Educación
Dos semanas de colegio con las mochilas vacías
El 10% de los libros de texto para alumnos de Primaria han sufrido retrasos en la entrega. Editores y libreros responsabilizan a la Junta, que dio seis meses para adaptar los materiales a la Lomce
El 10% de los libros de texto para alumnos de Primaria han sufrido retrasos en la entrega. Editores y libreros responsabilizan a la Junta, que dio seis meses para adaptar los materiales a la Lomce
El curso 2015/16 estaba marcado en rojo como el de la implantación definitiva de la nueva ley de educación, la Lomce. Andalucía, Asturias, Canarias, Cataluña y el País Vasco se mostraron desde el inicio como las comunidades más beligerantes contra la oposición a la también llamada «ley Wert». El plante al entonces ministro, José Antonio Wert –recolocado como embajador de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con sede en París (Francia)– en abril por el rechazo a las reválidas evidenció un desacuerdo que no ha impedido que finalmente la polémica norma se implante en las aulas de todo el país. Una de las primeras consecuencias de la demora de Andalucía en asumir una ley que está obligada a aplicar ha sido un accidentado inicio de curso con flagrantes retrasos en la entrega de los libros de texto, tanto al alumnado como a los docentes.
Un conflicto en el que las librerías han tenido que dar la cara e incluso soportar amenazas por parte de padres afectados, desesperados ante el panorama de un inicio de curso «cojo» por la falta de determinados materiales. «Se está creando una alarma mayor de lo que debería de ser. Se ha estado trabajando rapidísimamente pero hay algunos títulos que están faltando», admite Juan García, presidente de la Federación Andaluza de Libreros (FAL), quien calcula que «en 15 o 20 días se podrá resolver». De momento, han transcurrido dos semanas y algunos de los libros siguen sin «comparecer» en las librerías andaluzas, con el consiguiente perjuicio para los niños, bien por un error de cálculo o porque ni siquiera estaban impresos, como reconocen desde la FAL, reunida esta misma semana con sus colegas de toda España para tratar la situación.
Los libreros miran a las editoriales como responsables, pero coinciden en que la raíz del problema reside en la excesiva demora con que ha actuado la Consejería de Educación: hasta el 27 de marzo pasado no se publicó la Orden por la que se desarrolla el currículo de Primaria, fechada el día 17 de ese mismo mes, sólo cinco días antes de las elecciones autonómicas.
«Hemos tenido unos tiempos cortísimos. El currículo andaluz es el último que ha salido, más de un año después que en otras comunidades. De ahí han venido los problemas de los retrasos, por el poco tiempo que hemos tenido para preparar el material», se queja Maite López, vocal de Educación de la Asociación de Editores de Andalucía. «La Lomce tuvo la voluntad de normalizar los currículos de todo el Estado, para que fueran lo más comunes posible, pero la realidad es que la diferencia entre las comunidades es la mayor que hemos tenido nunca», detalla.
Su implantación ha supuesto también un reto para ellos, con los consabidos contratiempos. «Elaborar un proyecto editorial conlleva cerca de un año –prosigue–. Hay que realizar la programación, elaboración de modelos, ilustración, maquetación e impresión y todo ese trabajo hemos tenido que hacerlo en cuatro o cinco meses». Ante estas dificultades, celebra que «el 90% de los libros han estado en los colegios a tiempo y se han retrasado algunos puntuales».
¿Y la calidad? «Nosotros somos profesionales y la calidad no se resiente, pero los plazos no se pueden acortar tanto. Todos los materiales editados tienen vocación de permanencia en la medida en que las administraciones nos lo permitan», asegura López.
Para este curso, la Junta ha destinado 64,3 millones de euros a sufragar la gratuidad de los libros de texto, un esfuerzo que se ha mantenido constante desde que se aprobara la medida en 2005 y adquiriera rango de Ley con la reforma del Estatuto. El gasto oscila entre los 136 del primer ciclo de Primaria y los 274 de los últimos cursos de la ESO.
No obstante, la Consejería delega la responsabilidad de que los alumnos dispongan del material en cada centro educativo. «Los Equipos Directivos adoptarán las medidas precisas para que todo el alumnado tenga los libros que va a utilizar al comienzo del curso escolar», concluye en las Instrucciones de la Dirección General de Participación y Equidad sobre el programa de gratuidad de los libros de texto para el curso escolar 2015-2016. En el mismo texto, fechado el 27 de mayo, Educación admite que la Lomce «incidirá en la concreción de los currículos educativos y en los correspondientes proyectos educativos de los centros, lo que, a su vez, puede afectar al contenido de los libros de texto y, consecuentemente, al Programa de Gratuidad en Andalucía». Sin embargo, se limita a señalar la implantación de la nueva ley, sin admitir ninguna responsabilidad al aplicar una norma que sabía de obligado cumplimiento.
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