS no ha considerado necesario hasta la fecha buscar un sustituto, pese a que tampoco es posible la derivación de las usuarias a otro centro hospitalario al tratarse de una técnica que sólo se realiza en el Macarena. Fuentes del hospital negaron la información corroborada por este diario: «En ningún momento se ha dejado de asistir a estas pacientes aunque el médico que atendía la consulta esté de baja». Y argumentaron que «la asistencia la realiza el resto del equipo médico, dando prioridad a los casos urgentes que se presenten». Mientras tanto, si éstas no se presentan, las pacientes no reciben citas ni un control periódico de las intervenciones realizadas.
En julio de 2014, la entonces consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, celebraba la implantación de esta nueva técnica perfeccionada por profesionales del hospital sevillano para el tratamiento de miomas uterinos –tumores benignos en el útero– sin necesidad de ingreso hospitalario. La técnica de la embolización consiste en la introducción de partículas para obstruir los vasos sanguíneos que llevan sangre a los miomas, y la novedad radica en realizarla a través de la arteria radial. Con ello se consigue una reducción significativa de los tumores, un avance que «permite reducir los ingresos hospitalarios y mejorar la calidad de vida de las mujeres, un logro que pone nuevamente de manifiesto la innovación y calidad técnica de nuestra sanidad pública», presumía la consejera en aquella época. La alternativa a esta operación, celebrada por ser muy poco invasiva y pemitir a la mujer volver a su casa en menos de 24 horas, es la drástica extirpación de los tumores –que producen el exceso de sangrados durante la menstruación– o la del propio útero. Hoy, la calidad de vida de las mismas mujeres queda en segundo plano y priman los ajustes presupuestarios.
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