Ecologistas se personará en la causa abierta por la muerte de un niño en una cacería

Para Ecologistas en Acción «resulta, cuanto menos sorprendente, que un niño de cuatro años esté en un puesto de caza, dentro del perímetro de una montería», por ello la organización «verde» ha decidido personarse como acusación particular en las diligencias judiciales abiertas por un juzgado sevillano a consecuencia de la muerte del menor alcanzado por un disparo supuestamente en la cabeza durante una «montería de caza de jabalí», según los conservacionistas, en una finca de la localidad de Guillena.

¿Qué pretende con ese paso, confirmado ayer por fuentes de la entidad a este periódico? Busca conocer «la ubicación que tenía cada tirador y si se cumplían todas las normas de seguridad» en la mencionada cacería que ha atraído titulares como un imán por el fallecimiento del niño, incluido «el número de personas en cada puesto», la cantidad de éstos, su alineación y «la distancia a la que estaban colocados» los mismos; así como «las zonas de seguridad». Fuentes de Ecologistas consideran «injustificable» la presencia del menor «en plena mancha de monte sobre la que se iba a realizar la batida» y anotan que ya han requerido al Gobierno autonómico «el plan técnico de caza, en el que debían de estar recogidas las zonas de seguridad y también la preceptiva comunicación de la montería».

Más allá del movimiento en los tribunales, la organización conservacionista aboga por «la prohibición expresa de la presencia de menores en las cacerías», punto en el que aseguran que se trata de «la segunda muerte de un niño en las cacerías en lo que va de temporada», lo que, a su entender, «evidencia la gravedad de lo que está ocurriendo».

El presunto autor del disparo, de unos 60 años de edad y cazador experimentado, ya ha declarado en el juzgado de Instrucción número 16 de Sevilla, tras lo que el titular del órgano judicial lo dejó en libertad provisional y le atribuyó de inicio un supuesto delito de homicidio imprudente. Le impuso además la prohibición de practicar cualquier actividad relacionada con la caza y de emplear armas de fuego mientras dure la instrucción, por lo que debió entregar a la Guardia Civil las que tuviera.