Educación

Carlos Ruiz: «El pacto educativo se ha politizado y ha quedado vacío de contenido»

El secretario General de Escuelas Catñolicas de Andalucía ha sido reelegido por otros cuatro años y analiza el futuro educativo en la comunidad tras el 26J.

Carlos Ruiz: «El pacto educativo se ha politizado y ha quedado vacío de contenido»
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Últimas horas antes de la elecciones, ¿cómo prevé que afectará el resultado a la educación?

–Sin ser adivino, me temo que no serán buenos tiempos. La educación necesita estabilidad, consenso, diálogo, algo que no se está dando. Pero, al mismo tiempo, puede ser una oportunidad para llegar a acuerdos. Hemos reclamado muchas veces ya un gran pacto.

–Agrupa a casi 400 colegios, a más de 225.000 alumnos y a 16.000 profesionales. ¿La enseñanza concertada está siendo atacada?

–Sí, a nivel nacional y por un sector ideológico de manera beligerante, aunque minoritario. Nunca vamos a entrar en confrontación ante esos ataques, pondremos en valor una enseñanza de calidad contrastada y demandada por un sector importante de la sociedad. Posibilitamos que la familia pueda elegir libremente el modelo más apropiado. Nuestra plaza escolar es casi el 50 por ciento más barata.

–¿De qué cifras hablamos?

–El coste del puesto escolar público es de casi 6.000 euros y el nuestro en torno a los 3.000. Con poco tenemos que hacer mucho.

–Al menos judicialmente están recibiendo sentencias favorables que protegen las unidades concertadas...

–Es una satisfacción y supone un espaldarazo. Que seamos una red complementaria ya es un logro. No obstante, hay que reconocer que el diálogo con la Administración autonómica ha dado un giro de 180 grados. Con Adelaida De la Calle hay un diálogo fluido y respetuoso. Eso no quiere decir que estemos de acuerdo en todo. Es cierto que baja la natalidad y que muchos inmigrantes han vuelto a sus países como consecuencia de la crisis, pero planteamos a la consejera aprovechar la oportunidad y no perder inversión y potenciar de verdad la educación.

–¿Qué respuesta obtiene?

–Estamos en diálogo, que no es poco. Ellos dicen que los fondos vienen en proporción al número de alumnos pero hay un espacio siempre que se puede aprovechar. No veo cerrada a la Administración. En Andalucía hay que reconocer el logro de la inclusión. El 100 por cien tiene acceso a la educación obligatoria. El nuevo reto es lograr una educación de mayor calidad y exigencia. Es la mayor inversión que se puede hacer en un país, el mejor legado de unos padres. Ponernos al nivel de otros países es fundamental.

–¿La reducción de unidades es ya un problema?

–Ahora mismo no, puede llegar dentro de unos meses cuando se acerca la hora de renovar los conciertos por cuatro años (curso 2017-18). Ahora mismo hay un diálogo para el estudio de esta situación.

–¿El pacto educativo del que hablan los partidos políticos es utópico?

–El peligro es que la palabra pacto quede vacía de contenido. Obviar el diálogo y poner líneas rojas no es la mejor manera de pactar. Falta educación, algo básico. Los elementos fundamentales deben ser inamovibles. El pacto se ha politizado, ha sido un arma arrojadiza, y para hablar hoy de pacto hay que dar voz a toda comunidad educativa: padres, profesionales...

–En cualquier Gobierno posterior al 26J con presencia de Podemos la concertada lo tiene crudo...

–Me limito a repetir lo que ellos dicen: la enseñanza concertada iría disminuyendo en favor de la pública. No sé si lo gente lo sabe, pero han dando un «no» explícito a la concertada. Lo más bonito es la libertad y entre pública y pública no la hay. Gracias a la concertada, las familias con menos recursos tienen la posibilidad de libre elección.

–¿Se confunde concertada con elitista?

–La concertada no puede ser elitista, es gratuita, lo que sucede es que muchos servicios que la administración educativa oferta a lo público no se los da a la concertada, como el comedor, el transporte... Algo que va en detrimento de los que menos tienen. Tenemos centros en toda Andalucía, más en la provincia que en la capitales. Son pequeños y con una o dos líneas en un 80 por ciento. Un estudio desvela que más del 95 por ciento de la sociedad está satisfecha y cree que tiene que haber enseñanza concertada. Y más del 50 por ciento de nuestros padres son de izquierda. Esas frases estigmatizadas, de privilegiados, es falso. No marcamos a las personas, transmitimos valores.

–¿Ha empeorado la situación económica de los centros?

–La financiación de la Administración es insuficiente. Además de poco se paga tarde. Hay dos fuentes: los pagos delegados y una partida cajón de sastre de «otros gastos» a cubrir que es insuficiente. Muchos centros siguen teniendo esa asfixia porque se sigue pagando poco y tarde. De manera excepcional, la última partida de otros gastos se hizo en plazo. Se habrán equivocado.

–El futuro de la Lomce es también incierto...

–Escuelas Católicas de Andalucía siempre criticó cómo se fraguó. No hubo diálogo, pero una vez dicho eso debemos acatar la ley. Si no, sería la selva. De la Lomce hay cosas que perdurarán, porque no todo se ha hecho mal. Cuando pase el calentón de las elecciones, habrá cosas que se reconocerán.

–¿La concertada la aplicará sin problema?

–Detrás de las justificaciones de la Junta de falta de tiempo sabemos lo que hay. Hoy ya no se oye nada de la Lomce, creo que vamos a un momento de diálogo a nivel político.

–Este ha sido el último año de la Selectividad.

–Para la inmensa mayoría de los profesionales la Selectividad, tal y como estaba ahora, tenía poco sentido. Eso no significa que no haya que buscar otra alternativa. Las propias universidades marcarán esto. Los centros sabían que no se les preparaba para la Universidad sino para un examen. La actual selectividad no estaba respaldada por nadie.

–¿Qué retos de marca tras la reelección como secretario general?

–Los retos no se cumplen solos, el mayor valor de ECA son las personas y el equipo de trabajo. Los grandes retos internos son la serenidad institucional y lograr una mayor coordinación con el resto de escuelas católicas, nacional y de provincias. Hacia afuera yo diría la defensa de la libertad de enseñanza en igualdad de condiciones con la red pública.

–¿Entiende por qué hay esa corriente anticatólica tan extendida?

–Veo intransigencia. Atacar unos valores tan importantes para muchas personas con faltas de respeto y agresividad es una pena. Cuando debamos denunciar la situación, la mejor manera, y es la que forma parte de nuestro carácter evangélico, será seguir haciendo las cosas como ahora. Compartan o no nuestros valores, nos respeta la inmensa mayoría. A nuestros alumnos además de una enseñanza de calidad les inculcamos respeto por otras maneras de pensar y fomentar el diálogo. Nadie puede ir contra eso. Junto con algo que nos caracteriza, el compromiso con los más débiles y la sociedad. Nuestros alumnos participan en programas de asuntos sociales. Se les educa en una sensibilidad social. ¿Por qué eso es criticable? Potenciar también la comunicación y dar a conocernos más ha de ser un objetivo. Hacemos montones de cosas y un sector importante de la sociedad lo desconoce. El crucifijo les quita el sueño a muchos, qué le vamos a hacer. Quizá tengamos que poner más en valor lo que hacemos.