Barcelona

El alquiler turístico coloniza el centro

Vecinos de cascos históricos se unen por su «derecho a la ciudad». Málaga concentra el 60% de la oferta registrada

En el casco histórico de capitales como Málaga, Granada y Sevilla (en la imagen) continúa la apuesta por el alquiler turístico frente al residencial
En el casco histórico de capitales como Málaga, Granada y Sevilla (en la imagen) continúa la apuesta por el alquiler turístico frente al residenciallarazon

Vecinos de cascos históricos se unen por su «derecho a la ciudad». Málaga concentra el 60% de la oferta registrada

Andalucía es un imán para los turistas. La palabra récord vuelve a pronunciarse para aludir a las cifras del año pasado: 11,5 millones de visitantes extranjeros, casi un 9% más que en 2016. Entre las celebraciones oficiales se escuchan voces discordantes que alertan de las contraprestaciones de que miles de personas transiten cada día por las zonas monumentales de las capitales. Los residentes de los cascos históricos de ciudades afectadas se han unido para defender su «derecho a la ciudad» frente a la expulsión progresiva que, aseguran, sufren por la proliferación de alquileres temporales pensados solo para viajeros. «Es un problema generalizado en toda la comunidad, en consonancia con la despoblación en muchos cascos históricos», explica Alejandro González, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cascos Antiguos. «Ahora que la Junta está tramitando una nueva Ley para un Urbanismo Sostenible en Andalucía hemos presentado alegaciones porque no se incluyen conceptos básicos para garantizar la habitabilidad, como el derecho a la ciudad –detalla–. Es un concepto que se creó en los años sesenta y es un término de cabecera en toda la legislación europea. Viene a decir que la ciudad es un espacio de disfrute y convivencia para los propios habitantes: se enfrenta el concepto de ciudad escaparate, como está ocurriendo en Barcelona o Venecia».

En sus alegaciones al anteproyecto resaltan que «centros históricos como el de Jerez, cuya zona intramuros mantiene a unos escasos 800 residentes para una capacidad de 12.000, o Málaga, que ha pasado en pocos años de 25.000 habitantes a 4.000 en su almendra histórica, ponen de relieve que no estamos ante un proceso casual, sino que obedece a los cánones de elitización y aburguesamiento de los centros urbanos. Ello trae como consecuencia una subida de precios que acaba con todo el comercio de cercanía de la zona, que son a su vez sustituidos de forma sistemática por establecimientos hosteleros».

Según los datos recabados por la Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga, a finales de noviembre había en la ciudad 4.853 apartamentos para turistas, la mayoría de ellos disponibles durante todo o casi todo el año. La información facilitada por la Consejería de Turismo y Deporte constata que hasta enero se han registrado oficialmente 16.706 en la provincia de Málaga, casi el 60% de los inscritos en toda la comunidad. Los 28.670 contabilizados se traducen en casi 150.000 plazas ofertadas. «El auge de apartamentos de este tipo está provocando un problema de convivencia. Vienen como si fuera un hotel y causan muchas molestias. Se meten más personas de lo habitual, no respetan los horarios y provocan daños en el edificio», según el vicepresidente de la Asociación, Alejandro Villén. Eso está ocurriendo, por ejemplo, en su propia comunidad, donde seis de las doce viviendas se usan como alojamientos turísticos. Entre sus propuestas figura que por votación simple pueda vetarse en las comunidades el uso turístico de un piso; y otra «muy simple»: que se cumpla el Plan General de Ordenación Urbana. «Si hay una zona residencial no puedes convertirlo en hotel. La Junta aduce que es temporal y considera que al ser por poco tiempo no es un cambio de uso», critica Villén, al que también preocupa la saturación hostelera que padece la zona. «El centro de Málaga empieza a parecerse a un parque temático», critica.

El Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU) de Málaga en su estudio Alter Eco sobre localización de viviendas turísticas señala la existencia de 2.500 viviendas de alquiler temporal en la capital; de ellas, solo 870 estarían situadas en el casco histórico. La oferta real sin embargo es mayor. Los datos del portal Airdna analista lo elevan a más de 4.700, en concordancia con los que aportan los residentes sobre anuncios publicados en Airbnb. Para Villén, una prueba evidente de este cambio de uso es la dificultad actual para encontrar un alquiler a largo plazo en el centro de Málaga, tanto por la escasa disponibilidad como por el elevado precio, como ocurre también en Sevilla. Solo en la capital andaluza, Airdna identifica casi cinco mil opciones de alojamiento. El registro andaluz contempla 2.586 en toda la provincia.

Granada es otra de las señaladas. El presidente de la Federación asegura que residentes del Albaycín «están encontrando papeles que les pasan por debajo de sus puertas de personas interesadas en comprarles sus casas. La gente mayor se siente amenazada y coaccionada». La oferta allí supera los tres mil pisos, mientras el registro de la Junta de Andalucía admite que hay 1.874. Estas cifras aumentarán porque la Consejería de Turismo todavía tiene ocho mil declaraciones pendientes de ser analizadas para determinar su inclusión en el registro como viviendas con fines turísticos.