Andalucía
Ciudadanos no descarta abstenerse en la segunda votación de investidura de Díaz
La líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, no cede un milímetro y Díaz asume el decálogo anticorrupción del partido que lidera Albert Rivera.
Ciudadanos no ha descartado este sábado, tras la reunión que ha mantenido con el PSOE-A en la sede del Parlamento andaluz, abstenerse en "segunda votación"en la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta en la décima legislatura si hay un "acuerdo económico"y se recogen sus propuestas en esa materia.
Tras más de dos horas de reunión con los dirigentes del PSOE-A, el vicesecretario general del Ciudadanos a nivel nacional, José Manuel Villegas, ha explicado al termino de la misma a los periodistas que hoy han refrendado el acuerdo sobre lucha contra la corrupción y que se hará público en los próximos días con un acto de firma conjunto de ambos partidos.
Ha apuntado que, a día de hoy, el voto de Ciudadanos en la investidura de Díaz es que "no", pero que si en su discurso de investidura se ven recogidas las propuestas que su formación ha puesto sobre la mesa en materia económica y de lucha contra el paro podrían abstenerse. Villegas no ha descartado una nueva reunión con el PSOE-A.
En cuanto a Podemos, ni tan siquiera su crisis interna ha variado la hoja de ruta de Teresa Rodríguez en su negociación con el PSOE para la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía. Tras ser nombrada como «la jefa» por el propio Pablo Iglesias a la hora de marcar las «líneas rojas» de un hipotético acuerdo, la líder andaluza, miembro de Izquierda Anticapitalista, y por tanto más cercana al pensamiento de Juan Carlos Monedero, se mantiene inamovible en sus tres condiciones, negadas en parte por los representantes socialistas: tolerancia cero con la corrupción y acabar con la impunidad; la Junta no contrata con bancos que desahucian; y drástica reducción de altos cargos y asesores hasta recuperar el personal perdido en educación y sanidad.
Esta postura convierte prácticamente en anecdótica la reunión fijada para hoy, sólo la segunda desde que se abrió el plazo para alcanzar un acuerdo por muchos «elementos de coincidencia» que se quieran hacer ver. Mucho más cuando Díaz ha repetido una y otra vez que no se aliaría jamás con PP ni con Podemos.
Así, a menos de 72 horas para que se celebre el debate de la investidura, el PSOE-A continúa disfrazando la negociación con la oposición. Quien oiga a su portavoz Mario Jiménez –ayer presente en la manifestación de 1 de mayo en Sevilla junto a sindicalistas de CC OO y UGT– creerá que el acuerdo es inminente. Ni por asomo.
Si el jueves tocaba intentar acercarse a Podemos remitiendo las respuestas a sus condiciones para apoyar el nombramiento de Susana Díaz como presidenta, tras el rechazo mostrado por la formación de Teresa Rodríguez, que no vio cumplida ni una de sus tres propuestas, ayer le llegó el turno a Ciudadanos.
Jiménez anunció por la mañana que «el grado de coincidencia» con el partido de Albert Rivera en lo referente a la firma del pacto anticorrupción demandado se sitúa «por encima del 90%». Pasadas las diez de la noche, C’s admitía que tres semanas después de remitirle su decálogo contra la corrupción –lo hizo el 7 de abril–, el PSOE lo había aceptado. Ese era el paso previo para sentarse a hablar, aunque en Ciudadanos mantienen que nada ha cambiado y que salvo acuerdo de última hora votarán en contra de la investidura.
Hasta la fecha, en la oposición estaban cansados de la actitud del PSOE. «Sólo cuentan milongas». Mostraban su desconfianza con las tácticas socialistas, sobre todo por la reiteración de «filtraciones interesadas que no son verdad». «Nosotros no vamos a entrar en el juego», advierten a LA RAZÓN fuentes de C’s. La desaparición del orden del día de la asignación presupuestaria de los grupos en la reunión de la Mesa de Portavoces de esta semana ha sido interpretada por todos como una forma de presión. «No pueden hacen rehén al Parlamento», espetó Teresa Rodríguez esta semana.
El PSOE no quiere ceder tampoco en su número de asesores y pretende mantener un status imposible. «Todos sabemos que el escenario ha cambiado, menos ellos al parecer», lamentan en privado por las esquinas.
La aceptación del pacto anticorrupción de Ciudadanos anunciada anoche supondría, entre otras cosas, que el PSOE aceptaría ser responsable patrimonial subsidiario de los casos de corrupción que protagonicen sus cargos públicos. Igualmente, cambiarían las reglas del juego a la hora de apartar a los cargos públicos o de partido, que tendrían que abandonar su responsabilidad en el momento de ser imputados. El punto número nueve de ese documento también obliga a los firmantes a reducir los gastos electorales en un 50 por ciento de lo permitido legalmente en la actualidad.
Los movimientos socialistas muestran cierto nerviosismo porque Susana Díaz debe ofrecer el lunes su discurso de investidura y el martes se procede ya a la primera votación.
En este reparto de papeles, Izquierda Unida es quien representa el más irrelevante. El ex socio de Gobierno de Díaz ha salido escarmentado y escocido. Antonio Maíllo, coordinador general, pedía ayer «realidades» al PSOE-A y no «actos de fe». A esto ayudaría, como demanda el PP y C’s que Susana Díaz tome las riendas de la negociación. «Si se diera el caso en una elecciones generales, Albert Rivera estaría en primera línea», dice la parlamentaria de Ciudadanos Irene Rivera. ¿Dónde está Susana? Que Pedro Sánchez pida que la dejen gobernar no bastará.
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