Díaz quiere abolir la prostitución que se ejerce en locales con «niñas y mujeres»

Una campaña electoral se basa en quemar etapas y la andaluza del 2D alcanzaba ayer su tercer día. La presidenta de la Junta y aspirante a la reelección por el PSOE, Susana Díaz, llegó al municipio gaditano de Chiclana de la Frontera dispuesta a cultivar su simpatía y a compartir escenario con el líder de su partido y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero acabó protagonizando un mitin un tanto deslabazado por culpa de las interrupciones. Primero una asistente provocó un momento de tensión entre gritos y mostrando un cartel en el que se podía leer «Susana corrupta, yo voto nulo por mis hijos y mis nietos», quien fue desalojada del salón de la bodega que acogió el acto por los responsables de seguridad del PSOE, y luego el desmayo de un hombre hizo que la socialista dejara de hablar para lamentarse por los «estragos» que causa el «calor». En medio le había dado tiempo a reiterar que la suya será una campaña «en positivo» y con «acento» autonómico y a proclamar ante Sánchez y la ministra de Hacienda y ex consejera María Jesús Montero, como réplica a las alusiones de los contrarios al voto cautivo de la región, que van a ganar «porque le da la gana a los andaluces». La «voluntad libre» de éstos es el «secreto», dijo, para que su formación atesore triunfos electorales en la comunidad. Con todo, advirtió al auditorio de que el PSOE tiene que lograr una victoria que permita una «mayoría amplia» para que nadie «pare al Gobierno» que nazca de las urnas. «No os relajéis porque cuando la derecha está rabiosa no tiene límites», avisó, para aseverar luego que el aspirante del PP a la Presidencia de la Junta, Juanma Moreno, a quien no nombró, es el primer candidato que conoce «con derecho a devolución». Tuvo palabras también para el antiguo aliado de legislatura, Ciudadanos (Cs) y su «eclipsado» líder regional, Juan Marín. A juicio de Díaz, los naranja «se han quitado la careta» al anunciar que están dispuestos a unirse a los populares para gobernar. No faltaron las promesas como la de digitalizar las listas de espera sanitarias o incluso la de abolir la prostitución, que en numerosos casos se ejerce en locales que «todo el mundo sabe dónde están» y en los que hay «niñas y mujeres». Los puticlubs que marcaron la precampaña ligados a la extinta Faffe. Chiclana, el municipio elegido para la cita está vinculado al PSOE, al «sanchismo» en los últimos tiempos, para lo bueno y para lo malo. De hecho, consta en el sumario del «caso ERE» por una ayuda que la Junta otorgó al ayuntamiento. Su actual alcalde, José María Román, reivindicó ayer la honestidad de los ex presidentes de su partido, incluidos Chaves y Griñán.